Toma en San Bernardo: cayó ‘Gafas’, usaba pagadiario como bar y expendio de drogas

Continúan los operativos en San Bernardo, sector que en las últimas semanas ha sido escenario de dos explosiones, producto de disputas por territorio. En un nuevo operativo, tras dos diligencias de allanamiento y registro, se logró la captura de alias ‘Gafas’, encargado de coordinar la venta y comercialización de estupefacientes y licor en un pagadiario.

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La Seccional de Investigación Criminal identificó dos predios en los que, además de pagadiario, funcionaba un bar y lugar de acopio y comercialización de estupefacientes. Para ingresar a estos dos sitios, las autoridades tuvieron que romper puertas y paredes: “Es de resaltar que estas dos viviendas, tenían puertas reforzadas en acero, lo que no permitía el acceso ante los posibles operativos de las autoridades”, señala el informe de la Policía.

Como principal resultado, destacó la captura de alias ‘Gafas’, un sujeto de 45 años, quien lideraba las operaciones de este lugar. Según las autoridades, estos sitios serían jurisdicción de la banda criminal ‘Los Costeños’, quienes aglutinaban una renta diaria de aproximadamente $5 millones.

“Por otra parte, se incautaron más de dos mil dosis de estupefacientes, entre los cuales se resaltan marihuana, bazuco y base de coca, además, dinero en efectivo producto de esta actividad ilícita y fueron encontradas más de 25 personas ingiriendo bebidas embriagantes y estupefacientes”, indicó la institución.

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San Bernardo, zona de confrotación

Por décadas, el barrio San Bernardo (o el “Samber”, como popularmente se le conoce) ha sido una de las zonas de la ciudad con mayores índices de criminalidad y deterioro social, que se agudizó después de la intervención del Bronx, en 2016, cuando buena parte de las bandas delincuenciales se mudaron a esta zona. Hoy, pese a las constantes operaciones oficiales, allí se concentran flagelos asociados al microtráfico, entre ellos, el sicariato, la trata de personas y las guerras por el territorio.

Hoy, dicen los investigadores, los protagonistas de la nueva guerra son las bandas Los Venezolanos y Los Costeños, la cual se desarrolla en el corazón de una zona donde se concentra el poder político del país y algunas instituciones de seguridad como la Seccional de Investigación Criminal de la Policía, el Palacio de Nariño, el Congreso, el Palacio de Justicia y el Batallón de Reclutamiento del Ejército, que parecen darle la espalda al problema, como ocurrió por años con la calle del Cartucho y el Bronx.

En medio de ese ambiente de constantes hechos delictivos y capturas, que propician el relevo de los mandos de las estructuras criminales, los recientes atentados se pueden entender como mensajes entre bandas para mostrar quién tiene el control. Sin embargo, la preocupación general recae en que no es una novedad que responda a una coyuntura: en julio pasado, por ejemplo, pretendían realizar un ataque con granada, pero, por fortuna, las autoridades lograron interceptar el artefacto y realizar la detonación controlada.

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Por otro lado, hay actividades adyacentes que inciden en la criminalidad, como el contrabando, una constante en la localidad de Santa Fe, que se presta no solo para traer mercancía sin pagar impuestos, sino para el tráfico de armas y drogas y el lavado de activos. Expertos como Andrés Nieto, analizan: “El tema de los inquilinatos, los pagadiarios, el alquiler de armas y las actividades sexuales pagas son una constante, que no se ha podido erradicar debido, precisamente, a lo rápido que se reorganizan las estructuras delincuenciales, tras cada golpe de las autoridades”.

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