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El programa Bogotá no se rinde del general (r) Jorge Luis Vargas, incluye el acápite Servicios públicos para la equidad, sin que se refiera al tema.
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Vamos a Vivir Bogotá, programa de Rodrigo Lara, contiene el eje Bogotá en armonía con el ambiente donde plantea impulsar la economía circular y gestionar adecuadamente los residuos, pero tampoco lo trata.
El programa Con Toda por Bogotá de Juan Daniel Oviedo señala que abordarán los asuntos neurálgicos de ciudad como la gestión de residuos con cultura ciudadana. Definirá una política distrital de residuos que incluya la región, pero no habla de la suciedad de la ciudad.
Jorge Enrique Robledo no aborda en concreto la crisis de aseo, pero señala de forma general el impulso al aprovechamiento y a la economía circular. La educación ambiental pesa en su programa. Propone crear una empresa pública que asuma el servicio de aseo incluida la disposición final y la contratación de mano de obra para complementar la labor de barrido y limpieza sin costo para los usuarios, lo que es ilegal.
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Pacto por el Futuro de Bogotá, programa de Gustavo Bolívar tampoco reconoce la crisis del barrido y limpieza. El programa propone de manera general el impulso a la economía circular precisando que acabará con “los rellenos sanitarios” a partir de la reestructuración del programa Basura Cero, sin que indique cómo se hará.
El programa Reconstruyamos Bogotá de Diego Molano, comprende la acción Bogotá limpia con la que se plantea revisar el sistema de recolección de basuras, ubicar nuevas canecas y crear una nueva identidad bogotana que permita recuperar la limpieza hoy perdida en la ciudad.
Bogotá Camina Segura, programa de Carlos Fernando Galán, contempla el acápite Una ciudad más amable considerando para el efecto su limpieza y un buen manejo de sus residuos. Bajo el título Servicios públicos de calidad, además proponer fomentar la economía circular, propone un plan de choque para la estabilización del servicio de aseo en todas las áreas de la ciudad, fortaleciendo la supervisión de la UAESP a los contratos de concesión vigentes y activar las recomendaciones de procesos sancionatorios por presuntos incumplimientos contractuales. En los primeros 100 días de gobierno mitigarán 100 puntos críticos y trabajarán para reducir al mínimo los puntos críticos en todas las localidades.
Los candidatos Molano y Galán, éste último con mayor profundidad, son los únicos que plasmaron en sus programas la crisis de limpieza, planteando líneas generales de solución.
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Bolívar, Oviedo, Lara y Vargas pasan por alto el tema. De Oviedo hay que destacar que el instrumento de solución es la cultura ciudadana, coincidente con la idea de Molano de crear una nueva identidad bogotana que permita recuperar la limpieza hoy perdida y la de Robledo que da prioridad a la educación ambiental. Galán responsabiliza a los concesionarios por incumplimientos y a la UAESP por omisión.
La revisión del sistema de recolección de basuras e intención de ubicar nuevas canecas que propone Molano, así como el esquema estatal de prestación del servicio de aseo que plantea Robledo, denotan desconocimiento de la legislación y realidad jurídica vigentes así como de la manera operativa debida de atención del barrido y limpieza urbana. Similar sucede con las acciones de Galán, quién si bien se refiere asertivamente a los “puntos críticos” omite decir como lo hará y fija metas no exigibles.
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El problema del barrido y limpieza de la ciudad se funda especialmente en la indisciplina ciudadana y una absurda postura y errada comprensión de la UAESP sobre el PGIRS, que sigue sin resolverse aún, no obstante las medidas parciales anunciadas la semana pasada por la alcaldesa López.
