Brayan Olaya de 22 años recibió un implante de oreja. Se trata de una prótesis, hecha con tecnología 3D, que está hecha a la medida y se asemeja a una real y que le fue puesta en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá, luego de que le hicieran siete procedimientos quirúrgicos con los que no había quedado a gusto.
El joven nació con una malformación congénita llamada Anotia, que impide el desarrollo de la oreja, es decir la parte externa del oído que se puede ver, por lo que en el procedimiento, conocido como Epiplating, se instalaron unas placas óseas que se fijaron con tornillos al cráneo, sobre las que se ancló la protésis con pequeñas barras.
“Estas prótesis se asemejan mucho a la realidad. Hay prótesis que tienen venas y vasos, hay unas que se les pueden poner aretes o piercings, y quedan totalmente realistas, pues se toma en cuenta el lado contralateral del rostro del paciente, por decir el mismo color de ojos, las pestañas, la curvatura de las orejas”, dijo el doctor Diego Barreto, cirujano maxilofacial que acompañó el proceso.
Con esto, no solo se busca mejorar la apariencia física del paciente, sino además potenciar la parte psicológica y social de la persona, ya que se pueden realizar prótesis tanto de orejas como de nariz, óseas u oculares.
“Después de varias cirugías los doctores me dijeron que eso era todo, yo me sentía mal y les dije que no me veía la oreja, me sentía extraño, entonces la doctora me sugirió una prótesis e iniciamos el proceso”, indicó Brayan, quien está en proceso de cambiar su primera prótesis, la cual tiene desde hace tres años.
Esta misma práctica se ha realizado en pacientes con síndrome de Treacher Collins, malformaciones craneofaciales, que producen la ausencia de huesos como el de la frente. Para este caso se utilizó una técnica de intervención simultánea de cara y cráneo para colocar la prótesis. Esta intervención solo se ha hecho tres veces en el mundo.