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El aumento del pasaje de Transmilenio, aunque impopular, es inminente. Y no solo por la desfinanciación que señala el alcalde Carlos Fernando Galán por parte del Gobierno Nacional, sino porque transportar a cada capitalino en un articulado rojo le cuesta al sistema $5.895 y en un zonal azul, $4.288, de lo cual el usuario paga solo una parte de la tarifa y el resto es subsidiado, costos de operación que aumentarán en 2025.
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Lo confirmó el alcalde Galán en una entrevista que concedió a la sección de Sala de Redacción de City Tv, en la que anunció que el aumento es un hecho y dio esta explicación: “este año no nos dieron 825.000 millones, que en el presupuesto de 2024 nos iban a dar”, dijo al aire.
Expertos como Darío Hidalgo, profesor de transporte de la Universidad Javeriana, coinciden en que el mínimo aumento debe ser de $200 y ya se veía venir. “En el proyecto de presupuesto en el Concejo de Bogotá, que se debatió, se contempla un aumento por este valor, teniendo en cuenta los costos del diésel y otros que aumentarán el costo de la operación. Y hay que subir el pasaje, ya que si el pasaje no aumenta, aumenta el costo del “apoyo público”. Un lujo que Bogotá no puede darse, ya que tiene a tope el cupo de endeudamiento.
Adicional a la subida del pasaje, el alcalde se refirió a estrategias que contempla la administración para que los bogotanos no sientan tan duro el golpe en sus bolsillos. Habló sobre paquetes de pasajes que reducirían un poco las tarifas. “La idea es, al tiempo con subir la tarifa de Transmilenio, darle alternativas al ciudadano”.
Entre otros alivios, la administración se encuentra analizando un cambio en la entrega de subsidios de transporte que hasta la fecha, para ciudadanos con Sisbén, se entregaba a modo de descuento en la tarifa. Ahora, el Distrito entregaría bonos o recargas directas a las tarjetas, lo que incentivaría el uso del transporte.
¿Cuánto cuesta transportar a un usuario en Transmilenio y SITP?
Hay que tener en cuenta que el sistema de transporte público de la capital es, en su mayoría, subsidiado. La operación cuesta casi $6 billones y, juntando lo que pagan los usuarios y lo que aporta la ciudad, queda un hueco de $3,12 billones, que algunos conocen como défit, pero expertos como Hidalgo, prefieren llamar “apoyo público”.
Este hueco se cubre con ayudas estatales y deuda, pero no ha dejado de crecer. “Este esquema es común en el mundo. Muy pocos sistemas de transporte público pueden cubrir la operación solo con la tarifa” explicó Hidalgo a El Espectador.
Y esa brecha entre gastos e ingresos, se explica en la amplia brecha entre la tarifa técnica (lo que vale transportar un pasajero) y la tarifa que paga el usuario. Por ejemplo, transportar un pasajero en un bus del SITP cuesta $5.895 y el usuario solo paga $2.750, es decir, la diferencia es de $3.145. Esta se hace más amplia con la población subsidiada, que paga $2.249. ¿Cómo equilibrar un poco la balanza? Con más pasajeros y un pasaje más caro.
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Por Redacción Bogotá
