Pros y contras de la rumba extendida en Bogotá

Mientras que la Alcaldía señala que la medida puede acabar con los amanecederos ilegales, concejales reclaman cultura ciudadana antes de implementarla.

Redacción Bogotá
09 de julio de 2014 - 04:12 p. m.
Pros y contras de la rumba extendida en Bogotá

A la ciudadanía todavía no le convence la idea de implementar la rumba extendida hasta las seis de la mañana. Después de que el alcalde Gustavo Petro anunciara que la medida sería puesta a prueba el próximo viernes, concejales, ciudadanos y exalcaldes criticaron la decisión al considerar que los índices de inseguridad podrían aumentar. Actualmente, cuando bares y discotecas cierras sus puertas alrededor de las 3:00 a.m., se presentan cerca de 2.200 riñas cada fin de semana. Durante la prueba piloto que realizó la Alcaldía el fin de semana pasado se registraron 124 riñas, 27 lesiones personales, 2 accidentes de tránsito con herido y 2 intentos de alteración de orden público.

¿Abrir los bares hasta la madrugada aumentaría los índices de violencia? Para el subsecretario de seguridad y convivencia de la Secretaría de Gobierno, Jonathan Nieto, la violencia puede disminuir si se ataca directamente el problema de los amanecederos ilegales: “los conflictos y delitos que se están presentando los fines de semana en Bogotá están concentrados en 19 UPZ, especialmente en 35 barrios que ya tenemos identificados. Usualmente son los clubes nocturnos los que generan conflictos: venden lictor adulterado, sustancias psicoactivas, permiten el ingreso de menores de edad. Ante el aumento de estos bares y clubes nocturnos, tenemos que especializar la rumba en zonas seguras. La idea es que la rumba hasta las seis de la mañana deje de ser algo clandestino”.

Los puntos en donde la administración distrital quiere extender la rumba son los siguientes: Usaquén: calle 114 a 124, entre carreras 5 y 7 ; Chapinero: calle 92 a 94, entre carreras 11 y 15 ; calle 82 a 85 (costado sur), entre carreras 11 y 14; calle 57 a 61, entre carreras 7 y Avenida Caracas; Santa Fé: calle 19, entre carreras 3 y 14; Tunjuelito: Diagonal 25 sur a 48 sur, entre la carrera 50 (costado occidental) y la 52; Kennedy: Avenida 1 de mayo , costado Norte, entre carreras 69 y Avenida Boyacá; Engativá: Avenida Calle 72, entre carreras 72 y 77; Suba: carrera 91, entre Avenida Suba y la calle 147 y desde calle 147 hasta Avenida Suba por la calle 92 (incluyendo la calle 146 A hasta la calle 93); Avenida Ciudad de Cali, entre calles 153 y 139; Teusaquillo: calle 53, entre carreras 24 y 28; carrera 27 entre calles 52 y 53; Los Mártires: Zona de Alto Impacto, calle 19 a calle 24 entre carreras 14 y 17; Antonio Nariño: calle 18 sur, entre carreras 16 y 17, y carrera 16, entre calles 17 a 16 A sur; Ciudad Bolívar: calle 58 B sur a 61 sur, entre carreras 22F a 22 H.

El director del Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc), Rubén Darío Ramírez, aclara que la medida es un plan piloto: “Desde hace un año venimos evaluando la situación en las zonas de rumba. La medida sólo se implementará en 14 sectores, con el fin de que las personas no tengan que acudir a los amanecederos ilegales. No es cierto que la medida se vaya implementar todos los días de la semana. Además, 536 uniformados de la Policía reforzarán la seguridad en esos sectores. Estamos evaluando medidas complementarias con Transmilenio y los servicios particulares de taxi. Si la medida no resulta, analizaremos otras soluciones”. De acuerdo con el Ceacsc, en la ciudad existen 2.193 amanecederos, de los cuales 833 están en proceso de suspensión. Durante los fines de semana, el 5% de las riñas y lesiones comunes ocurren en los 14 sectores que tendrán rumba extendida.

Aunque habrá un aumento de pie de fuerza en las zonas de rumba, el alcalde Gustavo Petro reconoció que el éxito de la medida depende, en gran parte, de los mismos bares: “todo depende de los dueños del negocio y del cumplimiento de las normas de seguridad, entre ellas la insonorización, servicio de taxi seguro y acciones de salud preventiva por parte de la Secretaria de Salud para detectar consumo legal del licor y expendio de otras sustancias. Normas para que la rumba en estos establecimientos sea realmente segura”.

En las redes sociales, algunos concejales de la ciudad criticaron la propuesta de rumba extendida: “Me preocupa que esta administración se olvide de que a sus decisiones les debe agregar un componente de prevención y cultura ciudadana. Mi propuesta de campaña fue ‘por una Bogotá 24 horas’, pero no para avalar la rumba. Existen otros criterios: cultura, educación, transporte”, dijo la concejal Diana Alejandra Rodríguez. A la voz de la concejal se sumó la de Hosman Martínez, del Partido Verde: “Espero que improvisaciones de la administración no desencadenen en el aumento de riñas y homicidios”.

Después de una larga discusión, Asobares determinó que le daba “la bienvenida a la propuesta”. Según Camilo Ospina, presidente de la asociación, “la medida es el resultado de un trabajo conjunto con la administración. Cuando Antonio Navarro Wolf se desempeñó como secretario de Gobierno puso la idea sobre la mesa. Ahora, el alcalde, más que solicitarle a los dueños de los establecimientos seguridad, debe buscar una articulación con la Secretaría de Salud y con los gestores de convivencia de la Secretaría de Gobierno. Algunos comerciantes y empresarios que no están incluidos en las 14 zonas han solicitado que el Distrito los incluya. Esperemos que en un futuro sean muchos los establecimientos que sean merecedores de la extensión de horario”.
 

Por Redacción Bogotá

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