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En el municipio de Sibaté, Cundinamarca, la Fiscalía, en conjunto con el Gaula Militar, encontró y destruyó un laboratorio dedicado a la producción de cocaína. Pero, lo que llamó la atención de las autoridades, es que se trataba de un complejo narcotraficante itinerante, que era alquilado, por cortos periodos, a pequeñas organizaciones criminales.
“Al parecer, levantan estos laboratorios a pocos kilómetros de las ciudades, los acondicionan con las maquinas necesarias para el procesamiento, y los alquilan a pequeñas organizaciones criminales que se encargan de la contratación del personal, la obtención de los insumos, la producción y transporte del alcaloide, así como de la búsqueda de los contactos en el exterior para poner el estupefaciente”, señaló el ente investigador.
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Durante el operativo, fueron incautados 94 kilogramos de base de coca; dos armas de fuego; cartuchos; proveedores de diferente calibre; dos radios de comunicación; 500 galones de combustibles; una prensa hidráulica; hornos; plantas eléctricas y otros elementos utilizados para la elaboración del narcótico.
También fue encontrada una carpa artesanal cerca a al laboratorio, donde al parecer se hospedaban cerca de 15 personas, que correspondería al número de trabajadores contratados para el procesamiento ilegal, señalaron las autoridades, quienes tras el operativo capturaron a cuatro personas.
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El ente investigador indicó que las evidencias recaudadas indicarían que el estupefaciente iba a ser agrupado en un municipio aledaño a Sibaté, camuflado en tractocamiones, trasladado a un puerto en Pacífico colombiano, y sería embarcado entre frutas rumbo a Centroamérica.
La Fiscalía les imputó a los detenidos cargos por concierto para delinquir, tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos, y tráfico y porte de estupefacientes. El juez 60 penal municipal de Bogotá impuso medida de aseguramiento en centro carcelario.
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