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Transmilenio es un milagro andante, logra mover cada día cerca de dos millones de personas, es como si transportara dos veces toda la población de Cartagena en menos de 24 horas. Es una ciudad al interior de la ciudad.
A pesar de ello, el sistema operativamente no cuenta con infraestructura propia en materia de seguridad y si bien se ha avanzado en los últimos años con la creación de la dirección técnica de seguridad (Por donde han pasado grandes y potentes mujeres) no es suficiente porque depende de más actores y aristas.
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Para hacer un comparativo, en el año 2023, Cartagena contó con más de 10.000 policías para atender su población, en contraste el número más alto de unidades asignadas desde la Metropolitana de Bogotá en la historia de Transmilenio, fue en el mismo 2023 con 1.500 policías dedicados a estaciones, troncales y zonales, gracias a un proyecto denominado “Comando Transmilenio”.
El comando sumó unidades de policía con gestores, reguladores e informadores que buscaban guiar a las personas, dar información, tramitar conflictos y hasta atender casos de acoso sexual en el sistema con los antiguos PAB -Puntos De Asistencia Básica- que con psicólogas, abogadas y enlaces de Fiscalía lograron la captura de más de 50 acosadores gracias a las denuncias formales recibidas en tiempo real.
Lograr que Transmilenio sea seguro es posible, pero se debe entender lo que la ciudadanía reclama: mejores frecuencias, organización de rutas, atención rápida, respuesta eficiente ante un hurto, acompañamiento en casos de acoso sexual, pero sobre todo orden, un servicio eficiente y una relación equitativa entre la tarifa y el servicio.
El argumento no es vacío, a finales de ese mismo 2023 (que inició el protocolo para mascotas abandonadas en el sistema), fue uno de los años con mejor percepción y calificación del servicio, además de la disminución de la evasión y del hurto a personas. Los controles, la presencia en treinta estaciones, tres portales y dos franjas horarias, permitieron avanzar en que la ciudadanía se sintiera mejor, se comportara mejor y estuviera más segura.
Transmilenio necesita volver a tener un grupo de policías que no sean la “Fuerza Disponible” para partidos, eventos, manifestaciones y marchas, momentos en que las estaciones y portales se quedan sin uniformados porque son trasladados a atender dichos espacios. Por otra parte, de nada serviría aumentar policías si esperan que se dediquen solo a controlar la evasión por medio de comparendos, la policía está para cuidar a las personas y capturar delincuentes, no para echarse al hombro una dinámica social acumulada por años.
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Al final, si la evasión se controla por vía de la cultura ciudadana, el servicio al usuario, la mejora de la infraestructura, información, amabilidad, orientación y una mirada integral de la seguridad, la Policía no tendrá que estar corriendo detrás de dos o tres colados, sino mejor a enfilar acciones contra los delincuentes y acosadores para que les quede claro que robar o acosar en el sistema sale muy caro. Eso es lo que espera la ciudadanía.
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