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En la avalancha de decisiones recientes que firmó el Distrito, publicadas en el Registro Distrital, pasó inadvertida una que podría ser una buena noticia para los habitantes de Tunjuelito, si se ejecuta sin sobresaltos. Se trata del decreto 246, de junio de 2014, que declaró la urgencia de enajenar voluntariamente o expropiar varios predios contiguos al hospital Tunjuelito II, necesarios para darle vida a un verdadero centro médico que atienda la necesidad de salud de la localidad sexta y sus alrededores.
El decreto detalla que la mayoría de las sedes del hospital Tunjuelito II tienen una infraestructura de más de 30 años de antigüedad, inadecuadas para la creciente demanda del sector y sus alrededores: las localidades Rafael Uribe Uribe, Antonio Nariño, Usme y Puente Aranda. Además, estas sedes están dispersas, algunas en arriendo y otras en comodato. Aspectos “que generan barreras de acceso, como riesgos en la prestación de los servicios de salud por falta de integralidad en los servicios especializados”, señala el documento. Esto sin hablar de las precarias salas de espera y de circulación que tienen estas sedes.
Este lamentable escenario determinó que la Secretaria Distrital de Salud contemplara la necesidad de construir un nuevo centro hospitalario que agrupara los servicios especializados de las tres clínicas que tienen servicios de hospitalización, cirugía y urgencias 24 horas en Tunjuelito, llegando a la conclusión de que en el punto donde se encuentra la Clínica de Medicina Interna (CAMI) sería donde se realizaría este proyecto.
La idea no es nueva y quedó planteada en el Plan Maestro de Equipamientos en Salud para Bogotá, adoptado por el decreto 318 de 2006. Durante la administración Petro quedó incluida en el Plan de Desarrollo Distrital de la Bogotá Humana, en el acuerdo 489 de 2012. Pero eso no ha sido suficiente para sacarla adelante.
A la vez, y “con el ánimo de desarrollar de manera ágil y efectiva este proceso, se suscribió un contrato, el 19 de diciembre de 2012, con la Empresa de Renovación Urbana (ERU), para tramitar la adquisición de los bienes inmuebles necesarios para el proyecto: una manzana comprendida entre las calles 51 y 52 Sur, entre las carreras 12D y 13.
Sin embargo, año y medio después de este contrato interadministrativo, la ERU, consultado el gerente Carlos Alberto Montoya Correa por El Espectador, no ha dado inicio a la etapa de ejecución de este proyecto, con la notificación de las ofertas de los inmuebles a cada uno de sus propietarios. El proceso está demorado y estuvo paralizado por mucho tiempo, entre otras razones debido a que “a la Secretaría Distrital de Salud le costó mucho entender que se necesitaba declarar la urgencia de expropiación o enajenación”, afirmó Montoya.
Hasta el momento el diagnóstico previo de este proyecto señala que se necesitarían comprar 25 predios, donde se encuentran 55 unidades económicas, entre viviendas y locales comerciales. La ERU aún no sabe el número de personas a quienes podría afectar la medida, pero asegura que el proceso de enajenación voluntaria o expropiación administrativa se hará respetando la ley y sus tiempos, y que si todo marcha bien, en 18 meses se tendrán los predios necesarios.
Por lo pronto, de acuerdo con la medida, que firman el alcalde Gustavo Petro y el entonces secretario distrital de Salud encargado, Giovanni Rubiano, el dinero para sacar adelante este proyecto ya estaría presupuestado y saldría del Fondo Financiero de la Secretaría Distrital de Salud. Con la declaración de urgencia para la expropiación o enajenación de nuevos predios, el proyecto del nuevo hospital Tunjuelito II vuelve a la agenda distrital. Habrá que esperar a que no se quede en el tintero una vez más.
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@Natal1aH