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Opinión: Día sin carro y sin moto en Bogotá, un éxito en transporte sostenible

Lo que empezó como una iniciativa para reducir el tráfico, hoy es muestra de participación ciudadana que usa cada vez más el transporte público y la bici. El éxito del Día Sin Carro y Sin Moto en Bogotá sirve como modelo para otras ciudades que buscan crear entornos urbanos más sostenibles y habitables.

Pedro Gutiérrez, Subgerente General de Transmilenio S.A.
18 de febrero de 2025 - 11:41 p. m.
Diferentes aspectos de este día en Bogotá, en el que los habitantes se movilizaron en otros medios de transporte como: Transmilenio, taxis o bicicletas.
Diferentes aspectos de este día en Bogotá, en el que los habitantes se movilizaron en otros medios de transporte como: Transmilenio, taxis o bicicletas.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
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El 6 de febrero de 2025 Bogotá celebró su 27° #diasincarroysinmoto, un testimonio del compromiso inquebrantable de la ciudad con el transporte sostenible y el bienestar ciudadano. Este evento marcó un hito significativo, trascendiendo una simple iniciativa de reducción del tráfico y mostrando un enfoque integral y amplio en la movilidad urbana.

El éxito de la jornada no se limitó a la reducción de la congestión; fue una poderosa demostración de participación ciudadana y un cambio en la percepción pública. Los datos revelaron un aumento notable en el uso del transporte público, con 4.478.462 validaciones registradas en el sistema Transmilenio: un incremento del 4% respecto a las cifras de 2024 y la mayor cantidad de usuarios en un solo día en la historia del sistema. Este aumento se correlaciona directamente con el incremento en la satisfacción ciudadana con el transporte público, según la encuesta Bogotá Como Vamos (2023), que muestra un salto de 37.5 a 41 puntos de satisfacción. El impacto de la iniciativa se extendió más allá de Transmilenio, con 5.688 viajes en bicicleta compartida, una ocupación del 64% en los cicloparqueaderos del distrito y más de 783 bicicletas nuevas registradas. Los 600 kilómetros de ciclorrutas y 127 kilómetros de ciclovía de la ciudad registraron la impresionante cifra de 1.168.900 desplazamientos.

Estas cifras son más que números: representan un cambio significativo en el comportamiento ciudadano. La mayor dependencia del transporte público y de modos de movilidad alternativos se tradujo directamente en reducciones significativas de la contaminación del aire. Datos preliminares de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) revelaron una reducción del 72% en la materia particulada PM10, del 36% en carbono negro y una notable disminución del 54% en PM2.5, la materia particulada más dañina para la salud. El cambio de vehículos privados en un solo día evitó la emisión de aproximadamente 2.499,6 toneladas de CO2, equivalente a la plantación de 12,5 hectáreas de árboles, lo que representa un área comparable a 12 estadios el Campín.

El éxito del 6 de febrero de 2025 no fue un evento espontáneo; fue el resultado de años de planificación estratégica y participación ciudadana. La administración de la ciudad se involucró activamente con los ciudadanos, organizando eventos culturales e iniciativas educativas para promover el transporte público y prácticas ciclistas más seguras. Este enfoque colaborativo fomentó un sentido de responsabilidad, de apropiación y de orgullo, transformando el día sin carro en una celebración de la ciudad.

El cambio hacia la movilidad sostenible no es simplemente una reacción a las preocupaciones ambientales. Refleja una transformación cultural más profunda. El compromiso de la ciudad va más allá de gestos simbólicos. Las importantes inversiones en infraestructura de transporte público, junto con políticas que promueven la movilidad activa, demuestran un compromiso a largo plazo para reducir la dependencia de los vehículos privados. El día sirve como un poderoso recordatorio para que la planificación urbana priorice las necesidades de sus ciudadanos por encima de todo.

En efecto, el éxito del Día Sin Carro y Sin Moto en Bogotá sirve como modelo para otras ciudades que buscan crear entornos urbanos más sostenibles y habitables. Demuestra como, mediante una planificación integral, la participación ciudadana y la voluntad de aceptar el cambio, incluso los desafíos aparentemente insuperables pueden vencerse. Es un testimonio del poder de la acción colectiva y una visión de un futuro donde el transporte no sea una fuente de conflicto, sino una fuerza para el cambio positivo.

La iniciativa, además, apoya directamente al menos 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, lo que demuestra aún más su importancia a nivel mundial. El impacto del día sin carro es evidente no solo en los beneficios tangibles, sino también en el cambio intangible en la mentalidad ciudadana, fomentando un enfoque más consciente y sostenible para la vida urbana y el futuro de nuestros hijos.

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Por Pedro Gutiérrez, Subgerente General de Transmilenio S.A.

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luise(43869)19 de febrero de 2025 - 12:35 a. m.
Este comentario, porque no es una columna vale mie pues claro que hay mayor movilidad y claro que se emite menos que un día cualquiera; y ya no va más allá, al otro día se hacen el doble de viajes, el vigésimo de gasolina aumenta etc etc, conclusión no sirve para nada
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