:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/PaEoa3dkfFuhoKVT22BCJODJW98=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/HTCH6VYGKNHTZCFSL4NZGFO5E4.jpg)
Desde que hace más de un año se puso en marcha el esquema de aseo hay cuestionamientos sobre la recolección de residuos mixtos, dado que ese punto no quedó incluido en la licitación y se tuvo que resolver en el camino. De hecho, en su momento la Personería advirtió que casi 10.000 toneladas de residuos mixtos estaban sin recoger tras la implementación del nuevo modelo de aseo.
Aunque el problema ha disminuido debido a acuerdos con los operadores, el tema preocupa por la falta de lugares suficientes para su disposición y porque se prevé una fuerte producción de escombros por las megaobras que se ejecutarán en la ciudad durante los próximos años.
Esa preocupación aterrizó en el Concejo de Bogotá, donde se presentó una iniciativa que busca impulsar la economía circular de residuos de construcción y demolición y establecer los lineamientos para la correcta disposición y reutilización de estos materiales. El objetivo de la iniciativa es crear puntos limpios de común acuerdo entre la administración y los privados, que incluya cambios como la habilitación del uso del suelo, servicio social estudiantil obligatorio que fomente la pedagogía y otras campañas pedagógicas de concientización.
"Hay que cambiar ese modelo que tenemos de botar basura para recoger basura, lo que planteamos en este proyecto es cómo tenemos lineamientos para cambiar de fondo este modelo, hoy Bogotá tiene un problema con la cantidad de escombros que se botan; miren lo que va a pasar hasta el año 2021, vamos a llegar a 20 millones toneladas y solo estamos aprovechando el 10% de residuos" explicó Diego Molano (Centro Democrático), concejal que presentó el proyecto de acuerdo.
Según cifras de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), en Bogotá se recogen cerca de 300.000 toneladas de escombros por obras y se producen 12 millones de toneladas de materiales anualmente. Sin embargo, la cifra podría llegar a duplicarse en los próximos años pues se calcula que solo la construcción del Metro generaría otros 12 millones de toneladas de escombros.
También llama la atención los puntos disposición, pues estudios del Distrito identificaron hasta 600 puntos críticos de disposición de escombros.
La propuesta de Molano es pasar de la economía lineal que toma recursos y desecha, a una economía circular, en la que se piense en cómo producir, consumir, diseñar y reutilizar los recursos de producción. “Muchos de estos residuos, como lo es el caso de los residuos de construcción pueden ser reutilizados o procesados para que sirven como materia prima en otras construcciones fomentando la economía circular en Bogotá, esto es una oportunidad de empleo y emprendimiento” agregó Molano.
Durante el primer acercamiento de la propuesta en el Concejo, el concejal Roger Carrillo (Partido Conservador) destacó que se debe adoptar un modelo de la economía circular, que se podría configurar como una salida a la crisis medio ambiental y socioeconómica de la ciudad. "El modelo de manejo de residuos sólidos que utiliza Bogotá deja una huella ecológica que no es sostenible, generando no sólo la emisión de gases contaminantes, sino el desperdicio económico de materiales potencialmente reutilizables", manifestó Carrillo.
Otros concejales de la bancada conservadora, como David Ballén, Germán García, Andrés Forero, Diego Devia, Nelson Cubides y Gloria Díaz, respaldaron la iniciativa. Aseguraron que la propuesta involucra a la comunidad y obliga a reflexionar sobre la necesidad de generar una correcta disposición y reutilización de los residuos sólidos.
Sin embargo, otros concejales como Juan Carlos Flórez (ASI), Emel Rojas (Libres), María Victoria Vargas (Partido Liberal), Jorge Torres, Lucía Bastidas (Alianza Verde) y Celio Nieves (Polo Democrático) aunque aplaudieron la intención de la iniciativa, pidieron hacer cambios al proyecto debido a que no cumple algunos requisitos legales, motivo por el que el Distrito presentó un concepto negativo.
Hoy, los puntos especializados para el tratamiento de residuos mixtos son pocos y están lejos de la capital: Cemex-La Fiscala, Cantarrana, Holcim y la Escombrera San Antonio, todo en municipios aledaños a la capital, lo que implica un aumento en los costos.