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El nuevo plan para la Séptima

Los vehículos, con puertas de entrada tanto en el costado derecho como el izquierdo, correrían desde el Portal de Transmilenio 20 de julio hacia el norte del corredor.

Verónica Téllez Oliveros
04 de julio de 2013 - 10:00 p. m.
En diciembre rodarían buses híbridos por la carrera Séptima.   / Fotos: Óscar Pérez - El Espectador
En diciembre rodarían buses híbridos por la carrera Séptima. / Fotos: Óscar Pérez - El Espectador

Ha pasado una década en la que las distintas administraciones de Bogotá han prometido grandes cambios en movilidad a lo largo de la emblemática carrera Séptima. Las ideas han pasado desde el polémico Transmilenio ligero, hasta la idea de un Corredor Verde y el proyecto de metro ligero del alcalde Gustavo Petro. Ahora el plan de corto plazo de la administración es que en diciembre rueden por el corredor 200 buses padrones (con puerta tanto en el costado derecho como el izquierdo).

Según los planes del Distrito estos buses serán híbridos, cuyo motor funciona con electricidad y combustible fósil. Cada uno de ellos tiene capacidad para 80 pasajeros y su operación sería pretroncal, es decir, que correrían por las vías de Transmilenio partiendo desde el Portal 20 de julio para salir a la carrera 10 y llegar a la estación Museo Nacional en la carrera Séptima con calle 30. De ahí en adelante el recorrido continuaría por el carril mixto hasta la calle 100.

Pero ¿cómo se explica que después de tantos planes sobre proyectos de infraestructura en este corredor ahora todo quede en unos buses padrones? El gerente de Transmilenio Fernando Sanclemente dijo a El Espectador que la idea es darle una solución de movilidad amigable con el medio ambiente a la carrera Séptima, mientras se concreta el futuro del proyecto del metro ligero que el Distrito espera construir por medio de una Asociación Público Privada. De hecho la idea de los buses padrones había sido recomendada desde 2010, de acuerdo a una consultoría de Logitrans para la Secretaría de Movilidad, resalta el gerente.

Según Sanclemente, la alternativa de los buses responde también a la necesidad de abastecer la demanda de transporte de la vía, pues ni el antiguo plan de Transmilenio Ligero ni el proyecto del metro por sí solos hubieran cumplido con este requisito. Con el nuevo plan, agrega el gerente, los vehículos movilizarían 13.000 pasajeros hora sentido que se sumarían a los 12.000 pasajeros hora sentido que soportaría el tranvía.

De acuerdo a los cálculos optimistas de Transmilenio, la circulación de los buses tendría otra ventaja para la movilidad en el borde oriental: “permite liberar la demanda de la avenida Caracas porque estamos llegando a unos techos de casi 48.000 pasajeros hora y necesitamos descongestionarla”.

Fuentes cercanas al proceso indicaron que posiblemente los vehículos tengan puntos de validación para la entrada del bus tanto en la parte de adelante como al final, para aliviar los puntos más congestionados como la calle 100 y la 72.

Para concretar el plan, Transmilenio tiene que surtir varios pasos contractuales. Uno de ellos es definirla operación de los buses, pues actualmente gran parte del corredor de la carrera Séptima está bajo la responsabilidad de la firma Consorcio Express. Son ellos quienes quedaron a cargo de las zonas de Usaquén y San Cristóbal bajo el esquema del Sistema Integrado de Transporte Público. Sanclemente señala que éste privado tendría una participación mayoritaria para operar los nuevos buses de la Séptima y la otra empresa que desempeñará un papel importante sería el grupo G Móvil, que tiene a su cargo la zona de Engativá.

Pero traer buses padrones con tecnologías limpias como los que quiere la administración, representará un sobrecosto del 40 al 50% frente a los vehículos que se usan hoy en las troncales de Transmilenio, y se calcula una inversión mínima de unos $100 mil millones. De ahí que ahora la empresa de transporte tenga que negociar con Consorcio Express y GMóvil, cuál será el reconocimiento en su remuneración, tal y como lo establecen los contratos en los casos en que las firmas inviertan mayor capital en sus equipos. ¿Implicaría esto un aumento en la tarifa? Según Sanclemente esta no sería la opción.

Aunque Sanclemente asegura que en ochos días espera tener resuelta la negociación para que las firmas realicen el pedido de flota, de momento se sabe que los operadores no han sido notificados oficialmente frente a los planes de Transmilenio, aunque los ven con buenos ojos por ser una tecnología novedosa en la capital.

Sin embargo, no todos están tan convencidos con el tema. Uno de ellos Mauricio Rico, director de Corposéptima. Para él son muchas las dudas que deja esta propuesta respecto a la solución de fondo en movilidad que necesita la Séptima. Su organización fue una de las críticas veedoras a las inconveniencias del metro ligero que desembocaron en el reverzazo del Distrito en este proyecto, pero ahora le preocupa la “improvisación” en esta nueva idea. “Las cosas temporales duran 15 o 20 años”, agrega.

También ayer en un foro sobre el SITP que organizó Transmilenio, Carlos Pardo, investigador en transporte, criticó el plan de la administración. “Si conocen la demanda de la Séptima y el tranvía no alcanza para satisfacerla, que hagan otra cosa. Hasta Transmilenio sería mejor. Además no va a quedar un milímetro para el espacio de los carros, porque los padrones más el futuro tranvía van a tomarse dos carriles por sentido”, fueron algunas de las observaciones del experto invitado por la administración.

Este diario pudo establecer con fuentes cercanas al proceso que detrás de la idea, podría estar la necesidad del Distrito de obtener recursos para equilibrar lo que ha dejado de percibir por cuenta de la rebaja al pasaje en Transmilenio ordenada en junio de 2012, que hasta marzo de este año sumaba $129 mil millones.

Pero no se trataría solamente de un recurso para apalancar este desequilibrio sino también los futuros subsidios que en materia de transporte implementará la administración. Según explicó una fuente extraoficial, el Distrito estudia entregar un beneficio a aquellas personas que pertenecen al Sisben. De hecho Fernando Sanclemente, dijo a este diario que aunque se analizan varias alternativas, sí se “utilizaría la metodología del Sisben para focalizar estas medidas”.

Por este motivo, muchos se preguntan si la idea de los padrones de la Séptima es en realidad una decisión con razones de peso en la movilidad o con intenciones financieras, pues para nadie es un secreto el papel significativo que juega el corredor que hoy tiene unos 3.800 vehículos del servicio de transporte colectivo tradicional.

José Stalin, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, asegura que la prueba hace énfasis en tener una vía sostenible ambientalmente y se espera que también social y financieramente. Una descompensación en cualquiera de esos factores podría provocar que el sistema Transmilenio no sea sostenible”.

 

vtellez@elespectador.com

@VeronicaTellez

 

 

 

Por Verónica Téllez Oliveros

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