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La Organización Internacional de Policía Criminal, Interpol, emitió una circular amarilla para ayudar en la búsqueda de la pequeña de 10 años, Valeria Afanador, desaparecida el pasado 12 de agosto en la vereda El Canelón (Cajicá).
Con su foto y descripción de su altura (1.23 metros), peso (23 kg), color de cabello negro y ojos color castaño, la notificación ya alcanza una alerta policial mundial para aumentar las probabilidades de encontrarla. Asimismo, se pone en conocimiento de los funcionarios en las fronteras y Colombia puede solicitar e intercambiar información esencial con otros países relativa a la investigación.
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Desde el pasado fin de semana, las autoridades aumentaron la recompensa para quien brinde información de su paradero a 70 millones de pesos. Pese al amplio despliegue de las autoridades en la ronda del río Frío, en los alrededores del colegio e incluso en municipios aledaños, hasta el momento los operativos han resultado infructuosos y el paradero de Valeria continúa siendo un misterio.
La desaparición
El drama comenzó a las 10:00 a.m. del martes 12 de agosto, en la institución ubicada en la vereda El Canelón (Cajicá), en la ronda del río Frío. Al notar la ausencia de la niña, el personal inició una infructuosa búsqueda interna. Andrea Medina, consultora del colegio, explicó que pasaron 10 minutos antes de percatarse de que Valeria no estaba. En ese momento activaron el protocolo interno e informaron a los padres. Treinta minutos después, emitieron la alarma general y, quince minutos más tarde, notificaron a la Policía.
El caso ha generado indignación en la comunidad del municipio y cuestionamientos sobre la eficiencia y la responsabilidad del colegio a la hora de cuidar y proteger a la menor. Ante esto, la institución ha respondido: “Es inaudito. No tenemos explicación lógica o veraz. La hemos buscado por todos lados, pero no aparece (…) Los niños con discapacidad, que son varios, no tienen una persona asignada específicamente para su cuidado, están salvaguardados por todo el colegio”.
Pese a que se activaron los protocolos internos, las autoridades de rescate fueron notificadas varias horas después. El comandante de Bomberos de Cajicá, Rafael Leguizamón, precisó que “fue después de la 1:00 p.m. cuando se recibió la llamada y se movilizaron todos los cuerpos de socorro, incluso los equipos de búsqueda forestal y rescate, bajo coordinación de la administración municipal, la Dirección de Gestión del Riesgo y el Cuerpo Oficial de Bomberos”.
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Tras la notificación, las autoridades activaron un Puesto de Mando Unificado (PMU) en el colegio para coordinar la búsqueda, desde donde se plantearon tres hipótesis: que la niña cayó al río; que bordeó el cauce y salió hacia zonas aledañas; o que salió del colegio y se desplazó hacia el municipio. Tras una semana de búsqueda, la hipótesis de la caída al río ha perdido fuerza.
Edilberto Afanador, pariente de la niña, destacó el difícil momento que atraviesan, ya que Valeria fue la primera hija del matrimonio y representaba fuerza y unión para la familia. En cuanto a las hipótesis, señaló que, aunque la principal fue una posible caída al río, no se puede ignorar que entre la reja del colegio y el afluente hay un sendero.
Lo que abrió dos opciones más: que caminó hacia la vereda, aunque las cámaras no muestran su desplazamiento, o que alguien la haya visto en la zona y se la haya llevado. Las circunstancias han llevado a considerar escenarios más dolorosos: que alguien la pudo haber convencido de salir, como sugirió el abuelo de la menor.
Esto abrió dos nuevas posibilidades: que caminara hacia la vereda —aunque las cámaras no muestran su desplazamiento— o que alguien la hubiera visto en la zona y se la llevara. Las circunstancias han llevado a considerar escenarios más dolorosos, como la posibilidad de que alguien la convenciera de salir, como sugirió el abuelo de la menor.
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