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La descontaminación del Río Bogotá es un objetivo compartido entre las autoridades locales y regionales de los diferentes municipios que lo rodean. La importancia de este afluente para la seguridad hídrica y la preservación ecosistémica hace que todo esfuerzo por recuperar su mejor versión resulte clave.
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Además de proyectos como la PTAR Canoas, otras entidades ambientales como la CAR trabajan en diversos frentes para la preservación del río, en específico, la recuperación de las cuencas y microcuencas del cuerpo de agua.
Bajo esta misma línea, el Fondo de Adaptación y la autoridad ambiental de Cundinamarca anunciaron la inversión $4.200 millones para la recuperación de la microcuenca El Tejar, en la cuenca alta del río Bogotá. Este territorio, clave para la regulación del agua en la región, será intervenido para revertir el impacto de la ganadería extensiva, la deforestación y el deterioro de los suelos.
El proyecto busca recuperar servicios ecosistémicos esenciales, mejorar la conectividad ecológica y reducir el riesgo de inundaciones, no solo en la zona de intervención, sino también en sectores aguas abajo que presentan vulnerabilidad media.
Además, aporta al aumento de caudal de agua, que nutre de gran manera el consumo del líquido vital en la capital del país, que ha atravesado serios problemas en el tiempo reciente.
La restauración abarcará 150 hectáreas, donde se adelantarán siembras de especies nativas, enriquecimiento del subpáramo, cerramientos, mantenimiento de plantaciones y creación de refugios para fauna. Además, se promoverán prácticas productivas sostenibles como sistemas silvopastoriles, planes prediales, cosecha de agua lluvia, renovación de praderas y producción de abonos orgánicos.
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