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Después de 9 intentos, el cohete Starship logró completar su misión exitosamente

El supercohete Starship, de 120 metros de altura y diseñado para llegar a Marte, logró en su décimo vuelo lo que hasta ahora parecía imposible: desplegó ocho simuladores de satélites en el espacio y completó un amerizaje controlado en el Océano Índico, tras despegar desde Texas a las 6:30 p. m., hora de Colombia.

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27 de agosto de 2025 - 01:01 p. m.
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El supercohete Starship, la apuesta más ambiciosa de SpaceX para llevar personas y carga al espacio profundo, cumplió este 26 de agosto su décimo vuelo de prueba con dos hitos históricos: desplegó por primera vez simuladores de satélites en órbita y logró un amerizaje controlado en el Océano Índico.

El lanzamiento se realizó desde Starbase, en Texas, a las 6:30 p. m., hora de Colombia (23:30 UTC). Según la empresa de Elon Musk, la misión cumplió con todos los objetivos principales y entregó datos clave para continuar con el desarrollo tanto de la nave Starship como de su cohete de primera fase, Super Heavy.

La prueba comenzó con el encendido de los 33 motores Raptor del Super Heavy, que impulsaron el ascenso sobre el Golfo de México. Poco después, se ejecutó la llamada maniobra de “ascenso en caliente”: mientras la primera etapa seguía encendida, la segunda (la nave Starship) encendió sus seis motores Raptor para separarse y continuar la trayectoria hacia el espacio.

Tras la separación, el Super Heavy inició su combustión de retorno y se dirigió a la zona de amerizaje planeada. En los últimos metros, desactivó de manera intencional uno de sus tres motores centrales y utilizó un motor de respaldo para estabilizarse. Finalmente, descendió sobre el agua, apagó motores y amerizó de manera controlada, un logro técnico que la compañía había intentado en vuelos anteriores sin éxito completo.

Starship continuó el vuelo con éxito y alcanzó la velocidad suborbital prevista. Allí completó uno de los objetivos más esperados: el despliegue de ocho simuladores de satélites Starlink, la primera demostración de carga útil de esta nave.

La misión también permitió encender nuevamente uno de los motores Raptor en el espacio, validando la capacidad de realizar combustiones de desorbitación, necesarias para futuras misiones interplanetarias.

Una hora y seis minutos después del despegue, Starship entró en su fase más crítica: la reentrada a la atmósfera terrestre. La nave fue expuesta de manera intencional a altos niveles de estrés térmico y estructural para probar la resistencia de su escudo y de los flaps de control aerodinámico.

Con estas maniobras, la nave redujo velocidad, giró para orientar su base hacia el océano y completó una combustión de aterrizaje final antes de posarse suavemente en el Océano Índico.

Este es el vuelo más exitoso de Starship hasta ahora. Con 120 metros de altura, es el cohete más grande y potente jamás construido. SpaceX espera usarlo no solo para lanzar grandes cantidades de satélites Starlink, sino también como vehículo para futuras misiones tripuladas a la Luna y a Marte.

Aunque todavía faltan pruebas para que Starship sea certificado como un sistema seguro y reutilizable, este ensayo mostró que el proyecto avanza hacia lo que Musk ha descrito como su visión de una “civilización multiplanetaria”.

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