Las divisiones de la campaña por la revocatoria de Peñalosa

Buscar el respaldo de los principales sindicatos generó una ruptura entre los grupos que promueven la salida de Peñalosa. Por eso no llegaron unidos ante la Registraduría, donde se inscribieron tres comités.

Carlos Hernández Osorio
03 de enero de 2017 - 03:00 a. m.
El comité del grupo Revoquemos a Peñalosa fue el primero en inscribirse ayer en la Registraduría. / Mauricio Alvarado - El Espectador
El comité del grupo Revoquemos a Peñalosa fue el primero en inscribirse ayer en la Registraduría. / Mauricio Alvarado - El Espectador

Aunque la intención es la misma, ayer llegaron a la sede de la Registraduría Distrital, en el centro de Bogotá, tres grupos distintos para inscribirse oficialmente como impulsores de la revocatoria del alcalde Enrique Peñalosa. Habrían podido sumar esfuerzos para recoger en los próximos seis meses las 271.818 firmas necesarias, como mínimo, para que los ciudadanos sean convocados a las urnas, pero ahora cada uno, por separado, deberá recoger ese número de apoyos. Entrarán en una suerte de competencia.

La principal división está entre los grupos Revoquemos a Peñalosa y Unidos Revocamos a Peñalosa. El primero viene trabajando desde noviembre de 2015, sin que el alcalde se hubiera posesionado, e inscribió su comité este lunes a las 8:00 de la mañana. Su líder, Leonardo Puentes, dice: “Por nosotros, la gente se dio cuenta de que la revocatoria es posible. Trabajamos todo el 2016 en esto y nos acercamos a distintos sectores ciudadanos. También hicimos un panel con el fin de persuadir a los políticos de que no hicieran procesos revocatorios propios, sino que se unieran a esta iniciativa. Que los políticos empujen, pero que esto se haga en los tenis de los ciudadanos”.

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A la hora de concretar el respaldo de los sindicatos, sin embargo, no la tuvieron fácil. “Ese escenario es más rudo porque hay intereses políticos detrás. Entre ellos hay tensiones y las decisiones allí son difíciles de tomar”, agrega. “Veníamos hablando con ellos cuando llegaron Sergio Fernández y Julián Robledo y quisieron cambiar las reglas del juego, comenzando por el nombre del movimiento”. Ambos son integrantes del Polo Democrático: el primero fue dirigente de la MANE y fórmula a la Cámara en Bogotá del senador y precandidato presidencial Jorge Enrique Robledo; el segundo integra el movimiento Mesa Nacional por el Derecho a la Salud y es hijo del senador.

Fernández le dijo a este diario que se montaron en el bus de la revocatoria desde noviembre y que su interés es crear la mayor convergencia política y ciudadana alrededor de la iniciativa. En el fondo es lo mismo que pretende el grupo de Puentes, además porque el discurso de ambos para justificar la revocatoria es similar: los cambios en los diseños del metro, las intenciones de urbanizar sobre la Reserva Van der Hammen, etc.

Pero no hubo acuerdo y hace un par de semanas se armó un grupo llamado Unidos Revocamos a Peñalosa, que inscribió su comité este lunes a las 2:00 de la tarde. Su gran fuerza se la dan centrales obreras como la CUT y sindicatos como el de la Empresa de Energía; Sintrateléfonos y Atelca (ambos de la ETB), la Asociación Distrital de Educadores (capítulo de Fecode en Bogotá) y Sintraemsdes (del Acueducto). También, la Organización Colombiana de Estudiantes y organizaciones de vendedores ambulantes y de defensa de la Van der Hammen.

“Estoy seguro de que nuestro comité es el que más sectores convoca. Quizás el problema es que es tan amplio y las vocerías individuales se difuminan”, agrega Fernández como respuesta a la falta de acuerdo. “A Leonardo quisimos darle todas las garantías y le propusimos integrar el comité promotor que se inscribe en la Registraduría, pero finalmente no entendí sus razones para no llegar a un acuerdo”. Puentes insiste en que los intereses de ese grupo trascienden la revocatoria. El caso es que el compromiso de los sindicatos permite garantizar recursos mínimos, humanos y económicos, para mover la recolección de firmas y votantes.

El grupo Revoquemos a Peñalosa también ha recibido guiños desde la Alianza Verde, Progresistas, el Partido Comunista y organizaciones de base, según Puentes. No obstante, ya creó una corporación con ese nombre que le permita recibir fondos, espera buscar el apoyo de otras organizaciones de trabajadores y anuncia que trabajará con grupos de base en las localidades.

Este lunes también se inscribió un tercer comité llamado Recuperemos a Bogotá, que usa con ironía el lema de campaña que usó Peñalosa para ganar la Alcaldía. Lo lidera Álvaro Andrés Gómez Velásquez, un estudiante de radiología que vive en Puente Aranda y dice no tener vínculos con ningún partido ni con ningún integrante de los otros dos movimientos.

Como ciudadano independiente promotor de la revocatoria también se inscribió el abogado César Augusto González García, un liberal defensor de Gustavo Petro que tiene como agenda principal la defensa del metro subterráneo. De hecho, demandó el acuerdo que el Concejo le aprobó a Peñalosa para que comprometiera $4,1 billones de vigencias futuras con destino al metro. Dentro del liberalismo, sin embargo, dice no identificarse con ninguna corriente ni con ningún senador. Reconoce que en el Polo sí tiene una amigo de vieja data: Germán Navas Talero, que apoya la revocatoria.

En dos semanas, las tres organizaciones y el abogado Gonzáles recibirán los formularios para comenzar la recolección de firmas.

Por Carlos Hernández Osorio

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