Con el encendido del árbol de 56 metros de altura en el parque El Tunal se dio inicio a la temporada navideña en Bogotá. Pero más allá de los 54 kilómetros de luces, distribuidos en 30 puntos, serán el arte y la cultura los que se roben los reflectores. Más de 4.300 artistas, en 670 actividades, darán vida a las calles, con propuestas que rompen la tradición y las nutren de arte vivo, con espectáculos cada año más relevantes.
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El objetivo de la programación de este fin de año apunta a tres propósitos: que los indicadores del sector artísticos sigan aumentando —los cuales hoy aportan casi el 5 % del PIB local—, que la capital se consolide como epicentro cultural del país y seguir abonando el terreno para el crecimiento exponencial de esta industria a 2038.
Navidad móvil
Tradicionalmente la Navidad se vive en Bogotá a través de rituales que, por años, definieron su carácter religioso, familiar y festivo; pero, desde hace unos años, la temporada ha tenido que ir más allá del popular encendido de alumbrados y las campañas contra el uso de pólvora. Este año, durante 18 días, la ciudad será un escenario al aire libre con una programación que incluye desfiles, conciertos, recorridos nocturnos y espectáculos de gran formato.
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La agenda inició con el gran encendido de la Navidad en el Parque El Tunal y el Desfile Inaugural del 7 de diciembre, que llevó a más de 1.000 artistas por la carrera séptima hasta la Plaza de Bolívar. A esto se suman la Ciclovía Nocturna del 11 de diciembre, el Gran Baile Mayor en el Movistar Arena, la Feria Gastronómica Sabor Bogotá, el Festival Navideño en Suba y la Navidad Móvil, que junta dos escenarios itinerantes de la capital con propuestas escénicas innovadoras que soprenderán al público.
En esta misma línea, el corazón de la temporada está en los grandes espectáculos, en especial “Una ciudad imaginada”, el montaje inmersivo que combina videomapping, música y movimiento para proyectar los sueños del futuro de la ciudad, con funciones gratuitas del 13 al 23 de diciembre, en la Plaza de Bolívar. Junto a él, montajes como Más allá de las nubes, en la Plaza Santamaría, y Un ritmo, muchas voces, en el Parque El Tunal. Esto completa la apuesta de Bogotá por una Navidad que incorpora todo el potencial cultural de la ciudad.
La Farsa, espionaje musical
La Navidad Móvil es una de las apuestas innovadoras. Olga Prieto, o “la agente número 2”, es integrante de La Farsa, un grupo que combina música y teatro para retratar, desde ritmos como ska y gypsy, los tormentos de una ciudad. En su caso, se presentarán el 18 diciembre en el escenario móvil María Mercedes Carranza, espacio diseñado para descentralizar el arte en Bogotá junto al Escenario Móvil Armando de la Torre (1999).
En conversación con El Espectador, la artista cuenta que el proyecto nació como un encuentro entre amigos en la Universidad Católica, aunque sus directores, David Contreras y Cristian Real, se conocen desde el colegio. Con el tiempo, ampliaron el equipo y dieron forma a una agrupación que mezcla música, dramaturgia y una estética inspirada en la novela y el cine negro.
“Somos una agencia de espionaje musical, que opera en un universo ambientado en Bogotá de los años 40”, explicó. Esa narrativa se refleja en cada detalle del show: luces contrastadas, personajes, pequeñas escenas teatrales y un sonido que mezcla neoswing, tango, gypsy, ska y atmósferas propias del cabaret oscuro. Llevan siete años trabajando juntos y están de gira con su primer álbum, Swing Rebelde, compuesto por 11 canciones originales y un cover del bolero “Quizás”, al que le guardan especial cariño.
La Farsa se presentará frente al Museo Nacional, con un repertorio cargado de energía y dramatismo, “un recorrido musical de la agencia por sus secretos”, con música en vivo, actuaciones y performance. Para Olga, este tipo de iniciativas son claves en una ciudad con una agenda cultural inmensa pero subutilizada.
“En momentos de unión familiar, estos espacios son relevantes, porque permiten salir de la tradicional novena en casa y buscar lugares de encuentro”, dice. La artista destaca que estas presentaciones democratizan el acceso a la cultura y ayudan a “construir públicos” que no conocen la oferta de Bogotá o no pueden desplazarse a salas tradicionales.
Sobre el papel de la Navidad como escenario para propuestas alternativas, Olga cree que la ciudad necesita precisamente eso: planes diferentes, donde la familia y las comunidades puedan encontrarse, descubrir artistas nuevos y ampliar su imaginario cultural. También resaltó la importancia del voz a voz, una herramienta que ha permitido que agrupaciones como la suya amplíen su comunidad.
“Hay gente que nos conoce por redes, pero el voz a voz crea una red inmensa y valiosa”. Para los próximos años, considera fundamental fortalecer las alianzas entre artistas y reconocer quiénes están creando en la ciudad: “Conocer quiénes somos, generar redes de gestión y potenciar los espacios para que la ciudadanía también nos reconozca”.
Aumenta la demanda de espectáculos
La novena edición de la Cuenta Satélite de Economía Cultural y Creativa de Bogotá, revelada hace unos meses por el DANE y la Secretaría de Cultura, demuestra el peso que ha adquirido la cultura en la economía de la ciudad. En 2024, los eventos como conciertos, festivales, actividades deportivas y espectáculos en vivo dejaron un impacto económico estimado de COP 328.000 millones, mientras que el conjunto del sector cultural y creativo aportó un valor agregado de COP 20,8 billones, equivalente al 5,5 % del PIB de Bogotá.
Mientras las creaciones funcionales, que concentran el 72 % del aporte cultural en Bogotá (con COP 14,9 billones el año pasado), apenas crecieron el 1 %, la sorpresa la dieron las áreas de artes y patrimonio, que generaron más de COP 2,5 billones y crecieron 4,2 %, impulsadas por el auge de los espectáculos en vivo, que crecieron 33 %, y las artes visuales, un 28,7 %. En contraste, las industrias culturales como editorial, audiovisual y fonográfico, entre otras, sumaron COP 3,2 billones, pero registraron una caída del 3,4 % .
Por ejemplo, en materia editorial, la apuesta local es fortalecer el Libro al Viento y las nuevas ediciones. Este diciembre, la editorial local alcanza 186 títulos gracias a cuatro nuevos lanzamientos que recorren la crónica urbana, la narrativa breve, el relato autobiográfico y las historias del hip hop bogotano. Bajo el lema “Nuevas lecturas para Bogotá”, Idartes busca fortalecer el acceso libre al libro y llevar la literatura a parques, plazas, transporte público, máquinas expendedoras y actividades de mediación en toda la ciudad.
Con estos lanzamientos y la presencia en más localidades, eventos presenciales y formato digital, Bogotá abre la temporada decembrina con apuestas divergentes que apuntan a una tarea ambiciona a 2038: democratizar el arte y acercar nuevas voces a los bogotanos.
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