La situación de los piques ilegales en Bogotá se agrava cada mes, especialmente en los barrios céntricos como La Macarena y Bosque Izquierdo. A pesar de las mesas de diálogo con los organismos de control y los operativos de la Secretaría de Movilidad, el ruido de las motos y las competencias clandestinas siguen generando choques entre la comunidad y los motociclistas que participan en estos eventos.
El episodio más reciente ocurrió la noche del viernes 3 de octubre, cuando una caravana de cerca de 80 motos recorrió las calles de estos barrios a alta velocidad, pese a las denuncias que los vecinos presentaron semanas atrás ante medios de comunicación, incluido El Espectador.
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Según información preliminar, 20 personas fueron capturadas y dos resultaron heridas, luego de que los residentes salieran a las calles para frenar los piques. La confrontación entre vecinos y moteros terminó con la intervención de la Policía Metropolitana de Bogotá.
El problema persiste desde comienzos de año. Los vecinos denuncian que cada jueves y viernes, un grupo numeroso de motociclistas se reúne para competencias clandestinas que provocan inseguridad vial, daños al descanso nocturno y temor entre los habitantes del sector.
A través de derechos de petición, plantones en la avenida Circunvalar y acciones populares, la comunidad ha exigido controles más estrictos y sanciones efectivas. Aunque los operativos han dejado más de 20 motos inmovilizadas, los piques ilegales continúan sin una solución definitiva.
Los residentes advierten que si las autoridades no implementan una estrategia estructural para erradicar el problema, los enfrentamientos entre vecinos y motociclistas podrían escalar y derivar en hechos de mayor violencia.
Operativos y zonas críticas
Al revisar la hemeroteca sobre el tema de los piques, uno de los titulares más frecuentes es el de: “autoridades incrementan los operativos contra los piques ilegales”. En el cuerpo de la noticia, además, se contempla un suceso de tipo traumático: un siniestro, un video que se hizo viral o, para este caso, un plantón de vecinos, como principal catalizador de la acción distrital.
De hecho, aparte de la acción ciudadana en la Av. Circunvalar, la noticia más reciente sobre este fenómeno data de agosto del año pasado cuando un taxi que participaba en uno de estos eventos chocó y volcó a otro vehículo, en el cual se movilizaba toda una familia.
En aquella oportunidad, la Secretaría de Movilidad anunció esfuerzos para controlar los piques, y la imposición de 35 comparendos a conductores que fueron sorprendidos en este tipo de competencias ilegales. Cinco meses después, cuando los piques de la Circunvalar mermaron la paciencia de la ciudadanía, el Distrito volvió a endurecer los operativos.
En el último de ellos, a raíz del último suceso, fueron inmovilizados 12 vehículos y se tramitaron 65 comparendos. Sin embargo, tal y como denuncia el líder del barrio La Macarena, más se demoran los operativos en realizar su despliegue, que las organizaciones detrás de estos piques en buscar otro lugar para continuar corriendo, mientras la marea baja en determinado punto de control.
Otros corredores como la Calle 26; la avenida Boyacá, entre avenida Suba y 183 o las avenidas calle 13, Las Américas y Ciudad de Cali también han sido identificados por las autoridades como las zonas predilectas para este tipo de eventos clandestinos. Pero, incluso, ya en vías más pequeñas, en donde están los barrios residenciales, también se sienten los alcances de estas competencias.
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