Han pasado poco menos de 24 horas desde que las autoridades confirmaron el hallazgo del cuerpo de Valeria Afanador, la niña de 10 años que desapareció el pasado 12 de agosto en zona rural de Cajicá. En las calles del municipio se aprecia un sol radiante, sin embargo, no es un buen día, la confusión, la consternación y el luto se advierte en la cara de los locales.
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Desde las primeras horas de la mañana la bandera que ondea en la plaza principal permanece a media asta y las instituciones del municipio se preparan para los tres días de duelo que decretó la administración municipal y para la caravana que acompañara el sepelio este domingo 31 de agosto.
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¿Qué piensa la comunidad?
Entre jóvenes y adultos la sensación es la misma: persisten muchas dudas sobre cómo se extravió Valeria y cómo una menor de 10 años pudo atravesar por una situación así. Las principales preguntas se centran en el lugar donde fue hallado su cuerpo, una zona que previamente había sido recorrida por las autoridades en intensar jornadas de búsqueda, con aparatos especializados, que no dieron resultado.
“Es sorprendente como una persona le pueda hacer eso a una niña con una condición como la de Valeria. La verdad, lo tomo con mucho dolor y me deja muy impactada ese caso; nunca había oído algo así”, le contó a El Espectador, Sara Mendivelso, residente en el municipio.
El clima de recelo y suspicacias con los detalles de la desaparición de Valeria persiste en la comunidad. Para Santiago Espitia, el desarrollo de los hechos deja más dudas que respuestas. “Es muy raro que se pierda alguien en un colegio. Un lugar donde la gente tiene la confianza de ir a dejar sus hijos, que sabe que uno los va a ir a recoger. Que se pierda una niña en ese contexto es algo muy grave que debe ser investigado en profundidad”, advierte.
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Sin embargo, durante los días de búsqueda, la comunidad sí notó la presencia de los organismos de socorro. Juan Manuel Segura, habitante de Cajicá desde hace cuatro años, relató que todos en el municipio estaban al tanto de lo que estaba ocurriendo. En una de las jornadas en que subió a la montaña, pudo ver a los equipos de búsqueda en acción. Lo que más le sorprende, según cuenta, es el tiempo que tardaron en encontrar a Valeria. Segura también se cuestiona si las autoridades locales realmente están preparadas y atentas ante casos de desaparición como este.
Indignación ante el colegio
Si bien las respuestas aún no son claras, varios habitantes coinciden en que los accesos a las instituciones, en general, deberían tener un mayor control para evitar que casos como este se repitan. Así lo expresó Jaime Rodríguez, quien señala que lo que más preocupa a la comunidad es la seguridad de los colegios.
“A mí sí me parece raro que la niña apareció donde ya la habían buscado, por ejemplo. Es muy extraño. A uno inmediatamente se le viene a la cabeza que, a pesar de tanta seguridad, nadie se haya dado cuenta de quién la puso ahí otra vez”, señaló José Danilo, quien se unió en la conversación, en relación con una de las hipótesis que se manejan del caso.
El hallazgo
El CTI de la Fiscalía realizó el levantamiento del cuerpo, hallado en el sector de Fragua, a orillas del río Frío y a menos de 300 metros del colegio, del que desapareció la menor. Aunque por jurisdicción debía ser trasladado a la sede de Medicina Legal en Sopó, por la complejidad del caso y su impacto nacional, fue llevado a Bogotá pasadas las 7:00 p.m.
Vale recordar que desde el momento en que los organismos de socorro conocieron el caso, a la 1:00 p.m. del 12 de agosto (tres horas después de la desaparición), se desplegó una amplia operación de búsqueda. Esta comenzó con 100 socorristas y llegó a contar con casi 400 personas, entre bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, policías y soldados, además del uso de drones con sensores térmicos.
A pesar de las extensas jornadas y una acción que se desplegó casi 20 kilómetros a la redonda, no encontraron rastros de la niña. Por eso, la semana pasada el comandante de Bomberos de Cajicá anunció que se descartaba en un 95% la hipótesis del accidente o la caída al río, y empezó a tomar fuerza la teoría de un rapto, como lo anunció el propio gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey.
En la zona del hallazgo se realizaron, al menos, seis recorridos previos
Ante la principal incógnita donde fue hallado el cuerpo de Valeria, el Comandante de Bomberos de Cajicá, Rafael Leguizamón, en conversación con El Espectador, aseguró que, “como organismos de socorro, yo puedo garantizar que en el sitio donde apareció la menor se hicieron recorridos por tierra, en bote, inmersión de buzos, labores de gancho cuerda. En el lugar, se pasaron más de cinco o seis veces por ahí y no se habían obtenido resultados”.
Así mismo, destacó que por las condiciones de baja profundidad del río, si el cuerpo estuviese en la zona desde hace varios días, resulta altamente improbable que los integrantes de los equipos de emergencia no se hubieran percatado, pues los recorridos acuáticos y los aparatos especializados de búsqueda no emitieron alertas.
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Ante los cuestionamientos de búsqueda hechos por la misma familia de la menor, en los que ponían de antesala que no se estaban llevando los procesos correctamente, el comandante Leguizamón señaló que, “Ya el día 16 y 17, por la disponibilidad de los equipos y la misma situación, se trasladó el PMU al CISAEC, pero se seguían atendiendo todas las llamadas que llegaban. Incluso, cada vez que la familia requería acompañamiento por información que les llegaba, se destinaba un equipo para hacer el acompañamiento”.
Adicionalmente, un punto clave, fue la notificación de la desaparición a los entes de socorro, la cual llegó tras cuatro horas, lo que sí pudo traer una afectación al proceso, “la idea en una situación de esas es actuar en forma inmediata. En la investigación también se está analizando cómo fue el reporte de la emergencia”, concluyó el comandante.
Fue el primer caso, con estas condiciones, en el municipio
Sobre las circunstancias, este es un caso que tomó por sorpresa a todo el municipio. Ya no se trata de situaciones comunes. El secretario de Seguridad y Convivencia, Wilson Halaby Nagui, señaló que “regularmente, no se han presentado desapariciones como este caso que nos comprometió por 19 días, que es el de Valeria. Que tengamos un desaparecido, que no se vuelva a saber nada de esa persona, pues no hemos tenido. Es la primera vez que tenemos este tipo de casos”.
Desapariciones en el municipio
Inclusive, al preguntarle al secretario por el otro caso que ocurrió en paralelo, el hallazgo de los restos de un joven que también había desaparecido en el municipio en el mes de junio, el secretario explicó que la madre de este había hecho el reporte de la desaparición a Bogotá y aclaró que las autoridades de Cajicá no tenían conocimiento de ese caso en concreto.
El caso de Valeria Afanador es una lamentable situación que deja a la comunidad del municipio con muchas dudas, las cuales esperan sean aclaradas pronto por los entes competentes, y con un gran dolor. Hoy por hoy, las instituciones cumplieron con la labor que estaba en sus manos, lo que queda de ahora en adelante es la tarea de remendar la confianza de las personas y la familia, quienes hoy exigen justicia para Valeria y que el caso no quede en la impunidad. De igual manera, en las últimas horas, la Fiscalía General de la Nación ya informó que el dictamen forense estableció que el cuerpo hallado en el río, en el sector de Fagua, sí corresponde al de Valeria Afanador.
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