Hace unos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el ‘Informe sobre la situación mundial de la salud bucodental’, el análisis más completo que se ha publicado sobre las enfermedades bucodentales en 194 países del mundo.
En el documento, la agencia de la ONU sobre salud señaló que el 45 % de la población mundial, alrededor de 3.500 millones de personas, padecían de enfermedades bucodentales. Una de las cuatro enfermedades más frecuentes, además de la caries dental, la periodontitis grave y el cáncer bucal, es la pérdida de dientes.
Como señalaron recientemente un par de investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad Tufts (Estados Unidos), el uso de implantes dentales para sustituir dientes perdidos o dañados se ha extendido cada vez más debido “a sus elevadas tasas de supervivencia y éxito”.
Sin embargo, advirtieron los científicos, “la supervivencia a largo plazo de los implantes dentales sigue siendo un problema de salud, debido a su supervivencia prevista a corto plazo de unos 15 años”, la pérdida de hueso maxilar en el lugar donde se sujetan los dientes y el riesgo de periimplantitis, un proceso que puede llevar a la pérdida de soporte óseo.
Ante este escenario, Pamela Yelick y Weibo Zhang, ambos investigadores de la Universidad Tufts, escribieron, recientemente, que la capacidad de crear dientes compuestos de tejidos vivos con propiedades similares a las de los dientes naturales “supondría una mejora significativa respecto a los implantes sintéticos de titanio que se utilizan actualmente”.
Con esto en mente, los dos científicos propusieron crear sustitutos dentales biológicos. En concreto, Yelick y Zhang desarrollaron una forma de cultivar tejidos similares a los dientes humanos en la boca de cerdos. Los resultados de su trabajo fueron publicados recientemente en la revista académica Stem Cells Translational Medicine.
Saltándonos varios detalles técnicos, los investigadores mezclaron pulpa dental humana con células de las yemas dentales de minipigs. Esta construcción fue implantada durante 2 a 4 meses en las mandíbulas de los cerdos.
Tras este periodo, los científicos observaron “la formación de tejidos similares al diente” de los humanos en las bocas de los cerdos. Para Yelick y Zhang, este estudio presenta una posible alternativa “clínicamente relevante” a los implantes dentales utilizados actualmente.
“Proponemos que un enfoque razonable es crear dientes vivos funcionales, de bioingeniería, completos con tejidos funcionales de bioingeniería [ligamento periodontal]”, concluyeron los investigadores.
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