Mayoría de Petro en el Concejo es temporal

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Tres veces tuvo que ser presentado el cupo de endeudamiento por $3,03 billones que fue aprobado la semana pasada. En noviembre de 2012 y en abril de 2013, la administración presentó el proyecto del cupo pero éste nunca llegó a ser votado en plenaria. Las dos primeras veces se cayó por una razón simple: la oposición en el Concejo era mayoritaria.

En la tercera oportunidad, la autorización del Concejo para que la ciudad adquiera esta billonaria deuda fue concedida. Por estar amarrado al polémico cobro de valorización, por los oficios del Distrito para llegar a acuerdos con las bancadas y por la dilatación inocua del debate, votos que antes le habían sido esquivos al proyecto de la administración, esta vez, fueron favorables.

Según varios concejales, dos factores principalmente precipitaron que el Concejo cambiara de actitud frente a la iniciativa.

El primero tiene que ver con que “el cupo fue aprobado por su propio peso”. Luego del malestar generalizado frente al cobro de la valorización, la administración logró que las mayorías del Concejo asumieran que, si iban a reducir (como pasó) o a derogar el cobro, las obras que ya no se harían por falta de recursos, debían ser financiadas vía endeudamiento. También, que si se quería mitigar el retraso de años en infraestructura, era necesario asumir una gran inversión.

El segundo, con la capacidad de negociación que habría logrado el Distrito con la llegada de Guillermo Alfonso Jaramillo a la secretaría de Gobierno. Por ejemplo, desde el cabildo se señaló que, con su llegada, el partido de la U habría obtenido influencia en el sector de movilidad y los verdes en la secretaría de Ambiente, y que, como consecuencia, esas bancadas le darían el sí al proyecto de endeudamiento.

Sin embargo, esas supuestas negociaciones no dejaron una coalición de gobierno mayoritaria, como en un principio insinuaron varios opositores al alcalde.

Hosman Martínez, del partido Verde, ha sido señalado de tener intereses burocráticos en el Distrito, intereses a los que hasta ahora, el alcalde se habría negado, pero el pasado sábado le dio el sí al cupo. “Voté a favor porque la ciudad necesita las obras, pero esta administración es incapaz de sentarse a dialogar con nosotros sobre acuerdos y buenas relaciones. Nunca he pedido puestos”, afirmó.

Muchos plantean que el acuerdo al que llegaron Progresistas y verdes para unirse de cara a las elecciones nacionales de 2014 tendría repercusiones en el Distrito. Así como Martínez dice que “Progresistas debe llegar humilde a esa unión pues la personería jurídica es de nosotros (partido Verde)”, otros verdes, como Antonio Sanguino, han dicho que “queremos hacer parte del segundo tiempo de la administración Petro siempre y cuando nos sentemos a hablar del modo de gerencia y las prioridades del gobierno”.

En contraste, por ejemplo, en la votación del pasado sábado a uno de los más fuertes contradictores de la administración de Gustavo Petro, Orlando Parada (investigado por el carrusel de la contratación), no le importó su declarada enemistad con el alcalde para darle el sí al cupo. “Más que las negociaciones pesó la necesidad del cupo pues con él (Parada) el alcalde ha roto todo tipo de contacto. Sin embargo, yo sí creo que tres concejales de la U se sienten representados en Movilidad”, dijo una fuente de Progresistas.

Tesis que es confirmada por Clara Sandoval, de la U, quien votó no. “Yo no puedo decir que mis compañeros no hayan hecho negociaciones burocráticas. Creo que muchos votaron por el contenido del proyecto y eso no significa que entren a hacer parte de una coalición. No creo que esto se vaya a replicar en otras discusiones”.

Y es que el cupo rompió la unidad de las bancadas de la U, Cambio Radical y los liberales, entre otros. Horacio Serpa, quien se sabe que presionó para tener libertad de voto y no ceñirse a la decisión de partido, voto sí junto con otros dos liberales. En Cambio Radical, dos de sus miembros se salieron del recinto para no tener que votar negativamente, como lo había decidido el partido.

Fuentes liberales y progresistas sostuvieron que, con algunos concejales, el compromiso adquirido por la administración tendría que ver con “no hacer persecución laboral” a fichas que tendrían algunos de ellos en puestos sin capacidad de decisión sobre la contratación en varias dependencias del Distrito.

Para todos los consultados otro factor tuvo especial incidencia en la aprobación fue la mala imagen del Concejo. Este proyecto, que debió ser votado en julio, tuvo dos meses de retraso por “argucias jurídicas que fueron mal manejadas por la presidenta María Clara Name”, dijo Sanguino. Dos meses de parálisis que hicieron mella en la opinión sobre el ya bastante cuestionado cabildo.

Durante dos meses, dos recusaciones que debieron ser declaradas no procedentes desde un comienzo, tuvieron al Concejo sin poder votar una sola iniciativa en plenaria. “Quienes estaban dudando en aprobarlo, vieron que la culpa de la dilatación que estaba sufriendo el proyecto se la estaban echando al grueso del Concejo y sintieron una responsabilidad con la opinión pública”, dijo una fuente liberal.

Muchos creen que con la aprobación del cupo ya no es mucho lo que necesita la administración distrital del Concejo por lo que queda de año. Por lo tanto, sería improbable que durante los próximos meses se afiancen acuerdos como los que supuestamente tuvieron lugar con los verdes y la U. Por el conrario, sostienen que el cupo fue votado con mayorías (26 a 11) porque se "respaldó a la ciudad y no a Petro, quien no podrá entregar ninguna de las obras que contrate".

No obstante, el panorama electoral del próximo año pone al movimiento del alcalde, a Progresistas, a cuestionarse si, para afianzar sus expectativas en las elecciones venideras, debe entrar a hacer acuerdos públicos con los verdes y vincularlos al gobierno de la ciudad.