La prolongada sequía sufre el país, cuyos efectos se evidencian en la crisis hídrica que soportan Bogotá (10 meses en racionamiento) y varias poblaciones de la región, se extenderá al menos hasta marzo de 2025. De acuerdo con el IDEAM, esta temporada podría tener mayores repercusiones en la región de la Orinoquía y en la región Andina, a la cual, entre otros, pertenecen Bogotá y Cundinamarca.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Le puede interesar: Ruido y peligro: persisten los piques ilegales en las calles de Bogotá
Ante la situación y para mitigar los efectos de la actual sequía (y las que vienen) en la agricultura; en el sustento de quienes trabajan la tierra, y en la seguridad alimentaria de los municipios de la región, avanza en Cundinamarca una estrategia, que consiste en la construcción de tanques de gran capacidad, para suplir a corto plazo la ausencia de aguas y evitar la suspensión de la producción agrícola y el aumento del desempleo por coyunturas climáticas.
La estrategia, que puso en marcha el gobernador Jorge Emilio Rey desde enero del año pasado, cobra sentido al notar cómo el clima viene afectando los embalses del departamento. Así lo alertó el director de la CAR, Alfred Ballesteros, quien como ejemplo, habló del caso del embalse del Tominé, el cual, si bien es el más grande de la región y cuenta con capacidad para almacenar 700 millones de m3 de agua, a la fecha ha perdido 75 millones m3, respecto a los niveles de 2024.
Y el panorama puede complicarse, ya que, debido a la reducción drástica en los nivieles de los embalses del sistema Chingaza (de los que, antes de la crisis hídrica, se obtenía el 70% del agua que se consume la región), el Acueducto de Bogotá ha echado mano de otras fuentes como el río Bogotá y las aguas almacenadas en Tominé. Actualmente, la ciudad se abastece así: 50 % del agua del sistema Chingaza y 50 % del río Bogotá y el agregado norte, que se tratan en Tibitoc.
Sumado a ello, el dato más preocupante radica en las previsiones climáticas del Ideam para 2025. Los pronósticos del periodo húmedo, que comienza a finales de marzo, son neutros. Esto quiere decir que las precipitaciones estarán en los promedios históricos y no se contaría con las lluvias intensas que se requierer para que los embalses recuperen sus niveles óptimos, razón por la cual, las estrategias para mitigar la sequía son clave.
Reservorios
Con este panorama en mente, la Gobernación de Cundinamarca anunció sus planes de fortalecer el modelo de reservorios de agua que viene implementando desde el año pasado como una medida a corto plazo que mitigue los efectos que causan los bajos niveles de lluvia en las zonas rurales del departamento.
“Con los reservorios llevamos trabajando desde el inicio del cuatrienio. Desde enero del 2024 empezamos a hacer recorridos en las comunidades donde históricamente el abastecimiento de agua en épocas secas representa un lío grande para la producción agrícola, ya sea de pancoger (es decir, cultivos destinados a suplir las necesidades alimentarias de una población determinada, como pueden ser plantaciones de maíz, frijol o plátano, por ejemplo) o de cadenas de comercialización más grandes. Con charlas con la comunidad se identificaron las zonas más impactadas que paradójicamente son las más cercanas al río Magdalena, en el sur del departamento, y y arrancamos con la implementación de los reservorios de agua para uso agropecuario”, señala Marcos Barreto García, secretario de agrocampesinado (antigua secretaría de agricultura y desarrollo rural) de Cundinamarca.
La estrategia funciona bajo el principio de la corresponsabilidad, pues buena parte de su uso adecuado depende del compromiso de las personas que lo manejan. “Si bien desde la Gobernación y las administraciones municipales realizamos control y vigilancia, para que esta estrategia funciones el compromiso debe ser mutuo y para eso hemos fortalecido las campañas de pedagogía para el uso estricto del agua en las temporadas en que las condiciones del clima así lo demanden y no caer en circunstancias de desperdicio o desaprovechamiento del recurso, que es a toda costa lo que debemos evitar”, señala Barreto.
La medida es bien vista por los expertos, como Jorge Iván Hurtado, consultor en temas de derecho ambiental y profesor investigador del departamento de Derecho del Medio Ambiente, de la Universidad Externado de Colombia. Para él, es clave rescatar, en primer lugar, la importancia de que la autoridad departamental no solo actúe de forma reactiva ante este tipo de contingencias, sino preventiva.
“En ese sentido, la fortaleza de este tipo de proyectos recae en que se planean y avizoran, tanto a mediano como a largo plazo, algunas consecuencias de hechos puntuales que hoy son realidad y no un sofisma, como todo lo que tiene que ver con el impacto del cambio climático y la variabilidad climática, que estamos viviendo incluso en zonas en donde antes era impensables este tipo de fenómenos”, señala Hurtado,
Para la construcción de los reservorios, casi todos con una capacidad de 33.000 litros (algunos con menos, dependiendo de las necesidades del terreno) se eligió el modelo de tanque australiano, que a grandes rasgos es un recipiente circular de gran tamaño con salida en la parte inferior cuya estructura circular compuesta de láminas metálicas recubiertas por geomembranas para evitar fugas o filtraciones, es de rápida construcción y su vida útil, de acuerdo al uso y mantenimiento, está estimada en unos 10 años.
