El silencio: el mayor cómplice de la violencia contra la mujer

El Distrito cuenta con diversos canales para que las víctimas de violencia de género o cualquier ciudadano puedan denunciar.

Foto: NATALIA PEDRAZA BRAVO

Para Diana Rodríguez, secretaria de la Mujer, evitar la violencia contra las mujeres es un acto de corresponsabilidad. Esto tiene sentido si se entiende que el silencio es el mejor cómplice del agresor cuando, por miedo o indiferencia, nadie da el primer paso hacia la justicia. Incentivar la denuncia es el reto de la administración.

En Colombia, según Medicina Legal, entre marzo y noviembre del 2020 asesinaron a 519 mujeres. En Bogotá, en el mismo año se hicieron 1.482 valoraciones de riesgo de feminicidio, se presentaron 27.078 denuncias por violencia intrafamiliar y 3.937 por delitos sexuales. Frente a esto, desde el Distrito se han establecido mecanismos para brindar apoyo a las mujeres que son víctimas de algún tipo de violencia, como la línea 123 o la línea púrpura (018000112137).

Hay que recalcar que estas funcionan para dar orientación sobre cómo proceder frente a una agresión o después de ella, pero donde se debe realizar la denuncia formal es en la Fiscalía o en las comisarías de familia. Si no sabe cómo actuar ante cualquier tipo de violencia, sea física, sexual o psicológica, y quiere saber cómo denunciar, tenga en cuenta lo siguiente.

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Cualquier mujer, sin importar sus condiciones, tiene el derecho a presentar una denuncia. En este punto, el papel de la Secretaría de la Mujer es trascendental, ya que desde allí se hace un acompañamiento especializado para saber lo que se debe tener en cuenta para hacerlo e, incluso, dependiendo del caso, qué medida se tiene que solicitar ante las autoridades para ser protegida.

Por lo tanto, además de las líneas de atención, el Distrito hizo un convenio con establecimientos como D1, Justo y Bueno, Ara, Farmatodo, Terpel y Tostao, en donde las mujeres pueden solicitar hablar con el encargado de la tienda y manifestar que necesitan ayuda. Estos podrán llamar a la Policía o guardar sus datos para que posteriormente funcionarios especializados se pongan en contacto y la asesoren en el proceso.

En este punto, es importante tener en cuenta que no necesariamente tiene que ser la víctima la que debe reportar el caso. Esto quiere decir que cualquier familiar, amigo o vecino puede hacerlo y de esa manera ser pieza clave para ayudar a una mujer en peligro. Para denunciar legalmente algún tipo de violencia, usted puede hacerlo principalmente en dos partes: en una comisaría de familia si sufre de violencia intrafamiliar, o ante la Fiscalía, si fue víctima de cualquier otro delito.

Ante la Fiscalía usted puede hacerlo telefónicamente llamando a la línea 122 o presencialmente en los Centros de Atención Penal Integral a Víctimas (CAPIV) y en los Centros Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS). A estos se agrega la Casa de Justicia de Ciudad Bolívar, creada recientemente para ofrecer en un solo lugar todos los servicios necesarios para una atención oportuna, entre ellos, asesoría psicosocial y jurídica, acompañamiento de la Secretaría de la Mujer, Fiscalía e ICBF.

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En cuanto a las medidas de protección que cubren a las mujeres violentadas, estas son otorgadas luego de una investigación en la que se verifica el riesgo que corre quien denuncia. De esta forma, según la Ley 1257 de 2008, se puede ordenar el desalojo del agresor, la prohibición del contacto o cercanía con la víctima, y hasta ofrecerle refugio a la mujer, entre otros.

Esta última se denomina medida de acogida, que se toma cuando se demuestra que la víctima estuvo en un riesgo inminente de feminicidio, por lo que es necesario ponerla a salvo. Para eso, el Distrito dispone de cinco casas refugio en la ciudad, en donde se protege a la víctima y a quienes estén a su cargo, por ejemplo, sus hijos o nietos. Allí se les presta un servicio jurídico, psicológico y nutricional, por lo que, además de brindarles hospedaje, cuentan con alimentación y acompañamiento, en el que incluso les ayudan a conseguir empleo e interlocutan con las empresas y jefes para que tengan un cuidado especial.

En estos lugares la estadía es voluntaria y puede durar máximo seis meses, contando con todos los servicios de forma gratuita. “El objetivo es romper el ciclo de la violencia de manera integral. ¿Y eso cómo se hace? Fomentando la autonomía de la mujer”, dijo la secretaria Rodríguez, haciendo énfasis en que este servicio muchas veces es desconocido, pero gracias a él, además de salvar vidas, se ha impulsado el desarrollo de quienes ingresan allí.

Finalmente, estas, así como otras alternativas, lo que buscan es facilitar el proceso de denuncia de las mujeres que sufren algún tipo de maltrato. Dar el primer paso para denunciar y pedir ayuda se vuelve fundamental para proteger a quienes se sienten vulneradas y erradicar el problema. Al final la solidaridad y la empatía, para recordarle a cualquier mujer que cuenta con apoyo y que nunca está sola, pueden ser el primer paso para salvar una vida.