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El andar de la palabra

Después de cinco horas de caminata desde Soacha, los indígenas llegaron a la Universidad Nacional. Este viernes la minga se tomará la Plaza de Bolívar.

María Camila Peña
20 de noviembre de 2008 - 09:15 p. m.

La Autopista Sur, desde Soacha hasta la carrera 30, fue conquistada ayer por los “guerreros milenarios” que desde el 10 de octubre marchan en búsqueda de la devolución de sus tierras, el rechazo al Tratado de Libre Comercio y el respeto a sus derechos como comunidades indígenas.

Desde las ventanas de las casas, las aceras y los puentes peatonales, los bogotanos seguían la mancha de colores que se movilizaba con paso firme. Algunos aplaudían por su causa, otros los miraban como si fueran personajes sacados de algún relato fantástico. Con bastones de madera que tenían cintas de colores en los extremos, los indígenas creaban cercos de seguridad para protegerse y mantener el orden.

Durante su caminar permanecían en silencio, mientras escuchaban con atención el discurso de uno de sus líderes que los animaba a no desfallecer ante su causa. En sus rostros se veía la satisfacción del deber cumplido. Cada vez que sonaba el himno de la guardia indígena, los marchantes detenían su paso y bailaban al ritmo de los tambores.

“Ahora vamos a llegar a la Universidad Nacional a descansar. El viernes, hacia el mediodía, haremos presencia en la Plaza de Bolívar para solicitar el debate. Estaremos con la defensora internacional de los derechos humanos”, decía Aida Quilcue, consejera mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca.

Por uno de los carriles del Transmilenio transitaban las folclóricas chivas de los caucanos, que sobre los techos llevaban sus pertenencias al campamento. “Somos el ejército que lleva la paz y tranquilidad a nuestros territorios, el único que protege a la madre naturaleza”, repetían en coro las mujeres mientras tejían.

A la marcha también se sumaron organizaciones sociales y de estudiantes. Después de cinco horas de caminata, los marchantes transitaron por la Autopista Sur, la NQS y finalmente llegaron a las instalaciones de la Universidad Nacional, en donde cientos de estudiantes los esperaban para darles la bienvenida. “Caminar juntos, pensar juntos, construir juntos, unirse para defender los derechos legítimos y constitucionales de los pueblos es la razón de ser de la minga”, decía Quilcue en medio de la celebración.

Por María Camila Peña

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