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La incansable lucha por encontrar justicia para Paola

Luego de casi tres meses del fatal accidente que dejó una persona muerta y otra herida, las autoridades no han avanzado en el proceso judicial, aunque familiares de las víctimas han entregado con pruebas contundentes.

Luis Miguel Castellanos Barragan
24 de septiembre de 2021 - 02:00 a. m.
María Teresa Beltran, mamá de Viviana Paola Romero Beltran,  joven que murio al ser atropellada por un auto en la avenida Villavicencio con transversal 34
María Teresa Beltran, mamá de Viviana Paola Romero Beltran, joven que murio al ser atropellada por un auto en la avenida Villavicencio con transversal 34
Foto: El Espectador - Óscar Pérez

María Teresa Beltrán ya perdió la cuenta de las velas que ha prendido en memoria de su hija Paola Romero Beltrán. Lo que sí cuenta con rigurosidad son los días desde que ella murió, debido a los múltiples golpes que sufrió luego de que un vehículo, con aparente exceso de velocidad, la arrollara a ella y a otro joven, en el sur de Bogotá.

Describir la amargura que atraviesa esta mujer podría ser sencillo usando las palabras adecuadas, pero la mejor forma de entenderla es viéndola a los ojos. Su mirada cansada y casi apagada obedece a llevar a cuestas no solo el dolor de una pérdida como esta, sino también a enfrentar lo que ella describe como el “abandono de la justicia”.

Hoy se cumplen 82 días desde el accidente y 79 desde la muerte de la joven, de 25 años, y hasta ahora el proceso judicial no avanza, a pesar de que las familias de las dos víctimas se dieron a la tarea de hacer las veces de investigadores, porque a quienes les correspondía esa diligencia a la fecha no se han pronunciado. El presunto responsable sigue sin pisar un tribunal.

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Recorrer los pasos de la muerte no es fácil, dice María Beltrán, porque cada vez que visita el lugar en donde su hija fue arrollada, es como si una mano enorme entrara en ella y le revolviera sin compasión la herida que tiene entre el pecho y la espalda. Aún con la sensación de fatiga, vacío y tristeza infinita, ella reconstruyó junto con El Espectador el minuto a minuto previo y posterior al accidente, en el que a pesar de haber una persona muerta y una más con secuelas, parece que reinara la impunidad, porque aun con pruebas contundentes, las autoridades han guardado silencio.

Lunes 5 de julio 6:50 a.m.

Paola Romero caminó por unos diez minutos desde su casa, en el barrio Candelaria La Nueva (Ciudad Bolívar), hasta la calle 61 sur con carrera 32. Se detuvo, como todos los días, en el paradero del SITP, a esperar a que llegara su transporte para ir a trabajar. Un bus pasó, pero no la recogió y María explica ese hecho como producto del destino y no una casualidad, porque segundos después ocurrió lo que tanto quisiera olvidar: el accidente.

Entre las 7:15 y las 7:20 a.m. una camioneta, de placas IFN 634, con matrícula de Bogotá, que se movilizaba en sentido oriente-occidente por la calle 61 sur y, al parecer, sobrepasando los límites de velocidad, se subió al andén, arrolló a Paola y a Freddy Nicolás Sánchez, que se movilizaba en bicicleta e iba a no más de cinco metros de allí. El vehículo, cuenta el único sobreviviente del accidente, no se detuvo sino hasta que chocó contra el separador. De él se bajó un hombre, miró hacia atrás y, tras ver a los dos jóvenes tendidos en el suelo, emprendió la huida.

Mientras las dos víctimas estaban en la unidad de cuidados intensivos, en centros asistenciales del sur de la capital, sus familiares optaron por recorrer la zona y fue así como lograron establecer que la camioneta roja, tras el accidente, siguió sobre la calle 61 sur hasta la carrera 38, ahí dobló hacia el norte y bajó unas cinco cuadras. Luego de hacer varias paradas, como quedó registrado en cámaras, la camioneta llegó hasta un taller, ubicado en cercanías de la calle 59 sur con carrera 45 (Arborizadora), en donde la repararon ese mismo 5 de julio luego del choque.

“Mi hija falleció el jueves 8 de julio. En ese momento empezamos a averiguar y a recorrer varias veces el lugar del accidente. Junto con la familia de Nicolás (la otra víctima) encontramos videos de todo el recorrido que hizo el carro luego de atropellarlos. Incluso confirmamos que unas personas habían estado ingiriendo licor en ese carro hasta horas antes de que ocurriera el accidente”, dice María Teresa.

Lo que debería ser el material probatorio para dar con quien conducía el vehículo, ahora solo son una serie de archivos que, al parecer, ni siquiera son consultados por la fiscal del caso, pues aparentemente llegaron a su poder solo semanas después de que la familia se los entregó a la investigadora, porque esta última habría salido de vacaciones.

“Hasta el 8 de septiembre nos llamaron a testificar y ese mismo día me dijeron que casos como el de mi hija hay muchos, entonces que tocaba esperar. ¡Pero este caso es diferente! Hemos entregado pruebas; tenemos todo el recorrido que hizo el carro después del accidente; entregamos partes del carro, un pedazo del bómper y una luz. Tenemos las fotos del momento en el que lo están arreglando, porque toda la parte que quedó destruida fue con la que arrollaron a mi hija y al otro muchacho. Sabemos que estaban tomando en ese carro la misma mañana del accidente: ¿qué hay que esperar?”, agrega la señora Beltrán.

Según cifras obtenidas por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, respaldadas en los informes de Medicina Legal, en lo corrido de este año han fallecido 112 peatones, y julio, cuando ocurrió este siniestro, fue el segundo mes (después de junio) en el que murieron más personas por accidentes viales.

Hay días en los que María Teresa asimila menos todo lo que ha pasado en estos dos meses y medio, el subconsciente la traiciona y termina hablando de Paola como si estuviera presente. Recuerda que el próximo 4 de octubre cumpliría 26 años, pero luego recapitula y ahora la menciona en tiempo pasado, porque aún no se acostumbra a su ausencia.

Ella sabe que el camino para hallar justicia y reparación será bastante largo y hasta tedioso, pero está dispuesta a recorrerlo hasta encontrar al responsable, a quien no perdona y espera que la ley tampoco lo haga, porque esta vida no le alcanzará para sanar la herida que se abrió con la partida de su hija.

Así va el balance de accidentalidad en Bogotá

Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, desde enero y hasta julio de este año han muerto 313 personas en accidentes de tránsito en las vías de la capital, mientras que otras 2.340 han resultado heridas. En un informe revelado el pasado 10 de septiembre quedó en evidencia que en junio y julio murieron, cada mes, 49 personas, ubicándose entonces como los meses más accidentados del primer semestre del 2021.

Entre las principales víctimas están los motociclistas: 1.111 heridos y 122 muertos, los peatones: 409 heridos y 112 muertos, y los biciusuarios: 395 heridos y 54 muertos, esto durante ese mismo periodo de tiempo de estudio.

Las cifras, que están respaldadas con información de Medicina Legal, también permitieron establecer que los días en los que se presentan más accidentes de tránsito con víctimas fatales, son los sábados entre las 9 p.m. y la medianoche, y en muchos de estos casos se han visto involucrados conductores alcoholizados.

Algunas de las vías en donde se registran más accidentes son la avenida Boyacá, la avenida Ciudad de Cali, 1° de Mayo y Ciudad de Villavicencio.

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