De acuerdo con el gobernador de Cundinamarca Jorge Rey, las provincias del departamento más golpeadas durante las recientes temporadas secas son las del Tequendama, Bajo Magdalena, Alto Magdalena, Ubaté y Rionegro. Acorde a esta situación se empezaron a instalar los primeros reservorios en jurisdicción de municipios de estas provincias. En ese sentido, en 2024 se instalaron 61 reservorio en el municipio de Jerusalén, 25 en Guataquí, 25 en Beltrán, 13 en San Antonio del Tequendama, 15 en La Palma, 13 en Tocaima, 13 en Fúquene y 13 más en zona rural del municipio de Anapoima.
Lea además: “Las obras del Regiotram no se van a paralizar”: gobernador de Cundinamarca
¿Cómo se abastecen?
La idea es que los tanques se llenen durante las temporadas de lluvias a través de sistemas de desvíos y captación de aguas lluvia. “En lo posible, buscamos que los reservorios se abastezcan con agua lluvia, sin embargo, cuando no es posible, lo que se hace es captar el agua de las fuentes hídricas de la zona a través de mangueras y una vez se llegue a la capacidad, el agua solo será usada en caso de estricta necesidad. En otros casos, las administraciones locales contribuyen con el almacenamiento a través del uso de carrotanques”, señala Barreto.
La estrategia está pensada como el último recurso en temporadas de sequía, por ello, más que una solución, se presenta como un insumo y una ayuda pensada a corto plazo para que la producción agrícola no se frene y los puestos de trabajo que de allí se derivan no queden en el aire.
Para el cuatrienio la meta es llegar a los mil reservorios. Por ahora, hay 194 construidos y se espera, durante el primer trimestre de 2025, la construcción de 75 reservorios en jurisdicción de los municipios de Apulo, Tocaima y La Mesa.
CAR también le apuesta a los reservorios
En marzo de 2024, la Corporación Autónoma Regional CAR, anunció sus planes de construir 5.000 reservorios de agua durante el cuatrienio con el fin de “generar una medida de adaptación al cambio climático y mejorar la capacidad de acción de los campesinos en épocas de menos precipitaciones”, según explicó la entidad en su momento.
En la fase inicial del proyecto, en el arranque del 2024, se priorizaron 25 municipios en donde las sequías han causado más estragos. La lista la encabezan seis municipios de Boyacá, en jurisdicción de la CAR, como Ráquira, Saboyá, Chiquinquirá, San Miguel de Sema, Caldas y Buenavista. Los demás, son de Cundinamarca: Simijaca, Susa, Fúquene, Lenguazaque, Cucunubá, Carmen de Carupa, Villapinzón, Tibiritá, Nocaima, La Peña, Útica, El Colegio, Cachipay, Quipile, Guayabal de Síquima, Vianí, Beltrán, Jerusalén y Nariño.
En el segundo semestre de 2024 la estrategia se extendió y alcanzó más municipios. Cabe mencionar que los reservorios de la CAR tienen una capacidad mayor, pues albergan alrededor de 120.000 litros de agua.
Lea además: El choque que tocó el bolsillo y los sueños de las familias con cita para visa
Gobernación anunció más medidas para mitigar crisis hídrica
Este jueves 28 de enero el Gobernador de Cundinamarca Jorge Rey, y el director de la CAR, Alfred Ballesteros, anunciaron un paquete de medidas para hacerle frente a la crisis por el abastecimiento de agua que enfrenta la región.
Como primera medida se anunció una intervención en el embalse del Neusa que consiste en la extracción de 3 millones de metros cúbicos de sedimentos para aumentar la capacidad del embalse de cuyas aguas beben municipios como Zipaquirá, Cogua, Tausa, Sutatausa, Cucunubá. Nemocón y el norte de Bogotá. La estrategia busca, además, llevar a cabo acciones de reforestación y recuperación del componente biótico, para ello la inversión será de $135.000 millones y el tiempo de ejecución de 2 años.
“Nuestra estrategia para aumentar la vida útil del vaso del embalse estará acompañada de un proceso de restauración mediante la plantación de especies nativas que contribuyan a la regulación del recurso hídrico, a la protección de la biodiversidad y a la resiliencia de los ecosistemas acuáticos y su provisión de servicios ecosistémicos”, señaló Ballesteros.
Por otro lado, el gobernador Rey destacó la importancia del convenio suscrito con la CAR para la construcción de 10 pozos profundos en 11 municipios de la sabana, con el propósito de que en 2027 estos pozos, una vez perforados, entreguen el 70% de las necesidades de caudal que tiene los municipios que le compran agua en bloque a Bogotá, es decir, permitirles la soberanía hídrica.
Otra de las acciones relevantes que las dos entidades vienen liderando es la entrega de tanques para el almacenamiento y aprovechamiento de aguas lluvia en el marco del programa “Cosecha de agua comunitaria”, que a la fecha reporta un balance de más de 64 mil kits entregados en los 104 municipios de la jurisdicción CAR y en la zona rural de la capital del país.
Entre tanto, los niveles de los embalses continúan con niveles que fluctuan y si bien se reportan leves aumentos, la tendencia es descendiente. De acuerdo con el reporte del martes 28 de enero, el sistema Chingaza (embalses de Chuza y San Rafael) se encuentra en un 43,79%, cifa que indica un leve aumento frente al 43,34% que se reportó el domingo 26 de enero.
Así las cosas, las estrategias de mitigación cobran más sentido, sin embargo, como se ha mencionado, si un compnente de corresónsabilidad y gestión compartida entre entidades y beneficiarios, los logros no serán los esperados. Si usted busca ser beneficiarios de la estrategia de reservorios de agua, debe escribir al correo dario.velaszquez@cundinamarca.gov.co en donde podrán conocer las indicaciones y requisitos para postularse.
En contexto: ¡Ojo! CAR advierte fuertes sanciones a quién encienda fogatas en áreas protegidas
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.