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Durante gran parte del martes 29 de octubre, la troncal de Transmilenio del Ricaurte, que conecta al sur con el norte y el centro de la ciudad, estuvo colapsada por manifestaciones efectuadas por los vendedores informales que usualmente trabajan en la estación.
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De acuerdo con la versión de los manifestantes, el incidente comenzó cuando las autoridades efectuaron un operativo de control en los túneles que conectan los dos extremos de la estación El Ricaurte. En esta zona, hay una gran concentración de vendedores ambulantes que, a diario, buscan el sustento vendiendo toda clase de productos.
En ese orden de ideas, de acuerdo con la versión de los vendedores, varios de sus compañeros fueron expulsados de la estación por comercializar sus productos en las instalaciones. Por su parte, Transmielnio respondió que la evacuación de los vendedores obedece a una estrategia Distrital que busca despejar el espacio público de la ciudad.
Por ende, como respuesta a la acción de las autoridades, cerca de 100 vendedores empezaron a manifestarse en el carril exclusivo de Transmilenio y efectuaron bloqueos que afectaron la movilidad por cerca de cinco horas. Cerca de 25.000 usuarios del sistema troncal se vieron afectados como consecuencia de la movilización.
Pese a que la mayoría de la manifestación fue pacífica, y se limitó a los plantones que posteriormente despejó la UNDMO y personal de Transmilenio, algunas personas protagonizaron desmanes y agresiones a los transeúntes de la zona.
Los videos grabados por testigos dan cuenta de como un sujeto agrede con objetos contundentes a los motociclistas que se movilizaban por las calles aledañas a la estación. Fue necesaria la intervención de la Unidad de Mantenimiento del Diálogo (UNDMO, antiguo ESMAD) para dispersar a los manifestantes y calmar los ánimos.
Hace pocos minutos el Secretario de Seguridad, César Restrepo, y el Secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, se pronunciaron en relación con la presencia de un grupo de personas en la Estación Ricaurte de Transmilenio, y anunciaron que el Distrito realizará acciones para la liberación de los corredores viales y la protección de los ciudadanos.
Ratificaron que la Administración no admite el bloqueo de vías ni afectaciones del transporte, cuando el Distrito desarrolla acciones de protección de la ciudadanía y del orden en los espacios públicos.
La persona que fue captada agrediendo a otros ciudadanos y protagonizando incidentes de espacio público, fue capturado por las autoridades. Sobre el cierre de las cinco de la tarde, la movilidad en este sitio neurálgico continuaba afectada, pese a que gran parte de los bloqueos fueron despejados por la UNDMO.
El lío de los vendedores ambulantes
El Plan de Desarrollo, que adoptó la actual administración distrital, desató un revuelo entre los gremios de vendedores informales, que trabajan en el sistema masivo de transporte. El artículo de la discordia, titulado Prevención y atención de ventas informales en el SITP, ordena que para prevenir y atender el fenómeno de ventas informales en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), todas las entidades distritales, que se encarguen de intervenir y atender a la población de vendedores informales, “deberán acompañar las actividades al interior de estaciones y portales, para contribuir en la mitigación de los factores que afectan la seguridad y a reducir los riesgos en la operación, en coordinación con Transmilenio S.A.”.
Para los vendedores, con este artículo, la administración del alcalde Carlos Fernando Galán estaría “criminalizando” su trabajo, en lugar de regularlo. Por eso, decidieron protestar y desde las 9:00 a.m. empezaron a llegar los líderes. Hay uno por cada portal y grupo de estaciones del sistema troncal de Transmilenio.
Entre los asistentes no solo hubo vendedores, también cantantes, raperos y artesanos. El sentimiento general es de rechazo frente al artículo pues, según ellos, pone a los más de 4.000 vendedores como ‘factores que afectan la seguridad’. “Nosotros no estamos delinquiendo”, resaltan. Sin embargo, la gran mayoría reconoce que el problema es “complejo”.
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Por Redacción Bogotá
