Esta es la versión de la esposa de Francisco Uribe del día del crimen de Yuliana Samboní

La mujer, quien figura como propietaria de la camioneta en la que la pequeña fue raptada por Rafael Uribe Noguera, detalló la incertidumbre que se vivió en la casa de sus suegros, durante el día de los hechos.

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-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
06 de junio de 2019 - 02:37 p. m.
De izquierda a derecha: Francisco Uribe Noguera; su hermana Catalina; Laura Arboleda; y el abogado de Francisco.  / El Espectador
De izquierda a derecha: Francisco Uribe Noguera; su hermana Catalina; Laura Arboleda; y el abogado de Francisco. / El Espectador
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Este jueves, en desarrollo del juicio contra Francisco y Catalina Uribe Noguera, investigados por supuestamente encubrir el actuar delictivo de su hermano, Rafael Uribe Noguera –confeso asesino de la pequeña Yuliana Samboní– fue escuchada como testigo Laura Arboleda, la esposa de Francisco Uribe Noguera y a nombre de quien figuraba el vehículo en el que fue raptada la menor.

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Durante la audiencia, en la que estuvieron presentes los hermanos Uribe Noguera, Arboleda indicó que ese 4 de diciembre de 2016 se encontraba en un bazar en el Gimnasio Moderno en compañía de su esposo y sus hijas. Cuenta que cuando iban saliendo, sobre la 1:30 de la tarde, se percató de que tenía tres llamadas pérdidas y al devolverlas, le advirtieron que se estaban comunicando del Gaula de la Policía.

“Me dijeron que una camioneta a mi nombre estaba involucrado en la desaparición de una menor. Pensé que era una llamada millonaria”, narró la mujer. Asegura que, al presentir que no se trataba de una estafa sino de un hecho de gravedad, la situación fue asumida por Francisco, mientras ella se desplazó a su vivienda, muy cerca al edificio Equus 66, en compañía de sus hijas.

“Francisco quedó en encontrarse con los investigadores en el CAI de Lourdes, mientras yo me fui con las niñas a donde mis suegros, pues él se quedó con las llaves de nuestra casa. Yo también le dejé mi celular, porque a ese teléfono era al que se comunicaban las autoridades”, señaló.

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Según Arboleda, una vez dejó a las menores en la vivienda en compañía de sus suegros, comenzó a revisar si en los parqueaderos de los edificios Equus 64 y 66 se encontraba la camioneta. Al evidenciar que el carro no estaba, le preguntó a los vigilantes si tenían información de Rafael Uribe Noguera: “Recibí una llamada de Catalina y me dijo que ya se había comunicado con Rafael. Ella me contó que le preguntó que dónde estaba y él le dijo que con una amiga”.

En medio de toda esta situación, la esposa de Francisco Uribe narró que en la vivienda de sus suegros el ambiente era de incertidumbre y desconcierto ante lo que estaba ocurriendo, al punto que su suegro tuvo que recibir atención médica: “Mi suegro estaba pálido, sin poderse mover”, señaló. Agregó que en la tarde, mientras estaba en la vivienda de los padres de los Uribe Noguera, llegó al sector una camioneta de la que descendieron agentes del Gaula y su esposo Francisco.

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Horas después, cuando por fin pudo hablar con su pareja, Arboleda cuenta que este le confirmó que ya habían encontrado a Rafael y que, según su versión, la pequeña había descendido de la camioneta en el camino al edificio. “Mi esposo me dijo ‘Rafael está vuelto mierda’, en referencia a que lo habían encontrado en un muy mal estado”.

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Otro de los testigos que fue llamado a declarar fue Jorge Luis Helo, esposo de Catalina Uribe Noguera. En su relato, coincidió en que iban a encontrarse con Laura Arboleda y Francisco Noguera en el bazar del Gimnasio Moderno en compañía de los padres de los hermanos. Contó que tras el evento, se iban a desplazar a un almuerzo familiar al lado de sus padres; sin embargo, primero dejaron a su suegra en la vivienda, en cercanías del edificio Equus 64.

Indica que una vez en la casa de su suegra, Catalina la acompañó y en ese momento, fue cuando comenzaron a tener reporte de lo que estaba ocurriendo con la camioneta y con Rafael Uribe. “Catalina me dice que logró comunicarse con él y que le dijo que llamara a Francisco, que su carro estaba involucrado en un secuestro. Él dijo que estaba donde una amiga y que la camioneta estaba parqueada en Equus 66”.

Helo señaló además que, si bien se desplazó en compañía de su esposa al almuerzo familiar, ella tuvo que devolverse a casa de sus padres dado su nivel de angustia. "Yo me quedé en casa de mis padres y me llamó Catalina, que estaban en el apartamento de Equus 66 y que Francisco estaba dentro con Rafael, que estaban gritando y peleando. Ella estaba muy angustiada".

Posteriormente, el esposo de Catalina Uribe se desplazó a la vivienda de sus suegros. Allí Catalina le contó que Rafael Uribe Noguera estaba camino a la Clínica Monserrat, "porque estaba demasiado drogado".

Indicó además que se desplazaron hasta el centro médico y que allí les dijeron que desplazarían a Rafael a la Clínica Navarra debido a problemas cardíacos. "Catalina entró a la habitación donde estaba Rafael. Me contó que él solo decía 'me quiero morir, me quiero morir'".

El esposo precisó que en la clínica interactuaron con agentes del Gaula que les dijeron que había aparecido la niña, "eso en principio fue un alivio y Catalina dijo 'gracias a Dios', pero justo ahí los agentes nos dijeron que apareció pero, probablemente sin vida. Quedamos fríos ".

Ya sobre las 11:00 de la noche, contó Helo, Catalina recibió una llamada de Francisco en la que confirmó que Rafael había confesado que había asesinado a la menor.

Ayer, desde la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, rindió declaración Rafael Uribe Noguera, confeso asesino de la pequeña Yuliana Samboní, quien fue llamado como testigo en desarrollo del proceso judicial contra sus hermanos (Catalina y Francisco Uribe Noguera) por supuesto encubrimiento.

En la declaración dice que “no recuerda exactamente” lo ocurrido, pues alega tener “tergiversado el tiempo”. Sin embargo, señala que sus hermanos no encubrieron lo ocurrido, que los engañó y que ellos lo instaron a establecer el paradero de la menor.

La diligencia se extenderá hasta este viernes, cuando se escucharán a los otros testigos a favor de los hermanos. Una vez concluya esta etapa vendrán los alegatos finales, con los que se tratará de convencer al despacho sobre la inocencia o culpabilidad de los procesados.

 

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