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Las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) son el principal problema de salud en el mundo, en especial en grandes ciudades como Bogotá a donde terminan migrando estos pacientes buscando mejor acceso a los servicios. Son afecciones de larga duración que generalmente progresan lentamente en las que el envejecimiento incrementa su posibilidad de ocurrencia. Incluyen las enfermedades cardiovasculares (hipertensión, infarto, insuficiencia cardíaca, etc.); la diabetes mellitus y sus complicaciones; los cánceres de diversos tipos; y las enfermedades respiratorias crónicas (EPOC, asma, fibrosis pulmonar).
En Bogotá en el año 2022 este tipo de enfermedades ocuparon 7 de las 10 primeras causas de muerte en la ciudad, siendo la Enfermedad Isquémica del Corazón la primera con 6.530 casos, más de dos veces la causa siguiente (Resto de enfermedades infecciosas y parasitaria con 2.690 casos).
Estas patologías tienen un origen multifactorial, lo que significa que no se deben a una sola causa, sino a una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Entre estos últimos están la mala alimentación como el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares y sal, junto con una baja ingesta de frutas y verduras; el sedentarismo que lleva a la falta de actividad física predisponiendo a la obesidad y a enfermedades relacionadas como la hipertensión y diabetes; el consumo de tabaco que aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer y problemas respiratorios; y el consumo de alcohol relacionado con enfermedades hepáticas, cardiovasculares y cáncer.
Entre los factores ambientales y sociales que aumentan la probabilidad de padecer estas enfermedades se encuentran la contaminación del aire, el estrés crónico, las condiciones socioeconómicas como la pobreza y el bajo nivel educativo que pueden limitar el acceso a una alimentación saludable y a una atención médica oportuna y de calidad.
Un programa integral para el manejo de ECNT debe ser multidimensional para que sea eficaz, involucrando prevención, detección temprana, tratamiento y seguimiento. Este debe incluir campañas de educación sobre alimentación saludable, actividad física, reducción del tabaquismo y consumo de alcohol; el fortalecimiento de ciclovías, aceras, parques y zonas deportivas; el control sobre los restaurantes incluidas las ventas callejeras de alimentos; la promoción de la venta de comida saludable en escuelas y colegios; la detección temprana y tamizajes de presión arterial, glucosa, colesterol y cáncer especialmente de mama, colon y cuello uterino; el uso APPS y telemedicina para el seguimiento de pacientes; el tratamiento y atención integral basada en el primer nivel de atención; la garantía de acceso y continuidad de medicamentos esenciales; la creación de centros especializados de excelencia para su manejo con equipos multidisciplinarios que incorporen médicos, nutricionistas y psicólogos; y la regulación más severa de la contaminación del aire así como del consumo de tabaco y alcohol.
La ciudad requiere de planes de mediano y largo plazo cuya ejecución comience desde ya sin esperar a que estas circunstancias se conviertan en un motivo más de crisis en los sistemas de salud.
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