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Despertó del coma

Una bala perdida en medio de una pelea de borrachos puso al filo de la muerte a Daniella, una niña de ocho años. El miércoles, con graves secuelas, regresó a su casa.

Verónica Téllez Oliveros
15 de agosto de 2013 - 10:00 p. m.
Daniella despertó del coma hace cinco días y salió del Hospital El Tunal la noche del miércoles. / Óscar Pérez - El Espectador
Daniella despertó del coma hace cinco días y salió del Hospital El Tunal la noche del miércoles. / Óscar Pérez - El Espectador

Hace 19 días, por una riña entre borrachos en la localidad Rafael Uribe Uribe, la niña Daniella Maritza Díaz Vanegas, de ocho años, recibió el impacto de una bala perdida que le atravesó el cráneo y la dejó en un coma profundo durante quince días.

El pasado miércoles Daniella salió por fin del Hospital El Tunal, donde despertó del coma hace cinco días, luego de que los médicos realizaran una cirugía buscando mitigar el daño causado por la bala.

Según los padres de Daniella, la niña presenta convulsiones desde el momento del accidente. Esto dificultó su proceso de recuperación en el hospital, así como su regreso a casa. Ahora la niña deberá tomar medicamentos “de por vida” para paliar los ataques, aseguran sus padres. Adicionalmente, cuenta Luz Vanegas, su madre, la niña experimenta por la noche problemas permanentes de control de esfínteres.

El caso de Daniella Maritza ha ayudado a poner de relieve los riesgos y las consecuencias de las riñas en los barrios debidas al consumo excesivo de alcohol.

Así lo revela el relato de su madre: “Hace 19 días hubo una pelea al frente de nuestra casa porque un vecino venía persiguiendo a un familiar de nosotros después de haberle cortado la cara con una botella. Luego él entró y tratamos de hacerle una curación y se quedó dormido. Tres horas después el vecino volvió; había estado tomando en un parque y empezó a dispararle a la casa. Uno de los tiros cruzó la pared de la habitación y le atravesó la cabeza a mi niña”.

“Al señor José Gustavo Bernal, que fue el vecino que disparó, lo denunciamos por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas, pero desde el día de la balacera se escapó y no se sabe nada de él. Mi hija se salvó de milagro. Los médicos no lo creían, pero ahora no se sabe qué secuelas va a tener, y apenas tiene ocho años”.

Las autoridades aún no dan con el paradero del agresor.

Daniella Maritza tendrá ahora que asistir permanentemente a controles neurológicos en el Hospital El Tunal para determinar la gravedad de los daños del incidente. Durante los días posteriores a que despertara del coma, sus padres han notado que la niña se frota los ojos y dice que no puede ver bien. “Cuando esto pasa se pone a llorar”, dice Luz.

La menor se encuentra cursando segundo grado en el colegio San Agustín, cerca al barrio El Portal, en la localidad Rafael Uribe Uribe. Sus padres aseguran que era una de las mejores estudiantes.

Durante las últimas semanas, la administración distrital se ha enfrascado en un duro debate sobre el futuro del expendio de licor en la ciudad. A comienzos de agosto, el alcalde expidió el decreto 330 de 2013, que prohibió la venta y el consumo de licor después de las 9:00 p.m. en tiendas y locales. Aunque ha sido cuestionada por gremios y tenderos, la medida fue defendida por la administración distrital en el marco de la reducción de casos de violencia producto del alcohol.

 

vtellez@elespectador.com

@VeronicaTellez

Por Verónica Téllez Oliveros

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