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El uniformado había desaparecido el pasado domingo 27 de enero luego de atender una emergencia en el barrio Villa Nidia en el norte de Bogotá. (Ver video). Sin embargo, este lunes fue encontrado por efectivos de Ponalsar (Grupo de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastre) en la calle 142 con carrera 4.
Las primeras versiones extraoficiales indican que el patrullero presentaba signos de tortura y un impacto de bala, además de estar cubierto por varias bolsas. No obstante, las autoridades no han confirmado esta versión.
“Me informan que ha sido hallado el cuerpo del señor patrullero Díaz, que se encontraba desaparecido desde el pasado 27 de enero, fue hallado en un caño en la jurisdicción donde se perdió, ya se está coordinando el levantamiento de él y posteriormente para saber sobre el dictamen de la necropsia que va a hacer el Instituto de Medicina Legal. El caso lo está manejando directamente el general Martínez, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá”, señaló al respecto el comandante de la Policía, general León Riaño.
Se conoció que la Fiscalía conformará un grupo elite para establecer la muerte del uniformado. Así mismo, el órgano acusador está recolectando pruebas documentales y testimoniales en el lugar donde fue hallado el cuerpo.
Por ahora se conoce que en la zona donde se halló el cadáver, la Fuerza Pública ya había buscado en días anteriores y no hallaron rastros del uniformado, al parecer en las últimas horas el cuerpo habría sido puesto allí y cubierto por unas bolsas de varios colores.
El CTI y personal de Medicina Legal intentan establecer el momento exacto de la muerte para saber si el patrullero permaneció secuestrado durante varios días o perdió la vida el mismo día de su desaparición.
Se espera que en las próximas horas los exámenes que realizan los especialistas determinen si los signos de violencia que presenta el cuerpo son producto de una acción deliberada o por contusiones generadas al momento de su desaparición.
En su momento, la Policía de Carabineros emprendió la búsqueda en los cerros orientales de la localidad de Usaquén e instaló en el sector de Cerro Norte un CAI móvil que permaneció activo las 24 horas del día.
El Subintendente Rusber Hincapié, quién se encontraba con el patrullero Díaz Vergara antes de su desaparición, aseguró en su momento que su compañero se distinguía por su espíritu emprendedor. “Era muy aventado y no le tenía miedo a las misiones, por arriesgadas que parecieran”, manifestó Hincapié.
Durante las labores de búsqueda, los uniformados habían encontraron el casco y el chaleco antibalas, propiedad del patrullero, que tenía evidencias de haber sido arrastrado.
La Policía temía que el uniformado hubiese caído en manos de grupos ilegales.