Al Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) lo ha rodeado una larga lista de plazos incumplidos desde que era sólo un proyecto en el papel durante la alcaldía de Samuel Moreno. Y una vez salieron a rodar los primeros buses han sido varios los capítulos que han protagonizado los gerentes de Transmilenio anunciando un nuevo mes en el que los bogotanos dejarán de ver buses viejos. Ayer, el nuevo plazo que anunció el Distrito para que dejen de circular 4.000 buses tradicionales fue el 1º de junio.
La idea es que para esta fecha circulen por la ciudad 7.800 buses del SITP y no los que operaban las rutas tradicionales. Pero quedarían pendientes cerca de 3.000, que corresponden a las empresas Coobús y Egobús, quebradas e intervenidas por la Superintendencia de Transporte, para tratar de conseguir un plan de salvamento. La primera operadora tiene adjudicada la zona de Fontibón y la segunda, Suba Centro y Perdomo.
Según el gerente de Transmilenio, Sergio París, sólo en las zonas donde operan Coobús y Egobús habría buses tradicionales después del 31 de mayo. De ahí en adelante todo dependerá del plan de salvamento que defina la Superintendencia para estas empresas, de manera que cumplan con el ingreso de buses para el SITP. París espera que la implementación total del sistema esté lista el 15 de diciembre de este año.
¿Implementar a las patadas?
Sin embargo, mientras la administración está convencida de que cumplirá los tiempos, los ciudadanos no paran de quejarse por la “implementación improvisada” del sistema. Así lo aseguraron los habitantes de la localidad de San Cristóbal Sur, quienes marcharon ayer en la mañana para reclamarle al Distrito “un transporte digno”. El 11 de febrero salió de circulación la ruta E-39, que realizaban los buses tradicionales e iba desde el barrio Libertadores hasta la calle 200 en el norte, pero hasta el momento no ha sido reemplazada y centenares de personas tienen que pagar doble y hasta triple pasaje (unos $8.000 diarios) para llegar al norte de la ciudad.
“Transmilenio es insuficiente, porque toca tomar otro transporte para subir hasta la Séptima. El SITP no funciona, porque sólo sacan buses viejos, pero no los reemplazan. Salimos a marchar, porque agotamos todas las vías con la Secretaría de Movilidad, a la que hasta ahora no le ha importado nuestra situación. Reunimos 10.000 firmas de personas inconformes, pero no sirvió de nada. Esto lo están implementando a las patadas”, dice Carmen Muñoz, líder de la marcha.
Lo que preocupa a estas personas es que, por el afán de cumplir con las fechas, que cada día se postergan más, el Distrito obligue a los transportadores de buses tradicionales a dejar de circular sin que haya un plan B y el transporte de la ciudad colapse por falta de rutas. Además se siguen preguntando si la flota de buses azules es suficiente para toda la población.
Las otras fechas prometidas
“El SITP arrancará el 30 de junio de 2012”, dijo en mayo de ese mismo año el entonces gerente de Transmilenio, Fernando Rey. El alcalde Gustavo Petro también se comprometió a implementar el nuevo modelo de transporte de la ciudad de forma gradual durante 18 meses (es decir, hasta diciembre de 2013), ya que “así se dará fin a la guerra del centavo”.
Rey salió de la gerencia de Transmilenio y Fernando Sanclemente, quien lo reemplazó en octubre de 2013, dijo: “Para abril de 2014 estará implementado en su totalidad el SITP. Tenemos las bases y el impulso para cumplirle a la ciudad con la puesta en operación de uno de los sistemas de transporte masivo que le devolverán el orden y el futuro a Bogotá”, añadió.
El SITP estaría implementado en el 90% al finalizar 2014. Este fue el anuncio que hizo Sergio París cuando asumió como gerente de Transmilenio en junio de 2014, luego de que Sanclemente renunciara para apoyar la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga. El gerente también reconoció en ese momento que su meta no incluía los buses de Coobús y Egobús, debido a su crisis financiera.