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Los rumores sobre la designación de María Clara Name en el Concejo

Con sólo 25 años de edad, los retos de la nueva presidenta del Concejo pasan por dirigir con independencia los debates más importantes de la ciudad, mantener o redefinir los acuerdos políticos que la llevaron a esa posición y mejorar la imagen del cabildo distrital.

Camilo Segura Álvarez
02 de febrero de 2013 - 10:57 a. m.
María Clara Name, nueva presidenta del Concejo. / Archivo
María Clara Name, nueva presidenta del Concejo. / Archivo

La elección de la concejal María Clara Name como presidenta del cabildo distrital resultó no tener oposición, todas las bancadas aplaudieron su elección. La bancada del Partido Verde dijo que había sido designada como única candidata por unanimidad. Los opositores a la administración Petro celebraron, pero también las bancadas de gobierno. Todo el mundo resultó feliz en una disputa que, a pesar de que se vendió como un triunfo de la cacareada independencia de los verdes, fue llevada con voracidad en los corrillos políticos.

Durante la semana que terminó, los ojos del mundillo de la política distrital se ciñeron sobre los cinco concejales verdes: Edward Arias, Antonio Sanguino, Hosman Martínez, José Juan Rodríguez y María Clara Name. Todos querían ser presidentes del Concejo, entre todos se mostraban los dientes, pero buscaban los favores de sus copartidarios. Cada uno tenía sus puntos fuertes y sus falencias. Llegaron con posiciones fuertes a la reunión del pasado jueves en los que la bancada debía decidir quién de ellos sería el presidente del Concejo.

Sanguino parecía el más sólido. Tenía el aval de la dirigencia del partido y era la cara más visible, o mediática, de la bancada por su trabajo de denuncia y control político. Pero esa realidad era la que sus compañeros encontraban más odiosa y contraproducente para la unidad verde. Horas antes de la reunión de partido era consciente de ello y por eso el jueves en la mañana, según cuenta, separó del grupo a Name y le dijo “si no voy yo, voto por ti”.

Versión contraria a la que sostiene Hosman Martínez, quien afirma que Sanguino sí dio su apoyo, pero a regañadientes, pues tuvo que ceder ante la unanimidad que habían logrado alrededor del nombre de Name los otros cuatro cabildantes. Para Martínez, la presidencia debía quedar en manos de uno de los dos concejales novatos, él o Name, dada la rivalidad entre Sanguino, Arias y Rodríguez. Y que, si hubiera llegado el caso, habría votado por Rodríguez a quien, según su versión, él y la presidenta electa ven “como un hermano mayor”.

Al parecer, el voto por Rodríguez tenía sus bemoles. Son muchos los rumores de que las indagaciones en su contra por el denominado “carrusel de la contratación” están a punto de resultar en una destitución o una captura. Si así fuera, y hubiera resultado electo, se habría producido un escándalo rotundo para el partido Verde y para el Concejo distrital al haber designado a alguien con esos cuestionamientos en un cargo de tal dignidad. Pero el concejal seguía con sus aspiraciones y conseguía adeptos en las otras bancadas. “Su elección habría significado una continuidad de la actual presidencia, y eso, en política, es rentable para muchos” confesó uno de sus copartidarios que, por obvias razones, prefirió entregar esa declaración off the record.

Otra era la situación de Edward Arias. Su elección habría resultado una dicha para la administración Petro. No sólo fue quien hizo más fuerza para que su partido recibiera la Secretaría de Ambiente cuando, a través de Guillermo Asprilla, el gobierno distrital quiso hacer un gobierno de coalición mayoritaria sino que, de acuerdo con las versiones de varios concejales, fueron muchas las llamadas que se hicieron desde los despachos de Secretarías durante la mañana y la tarde del jueves para que se presionara el voto de Name y Martínez a favor de Rodríguez. Sin embargo, imperó la idea de que para conservar independencia frente a la Alcaldía, los verdes no podían elegir a quien consideran más cercano a Progresistas.

Pero, incluso con la elección de Name, esa independencia quedó en entredicho según algunos miembros de la coalición conformada por Cambio radical, la U, liberales, conservadores, Mira y PIN. En las primeras horas de la mañana del viernes, la recién electa candidata única llegó a las instalaciones de Concejo a reunirse con las bancadas de Progresistas y el Polo Democrático. En ese encuentro, según la versión de la concejala, sólo se pactó el respeto a las garantías para los concejales afines a Petro. No obstante, entre varios concejales, la reunión no tuvo buen recibo pues “desconocemos a qué acuerdos llegaron, o si, hoy, el Concejo quedó más cerca de Petro que de la independencia” le dijo a este diario un cabildante del partido de la U.

Lo que estaría en sintonía con la visión que de la presidenta electa tienen en la Secretaría de Gobierno, en donde creen que la nueva legislatura estará marcada por reglas más claras y “un trámite más justo de las iniciativas de la administración”, según comentó uno de los subalternos del secretario Guillermo Asprilla que asistió a la plenaria del cabildo.

Además, otro cuestionamiento que se genera sobre la abogada, que a sus 25 años y en su primer periodo en el Concejo llegó al más alto puesto de la corporación, es la influencia que tendrá su familia en esta legislatura. Su madre, María Clara Rodríguez, fue concejala entre 2000 y 2007; y su padre, Iván Name, es senador de la República por el partido Verde. Los rumores más perspicaces en el Concejo rezan que este último habría movido sus influencias en el partido para que su hija fuera electa y así, tener un mayor capital político con miras a las elecciones parlamentarias del próximo año.

Lo cierto es que Name ya fue electa pese a no haber estado en los mapas de muchos de los 'cacaos' del Concejo, y el talante que tendrá su gestión se verá en la discusión del Plan de Ordenamiento Territorial, el cupo de endeudamiento que tantos dolores de cabeza le ha causado a la administración y el control político sobre temas como las basuras, la movilidad y el Sistema Integrado de Transporte Público. Allí, se verá si llevará independencia, oposición o favorabilidad para los intereses de la administración y; qué tanto influirá en su gestión una clase política que, por experiencia, tratará de volcarla a su favor.

Por Camilo Segura Álvarez

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