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A primera hora del domingo 31 de agosto, un centenar de personas se congregó en Centro Chía para participar del último adiós a Valeria Afanador, la menor de 10 años que fue hallada sin vida en inmediaciones del Río Frío durante la tarde del viernes.
La familia, en compañía de las autoridades municipales de Cajicá, organizó una caravana pública que partió desde Chía hasta el salón Club de Oro, en Cajicá, en la cual la ciudadanía tuvo la oportunidad de acompañar el carro fúnebre que transportaba el cuerpo de la niña de 10 años.
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Además del centenar de personas que participó en la caravana, el evento contó con la asistencia de las autoridades que colaboraron en la búsqueda de Valeria, personal del ICBF de Cundinamarca y el cuerpo de bomberos de Cajicá.
El padre, madre y primos de la niña estuvieron presentes al ingresar el cuerpo, que llegó al salón Club de Oro a las 10:00 A.M. Allí, la familia autorizó la entrada de la comunidad que acompañó la caravana, con el fin de que también expresaran su dolor y condolencias.
Al lugar asistieron ciudadanos de todas las edades, e incluso niños, quienes se mostraron consternados por el desenlace que tuvo Valeria Afanador y el luto de sus padres.
El ICBF movilizó personal de acompañamiento psicológico para respaldar a la familia Afanador en estos difíciles momentos.
Una vez culmine el homenaje a la menor de edad en el salón Club de Oro, programado para las 3:00 P.M., el féretro será trasladado a la Iglesia Inmaculada Concepción de Cajicá, en donde se llevarán a cabo las honras fúnebres y el posterior entierro de la niña.
Cajicá está de luto
Entre jóvenes y adultos la sensación es la misma: persisten muchas dudas sobre cómo se extravió Valeria y cómo una menor de 10 años pudo atravesar por una situación así. Las principales preguntas se centran en el lugar donde fue hallado su cuerpo, una zona que previamente había sido recorrida por las autoridades en intensas jornadas de búsqueda, con aparatos especializados, que no dieron resultado.
“Es sorprendente como una persona le pueda hacer eso a una niña con una condición como la de Valeria. La verdad, lo tomo con mucho dolor y me deja muy impactada ese caso; nunca había oído algo así”, le contó a El Espectador, Sara Mendivelso, residente en el municipio.
El clima de recelo y suspicacias con los detalles de la desaparición de Valeria persiste en la comunidad. Para Santiago Espitia, el desarrollo de los hechos deja más dudas que respuestas. “Es muy raro que se pierda alguien en un colegio. Un lugar donde la gente tiene la confianza de ir a dejar sus hijos, que sabe que uno los va a ir a recoger. Que se pierda una niña en ese contexto es algo muy grave que debe ser investigado en profundidad”, advierte.
El hallazgo
El CTI de la Fiscalía realizó el levantamiento del cuerpo, hallado en el sector de Fragua, a orillas del río Frío y a menos de 300 metros del colegio, del que desapareció la niña. Aunque por jurisdicción debía ser trasladado a la sede de Medicina Legal en Sopó, por la complejidad del caso y su impacto nacional, fue llevado a Bogotá pasadas las 7:00 p.m.
Vale recordar que desde el momento en que los organismos de socorro conocieron el caso, a la 1:00 p.m. del 12 de agosto (tres horas después de la desaparición), se desplegó una amplia operación de búsqueda. Esta comenzó con 100 socorristas y llegó a contar con casi 400 personas, entre bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, policías y soldados, además del uso de drones con sensores térmicos.
A pesar de las extensas jornadas y una acción que se desplegó casi 20 kilómetros a la redonda, no encontraron rastros de la niña. Por eso, la semana pasada el comandante de Bomberos de Cajicá anunció que se descartaba en un 95% la hipótesis del accidente o la caída al río, y empezó a tomar fuerza la teoría de un rapto, como lo anunció el propio gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey.
Las dudas del caso
Ante la principal incógnita donde fue hallado el cuerpo de Valeria, el Comandante de Bomberos de Cajicá, Rafael Leguizamón, en conversación con El Espectador, aseguró que, “como organismos de socorro, yo puedo garantizar que en el sitio donde apareció la menor de edad se hicieron recorridos por tierra, en bote, inmersión de buzos, labores de gancho cuerda. En el lugar, se pasaron más de cinco o seis veces por ahí y no se habían obtenido resultados”.
Así mismo, destacó que por las condiciones de baja profundidad del río, si el cuerpo estuviese en la zona desde hace varios días, resulta altamente improbable que los integrantes de los equipos de emergencia no se hubieran percatado, pues los recorridos acuáticos y los aparatos especializados de búsqueda no emitieron alertas.
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