Seis meses tardaron las autoridades en capturar a cuatro hombres señalados por la Fiscalía como los presuntos responsables del homicidio del jefe de la Sijín de Soacha, capitán Jesús Alberto Solano, registrado el 28 de abril, al inicio de las protestas por el paro nacional. A tres de ellos -Juan Sebastián Vélez Mesa, Maicol Steven Vélez Mesa y Jesús Antonio Castillo Londoño- los capturaron el 5 de mayo, siete días después del crimen. El otro -Fabián Danilo Barona Rojas-, el 30 de septiembre. Todos están vinculados a dos procesos penales en Soacha por este crimen.
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En el caso de los hermanos Vélez y Jesús Castillo se realizó el pasado martes la audiencia de acusación, en la que la Fiscalía ratificó los cargos por homicidio agravado, hurto y porte ilegal de armas de fuego, mientras que el caso de Fabián Barona está en fase de investigación. Con excepción de Maicol Vélez, todos están en prisión. Mientras la Fiscalía dice tener un caso sólido, los argumentos de los abogados defensores, en ambos casos, apuntan a demostrar falencias para pedir su nulidad.
¿El cuarto es el asesino?
La madre y la esposa de Fabián Barona Rojas, de 27 años, siguieron virtualmente, desde un café internet en Soacha, las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento en su contra. Diligencias que terminaron con él en la cárcel e imputado por homicidio agravado, hurto calificado y porte ilegal de armas, delitos que no aceptó.
En esta situación terminó luego de que, el pasado 30 de abril, tras un allanamiento de la Policía Judicial, encontraron en su casa un buzo negro con estampado blanco que, según la investigación, sería del procesado. Esta prenda supuestamente la usó Barona la noche del 28 de abril, en medio de los hechos que terminaron en la muerte de Solano, quien recibió seis puñaladas luego de que una turba lo agrediera en una calle del barrio El Sol, adonde llegó después de correr por varios metros. Cuatro videos de cámaras de seguridad del lugar de los hechos y cerca a su casa fueron clave para señalarlo como uno de los agresores.
Un fiscal y un guión repetido
El Espectador revisó las grabaciones y los escritos de las audiencias preliminares, realizadas en octubre contra Barona Rojas. Allí quedaron el relato y los argumentos del fiscal de la unidad de homicidios de Soacha, Andrés Cardona, que fueron los mismos que usó en la acusación del 31 de agosto contra los hermanos Sebastián y Maicol Vélez y Jesús Castillo.
El relato cuenta cómo en la noche del 28 de abril tres agentes de la SIJIN de Soacha acuden a verificar presuntos actos delictivos contra la sede de la Fiscalía. En ese instante les avisan que estaban vandalizando un cajero de Bancolombia, en la calle 15 con autopista Sur de Soacha. Al llegar, el capitán Solano es descubierto “por uno de los vándalos, quien incita a la multitud “contra los agentes del orden, lanzando piedras y palos”.
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Al describir el momento de la muerte del oficial en la imputación contra Barona, dice que, tras la persecución, el capitán “(Solano) es impactado por una patada, que lanza un ciudadano (…), Ya en el suelo e indefenso llegan en segundos entre 10 y 15 personas, entre ellas Barona, que inician a golpearlo y lo hieren con arma blanca”.
Por su parte, en la acusación de agosto contra los primeros detenidos, identificó a Sebastián Vélez como el que le pegó la patada al capitán; que luego llegó en segundos Maicol Steven Vélez Mesa (…), y “después uno a uno alrededor de 20 personas, entre ellas Jesús Castillo, que de forma brutal, agreden al uniformado con piedras, patadas y armas blancas”. Así, el Fiscal ubicó a los cuatro procesados en la escena del crimen.
Los peros
Estas exposiciones del fiscal pasarían inadvertidas y como un recurso válido si no fuera porque ya han sido cuestionadas por dos jueces en actuaciones anteriores. El 22 de julio el juez primero penal del Circuito de Soacha dejó en libertad a Maicol Vélez, al indicar que “no podría asumirse que las personas que agredieron al capitán deban responder por el homicidio” y que el haber estado ahí no era suficiente para mantenerlo en prisión.
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Por otra parte, el 19 de octubre, la juez segunda especializada de Cundinamarca suspendió la audiencia de acusación contra los primeros capturados, tras avalar las observaciones de los defensores, que señalaron yerros a la hora de exponer la participación puntual de los tres sujetos en el homicidio, pues en los apartados que señalan las agresiones, no había claridad al respecto.
Mismo cuestionamiento que se hace Erick Monroy -abogado de Fabián Barona-, quien le dijo a El Espectador que a la Fiscalía le faltó carga argumentativa en las audiencias, pues no expuso cuál fue el aporte determinante de su cliente para la muerte del capitán ni son claras las circunstancias. Por último, el mayor reparo son las dudas frene a la versión de la Policía, que dice que los hechos se dieron cuando el oficial acudió para evitar un asalto al cajero electrónico.
Esta premisa contraría la evidencia de que físicamente era imposible que el policial hubiera estado en medio del hurto a la entidad bancaria, ya que la operadora del banco reportó la novedad a las 7:23:45 de la noche, misma hora en la que, de acuerdo con los videos presentados por la Fiscalía, el capitán ya corría por las calles del barrio El Sol, intentando escapar de sus perseguidores.
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Son ahora cuatro familias que vivirán este proceso con el reflector de los noticieros y del poder institucional encima esperando resultados, un factor que, hasta el momento y por los pronunciamientos de dos togados, le ha jugado en contra a la Fiscalía.
