Las jornadas de protestas en Bogotá provocaron diez muertos y 305 personas lesionadas, entre ellas 75 civiles heridos con armas de fuego y 165 policías. Si bien, ayer la ciudad realizó un acto de perdón con las víctimas, lo que debe venir ahora es la búsqueda de la verdad, la justicia y la reconstrucción de la confianza de la ciudadanía con la Policía, que se ha venido resquebrajando desde hace largo tiempo.
El Distrito propone una reforma a la estructura de la Policía que debe ser llevada al Congreso y que, de acuerdo con el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, debe tener todo el apoyo de la nación. Por ahora, la Alcaldía espera que sean retirados los policías relacionados con los actos de abuso y que haya verdaderas sanciones para quienes utilizaron la fuerza y las armas de fuego, a pesar de que se ordenó lo contrario.
Si la Policía no le hizo caso a la alcaldesa, ¿a quién obedecía?
Evidenciamos una ruptura en la cadena de mando. Estuvimos dos noches en los puestos de mando unificado (PMU) con la plana mayor del Ejército y la Policía, así como con el presidente y la alcaldesa, y ninguno impartió una orden de usar indiscriminadamente la fuerza contra la población civil. No obstante, la evidencia que entregamos el viernes al presidente, Iván Duque, y al procurador, Fernando Carrillo, demuestra que probablemente muchos ciudadanos fueron heridos por la Policía.
¿Qué harán para que haya justicia?
En la reunión con el presidente, le pedimos que apartara de sus funciones a todos los policías que usaron su arma de fuego en el marco de las protestas de esas dos noches, mientras se adelanta la investigación. Además, que con la mayor celeridad le pueda informar al país quiénes usaron su arma contra civiles, en qué circunstancias y si tenían justificación para hacerlo.
A la ciudad llegaron más policías y militares. ¿Qué están haciendo?
Los 300 militares custodian los patios de Transmilenio, no las calles. Los policías que llegaron están entrenados especialmente en protesta social y conocen los protocolos, por lo que reforzaron los puntos de afectación.
¿Qué pasará con los CAI en esos puntos de mayor afectación?
No hay precedente de una afectación a la infraestructura de Bogotá. Los CAI no son de la Policía, sino de la comunidad y son infraestructura que vela por su seguridad y convivencia. Jamás vamos a poder extinguir un incendio con gasolina. Los CAI los recuperaremos y los reconstruiremos de la mano de las comunidades que los usan. Es vital que los bogotanos se apropien de su infraestructura pública, incluida la de Policía.
Pero esa confianza hacia la Policía se ha roto. ¿Cómo recuperarla?
Creemos que la única forma es con un acto genuino y humilde de perdón de la Policía, el presidente y la Alcaldía, sumado a un paquete de reformas al fuero penal de la Policía, a su sistema de investigación contra el abuso policial y a restablecer la cadena de mando. Todo eso es fundamental.
En el acto de perdón no estuvieron el presidente ni la Policía…
No se puede construir perdón, reconciliación, verdad y reparación en ausencia. El presidente tiene un deber constitucional y moral de reconocer la gravedad de lo ocurrido por la memoria y la vida de diez personas, así como por el bien de las instituciones que él representa. A la Policía la queremos reformar, mejorando los salarios y asegurando que tengan un sistema de verdad y penal civil, no un sistema militar.
¿Qué han hablado con las familias de las víctimas?
Hemos estado en hospitales recolectando sus denuncias de abuso policial. En 48 horas recibimos 119, que entregamos a la Procuraduría y al presidente. Les hemos ofrecido acompañamiento jurídico y psicosocial a quienes lo han requerido. En la ceremonia ecuménica me pidieron personalmente verdad y justicia, y que no se busque sanar lo ocurrido con más violencia.
El Gobierno ha relacionado los hechos con infiltraciones del Eln. ¿Qué saben ustedes de eso?
Históricamente hay infiltrados de grupos al margen de la ley en las dinámicas de protesta social, pero es torpe minimizar lo ocurrido contra la población civil indefensa, que ningún vínculo tenía con alguna organización ni justifica que hayan sido heridos con un arma de uso de la fuerza pública.
¿La reforma que proponen tiene apoyo político en el Congreso?
Una reforma de esta envergadura solo es posible con el patrocinio del presidente y la alcaldesa, porque los partidos que acompañaron a la alcaldesa son oposición al Gobierno y el partido que acompañó al presidente es oposición al Distrito en el Concejo. Este desafío requiere unidad y grandeza de todos, para tramitar urgentemente la reforma que le dé a la Policía un fuero civil, que es lo correcto en tiempos de paz.