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En menos de una semana se registraron dos explosiones con granada en el barrio San Bernardo o Sanber, en el centro de Bogotá. El más reciente caso ocurrió en horas de la tarde del domingo, dejando a dos personas lesionadas por aturdimiento y afortunadamente ningún fallecido.
Según informó la Policía Metropolitana de Bogotá, una persona fue capturada y el móvil del caso se atribuiría a “ajuste de cuentas entre estructuras criminales. Tenemos una línea investigativa frente a este hecho”.
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Por su parte, el alcalde Carlos Fernando Galán, analizó que a partir de las distintas intervenciones y golpes a bandas criminales, “generaron una dinámica de presencia de bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes, particularmente. Eso se agravó porque hay un proyecto urbanístico que no ha arrancado. Cuando llegamos identificamos la presencia de al menos cinco organizaciones, como ‘Los Costeños’. No vamos a ceder hasta que logremos recuperar por completo la seguridad en esta zona”.
Desde el Concejo de Bogotá, varios cabildantes manifestaron su preocupación ante la falta de seguridad en la ciudad. “¿Dónde está la estrategia de seguridad? ¿Dónde están los resultados? La ciudad no puede convertirse en un campo de guerra mientras el alcalde sigue con promesas vacías”, dijo Diana Diago. “Bogotá tomada por las bandas delincuenciales y el alcalde, en lugar de actuar y tomar las riendas de la ciudad, vive más preocupado por culpar al presidente y lavarse las manos”, manifestó por su parte Heidy Sánchez.
Hoy, pese a las constantes operaciones, el conocido “Samber” lidia con los flagelos asociados al microtráfico, entre ellos, las guerras por el territorio, como la que protagonizan hoy bandas como “Los Venezolanos” y “Los Costeños”. Lo paradójico es que todo esto ocurre, en el corazón de una zona rodeada de instituciones, que parecen darle la espalda al problema.
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Puntualmente San Bernardo está entre la Avenida Caracas y la Carrera 10, y entre las calles 1 y 6, en pleno centro de Bogotá. Al lado queda el parque Tercer Milenio; en diagonal está la seccional de investigación criminal de la Policía de Bogotá, y a escasas calles, el Palacio de Nariño y un batallón. A pesar de esto, San Bernardo es sede de múltiples de delitos, que van desde el asesinato hasta el tráfico de drogas y trata de personas.
Un ambiente como esté propicia las fricciones y guerras entre las bandas, que se disputan el control del mercado de estupefacientes del sector. De ahí, que el uso de artefactos explosivos, como los detonados el 18 y 24 de febrero, no sean algo exclusivamente nuevo o coyuntural. En julio del año pasado, por ejemplo, otro individuo arrojó una granada en pleno corazón del sector. No obstante, en aquella oportunidad las autoridades lograron interceptar el artefacto y realizar la detonación controlada.
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Por Redacción Bogotá
