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Veinte carreteros privados de la libertad aprovecharon el salvavidas que recientemente les tiró la Secretaría Distrital de Movilidad. La medida buscó que los 42 beneficiarios del Programa de Sustitución de Vehículos de Tracción Animal que informaron que no podían continuar este proceso por estar presos en centros carcelarios de la ciudad pudieran seguir el trámite con sus familias.
Ellos hacen parte de los 2.764 carreteros beneficiarios de esta política alternativa que definió la Administración Distrital cuando, mediante un decreto de 2013, prohibió la circulación de vehículos de tracción animal, a partir del 1 de enero de 2014.
Sin embargo, en ese momento no todos los carreteros empezaron la diligencia, a pesar de que el decreto de la Alcaldía que prohibió los vehículos de tracción animal señaló que las personas que siguieran transitando por las calles de Bogotá con este tipo de transportes serían sancionados económicamente y el caballo pasaría a manos de la Secretaría de Movilidad Distrital.
La Alcaldía les dio algunas largas hasta abril de 2014 para que muchos se inscribieran y no quedaran por fuera. Pero el asunto no ha sido nada fácil por tratarse de personas de escasos recursos y condiciones vulnerables. Fue en este periodo que un grupo de 42 presos informó que no iban a poder presentar los documentos porque estaban recluidos. Por eso le pidieron a la Secretaría Distrital de Movilidad que permitiera que un familiar cercano que haya continuado con la labor de carretero pudiera terminar los trámites. De ellos, 30 ya habían entregado el caballo a la Secretaría Distrital de Movilidad, tres más lo hicieron después de que se expidió este acto administrativo.
Ante el interrogante de qué hacer con los carreteros presos, la Dirección de Estudios Sectoriales de la Alcaldía le pidió un concepto jurídico a la Dirección de Asuntos Legales para que despejara la cuestión. Fue entonces cuando en un oficio esta entidad contestó que “cuando el núcleo familiar ha dependido del uso de este tipo de carruajes para obtener el sustento, debe ser objeto de protección a través de la sustitución de la actividad económica que se efectúa a través de un miembro de la familia o persona cercana al hogar cuando el sujeto principal de la actividad pierde su libertad”.
Pero en ¿qué consisten las alternativas para sustituir las llamadas zorras en Bogotá? El Decreto 040 establece que los beneficiarios de este programa pueden optar por una de las siguientes alternativas: Sustitución del vehículo de Tracción Animal por un vehículo automotor, Sustitución del vehículo de Tracción Animal por un plan de negocio o Sustitución para adquisición o mejora de vivienda, para carreteros con discapacidad permanente y/o adultos mayores.