Después de varios meses de escucha, participación ciudadana y encuentros realizados por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) se tomó la decisión de que el monumento de Gonzalo Jiménez de Quesada, antiguamente ubicado en la plazoleta de la Universidad El Rosario, será restaurado y posteriormente trasladado al Museo de Bogotá. Se espera que esta restauración esté lista a finales de 2021, momento en el cual se anunciará la fecha de su exposición al público.
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Durante el marco del Paro nacional, un grupo de indígenas Misak derrumbaron la estatua, alegando que las representaciones simbólicas de los conquistadores no reivindican la historia de lucha y resistencia de comunidades étnicas, sino que glorifican el asesinato de miles de sus antecesores.
Por esta razón, durante más de cinco meses se realizaron nueve mesas de diálogo en donde participaron académicos, organizaciones sociales representantes de pueblos indígenas, colectivos feministas y de jóvenes; también estuvo presente el Consejo Local de Patrimonio, la Asociación Colombiana de Restauradores, la Mesa de Museos de Bogotá y la Mesa de arquitectos y urbanistas.
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Ante esto, el director del IDPC, Patrick Morales mencionó que, “hemos escuchado distintos sectores de la sociedad alrededor del debate de los monumentos, hemos dialogado con sectores de jóvenes, de mujeres, con grupos étnicos, con sectores que están interesados en la restauración y conservación de los monumentos en espacio público. Continuaremos la conversación sobre los monumentos en el espacio público. No olvidemos que el patrimonio es un ámbito dinámico, cambiante”.
De igual forma, Morales destacó que la llegada de la estatua al Museo de Bogotá permite seguir fomentando conversaciones y discusiones sobre los cambios sociales y culturales por lo que inevitablemente pasará la sociedad colombiana. Por lo cual, desde el Museo se crearán espacios de cocreación para diseñar el dispositivo museológico que acompañará al monumento de Gonzalo Jiménez de Quesada.
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La restauración que se realizará permitirá que la estatua conserve las huellas que ha dejado el tiempo, procurando que factores de deterioro no aumenten y se conserve su materialidad. De igual forma, el montaje que se diseñará en el Museo estará acompañado de herramientas pedagógicas que fomenten la interpretación de los monumentos en general. “Si se borran las huellas, si se derrumban los monumentos, se suprimen los argumentos para cooperar en torno a la construcción de nuevos proyectos de ciudad”, mencionó el director del IDPC.