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Hace unos días una compañera de trabajo se preparaba para cruzar caminando a pie por una esquina de la calle 98 en el barrio Alborada. Ella estaba esperando que los carros terminaran de pasar (para cruzar por esta esquina de una zona residencial) cuando un taxi se lanzó a toda velocidad y casi que le pisa los pies. Así que este lunes, a propósito de las cifras que presentó la Secretaría de Movilidad sobre los accidentes ocurridos entre enero y junio de este año, recordé este día en el que ella estuvo a punto de convertirse en uno de los 40 peatones que diariamente resultan lesionados en la ciudad.
Este lunes el Distrito llamó la atención de la gente sobre la importancia de utilizar la infraestructura vial como andenes, cruces seguros, intersecciones y puentes peatonales y lanzó la campaña ¿Por qué inventas maromas? Donde no las necesitas. La secretaria de Movilidad, Constanza García, dijo que lo que busca esta iniciativa es enviar un mensaje de autocontrol a los ciudadanos. También explicó que la entidad ha reforzado la vigilancia en puntos críticos de la ciudad para poder contener este tipo de accidentes.
Y aunque no se puede negar que los peatones pueden ser imprudentes en ocasiones, también vale la pena recordar que los conductores son mucho más poderosos cuando están dentro de su carro, que el caminante que está en frente suyo (como en el caso del taxista que casi aplasta los pies de la joven). De hecho, hace unos días cuando este diario registró un estudio de la Universidad Javeriana en el que cuestionaba por qué los peatones de Bogotá son tan imprudentes, el twitero @biketheway escribió diciendo que el análisis “culpa a peatones, pero no considera casos donde el conductor es el imprudente” como en la carrera 13 con calle 53 donde los autos que giran por la 53 al oriente se lanzan sin reparos contra peatones.
Sigue a El Espectador en WhatsAppSegún las cifras de Movilidad entre enero y junio de este año murieron 144 peatones (casi uno por día), que sumaron la mayor parte del total de 265 fallecidos en siniestros de tránsito en este período de 2014. El año pasado el número total de muertes fue de 231 en este mismo lapso. En cuanto a los lesionados la suma de 2014 fue de 7.276
Por esta razón, el concejal Celio Nieves dijo que aunque la administración hace grandes esfuerzos para bajar las cifras de accidentalidad en Bogotá, “las acciones se han quedado cortas frente a las cifras presentadas por la Secretaría”. Es absurdo aceptar que durante los primeros 6 meses del año 2014 se presentaron 2140 peatones heridos y que las causas principales de estas lesiones son entre otras, cruzar la vía sin observar si vienen carros y la no utilización de los pasos peatonales”.
A propósito de estas cifras, Nieves pidió implementar la campaña de “Mil cebras para Bogotá” que empezó desde el mes de mayo, pues tras un recorrido por la ciudad observó que en varias vías no hay pasos peatonales demarcados o los existentes están totalmente desdibujados y sin ningún tipo de mantenimiento, “es como si esta selva de concreto se hubiera comido las pocas cebras que existían”.
Algunas de las intersecciones donde el concejal encontró estas fallas fueron la avenida carrera 68 con calle 46, la calle 34 con carrera 7, la carrera 7 con calle 35, la carrera 7 con calle 39, la carrera 7 con calle 53 y la carrera 9 con calle 60. (Ver galería).
Justamente sobre esta problemática de las cebras que han desaparecido en las calles de la ciudad, uno de los ciudadanos que ha hecho un trabajo al respecto es Germán Sarmiento, autor de la iniciativa Cebras por la Vida, mediante la cual reclama a la sociedad para que proteja al peatón, y al Estado, para que intervenga en cuestiones tan elementales como el cuidado de la cebra y el control alrededor de elementos de la seguridad vial para que se “pueda caminar dignamente por la ciudad”. Así fue como hace dos años comenzó a repintar, junto a colectivos como el Combo 2600, estas líneas olvidadas en cruces de la capital.
Hoy su proyecto recibe el apoyo de la Secretaría de Movilidad y la Veeduría Distrital, que se unieron para llevar a Cebras por la Vida a los colegios de Bogotá, donde hacen un proceso de reflexión con los estudiantes sobre seguridad vial y la importancia de priorizar al peatón, para luego invitarlos a que sean protagonistas de las pintadas de cebras.