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Uno de los proyectos más grandes en los que avanza en Cundinamarca es en la creación de la Región Metropolitana entre Bogotá y al menos 23 de los municipios que lo rodean, con lo que se busca mejorar la interacción administrativa que existe entre los mismos en temas como movilidad, seguridad, acceso al agua y la armonización de los planes de ordenamiento territorial. Es por ello que en alianza con el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo (Cider) y la fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (Fescol) se realizó el primero de cinco conversatorios sobre la conformación, desafíos y oportunidades que tiene esta nueva figura.
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En la mesa estuvieron presentes María Mercedes Maldonado, profesora e investigadora en ordenamiento territorial; Carlos Roberto Pombo, presidente de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, y Diego Cancino, concejal por la Alianza Verde, quienes comenzaron la discusión dejando claro que esta no es solo una oportunidad para crear una integración regional desde la confianza sino además para entender que hay una forma de construir territorio a partir de diversas voces.
En este sentido, Cancino recalcó en la importancia de la confianza y el reconocimiento de las diversas y amplias voces que hay en la región. “El gran reto es que la otra región no sea tan otra región. Nos hemos visto como enemigos por el centralismo que se impone a Cundinamarca o la visión desde el departamento que no reconoce los aportes de la ciudad".
Al respecto, Pombo se refirió a la transición demográfica y acelerada, que han desencadenado en la conformación de una nueva ciudadanía y vida urbana, que han traído a la discusión nuevos temas. “No solo la minga sino todos los movimientos y expresiones ciudadanas y está el reto de una crisis climática, que nos obligan a mirar a una nueva gobernanza, que merece unos cambios importantes”.
Ante esto, quedó a la vista que el problema está en la relación y reconocimiento entre los municipios y la capital, por lo que en la estructuración de la ley orgánica, en la que se definirán qué componentes tendrá esta región metropolitana, será, de acuerdo con Maldonado, fundamental que haya mucha participación ciudadana, pero además que no se deje atrás el ordenamiento territorial, que no solamente involucra temas ambientales sino también de vivienda.
En este tema ha sido crucial la Corporación Autónoma Regional (CAR) a la que los municipios deben acudir para concertar sus planes de ordenamiento territorial antes de ser presentados a los concejos locales. Con respecto a esto, los invitados llamaron la atención sobre los cuestionamientos que hay frente a esta entidad en Cundinamarca, dado que, como lo señala Cancino, hubo una gran controversia detrás de la elección de los representantes civiles así como se ha reiterado en diferentes ocasiones los intereses políticos dentro de esta.
“La figura ambiental con autonomía debe mantenerse, pero en las CAR Cundinamarca debe haber un fuerte control ciudadano y político para frenar lo que ha pasado y es que se ha convertido en uno de los principales factores de deterioro ambiental casi que como ciertas actividades primarias”, aseveró Maldonado.
Por su parte, Pombo alertó, en cuanto al ordenamiento territorial, un nuevo proceso de conurbación en la Sabana. “No hay un crecimiento de la sabana sino una expansión de Bogotá”, indicó, por lo que considera importante que haya un proceso de planificación coordinada entre la capital y los municipios de la región, así como indicó que es importante pensar antes del tema de vivienda en actuar frente al aumento de los indicadores de pobreza que han desmejorado en los últimos años.
Finalmente, se habló del tema de participación en la construcción de la Región Metropolitana. Como temas por resolver, Pombo se refirió a soluciones para que Bogotá no siga expulsando personas, que tienen que ver con mejorar la oferta de vivienda en la ciudad, pero también con tomar acciones ante el alto costo de vida de la ciudad, mientras que Cancino manifestó que la discusión está pendiente en la Asamblea y el Concejo de Bogotá, que tendrá que ocupar el papel de escuchas. “Es importante dejar las reglas del juego claras para que los municipios sientan que es positivo ingresar, pero además es importante que sea una construcción de la mano de la ciudadanía, porque somos una región rica y enriquecedora, con gente que ha hecho resistencia desde diferentes frentes y con mucho por aportar”.
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