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A las entidades y quienes nos encontramos ejerciendo responsabilidades públicas en este sector, nos corresponde dimensionar el impacto de nuestro trabajo y no caer en una “zona de confort”, que dificulta tomar decisiones para avanzar hacia cambios de paradigmas y de formas de solucionar los problemas que afectan al conjunto de la sociedad.
La Terminal de Transporte de Bogotá cumple 40 años, con una historia llena de satisfacción por lo recorrido, aportado y construido a la movilidad de más de 300 millones de usuarios, pero también con el reto de mejorar la conectividad con todos los sistemas de transporte masivos de la ciudad y la región, la transformación digital y la experiencia del usuario.
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Con esta perspectiva, el Distrito Capital y la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca está llamada a materializar nuevos modos de transporte como los Regiotram de Occidente y Norte, la ampliación y extensión de la red de Transmilenio y TransMiCable, el Metro de Bogotá y, especialmente, en la integración de estos nuevos modos de transporte público con el transporte intermunicipal, buscando mitigar efectos negativos como largos tiempos de viaje urbano (45 minutos en promedio); consumo de combustibles fósiles; congestión vehicular, y no menos relevante, la calidad en el servicio para los viajeros.
Por lo anterior, se están dando importantes pasos para transitar hacia un nuevo modelo de gestión en el servicio de transporte a través de los Complejos de Integración Modal (CIM), infraestructuras en las que los usuarios encontrarán integrada la oferta de transporte intermunicipal, urbano y regional que permitirá a la vez modernizar las Terminales de Transporte.
El primero de estos pasos se ha dado a lo largo de los últimos años, al construir un marco de política pública y normativa que identifica a los CIM, como infraestructura de soporte para la movilidad, compuesto por el documento CONPES 4034 de 2021, el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, la Ley que define el régimen especial de la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca, el Plan de Movilidad Sostenible y Segura del Distrito y el Hecho Metropolitano de Movilidad para el Transporte Público de Pasajeros.
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Así mismo, de un reconocimiento del proyecto por actores de la sociedad civil organizada como ProBogotá, quien en su documento “Buenas prácticas de movilidad para Bogotá – 9 Acciones prioritarias”, destaca los CIM como una de las buenas prácticas para mejorar la movilidad del Distrito.
El segundo paso fue la consecución de más de $7.500 millones a través del apoyo de importantes actores como la Financiera de Desarrollo Nacional, la CAF y el BID, quienes, viendo la relevancia de este proyecto, apostaron por financiar los primeros estudios (Prefactibilidad) de iniciativa pública, para la implementación del sistema de CIM, compuesto por cinco complejos ubicados en los nodos de conexión regional y nacional como son la autopista Norte, la calle 80, la calle 13, la autopista Sur, la salida al Llano y CIM Conexión Central. Estos estudios deben culminar en marzo y nos ofrecerán una visión más clara de cómo debemos avanzar en la ejecución del proyecto.
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Los pasos siguientes para lograr que sea una realidad esta gran apuesta para la movilidad será avanzar en los estudios de factibilidad del proyecto y, posteriormente, su contratación y ejecución en los próximos años, para lo cual ya se está trabajando en la incorporación de este proyecto dentro del Plan Distrital de Desarrollo y los instrumentos de planeación y planificación de la región, esperando abrir una conversación franca y constructiva con todos aquellos alcaldes de Cundinamarca que, habiendo sido electos recientemente, vean en la Región Metropolitana y en este proyecto, una manera efectiva de mejorar la calidad de vida de sus habitantes al facilitar su conexión con la capital y la región.
Esperamos que este reto que Bogotá y la Región Metropolitana han querido emprender, sirva para abrir un espacio de reflexión sobre la gestión de las terminales de transporte y su importancia como articuladoras del transporte intermunicipal, con el transporte urbano y regional y el papel que debe jugar la Nación en la evolución de aquellos servicios que facilitan a cientos de millones de colombianos su movilidad por vía terrestre entre los diferentes puntos del territorio nacional.
No debemos perder de vista que el año pasado el transporte intermunicipal de pasajeros, a través de las Terminales de Transporte, movilizó 101 millones, 3 veces más viajeros que el modo aéreo en vuelos nacionales, y que, a pesar de estos datos, las inversiones en modernización de las infraestructuras se han concentrado en los aeropuertos del país.
Por ello, seguiremos trabajando para mejorar el servicio a los más de 18 millones de pasajeros que se movilizarán este año desde la Terminal de Transporte de Bogotá, una cifra superior a los 12,8 millones de pasajeros nacionales que se movilizan por el Aeropuerto el Dorado (vuelos nacionales).
En el marco del aniversario 40 de la Terminal de Transporte, firmamos un “Acuerdo por la Excelencia en el Servicio” junto a las empresas transportadoras, comerciantes y pasajeros para desarrollar acciones que contribuyan a la movilidad de la ciudad, la seguridad de los pasajeros, la infraestructura física y tecnológica como parte de la innovación y el fortalecimiento de la confianza de los ciudadanos.
* Gerente Terminal De Transporte de Bogotá
Por Ana María Zambrano Duque
