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El presidente electo, Iván Duque, anunció a través de su cuenta de Twitter que, tras una reunión con la Academia Colombiana de Ciencias, decidió reactivar el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, así como la Misión de Sabios que se promovió en los años noventa.
Duque aseguró que estos dos organismo lo asesorarán en temas de tecnología, innovación y ciencia. Los expertos, por su parte, recibieron al presidente electo con un documento llamado “Desafíos para el 2030”, en el que incluyeron logros que deberá cumplir el país para ese año en temas como ciencia, tecnología, educación y medio ambiente.
La propuesta fue pensada por 31 académicos de distintas áreas del conocimiento, y contiene propuestas como “poner fin a la pobreza, proteger y habitar sostenible y sustentablemente el planeta, mejorar la educación y detener la constante disminución de la financiación de los proyectos de investigación científica.
Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de ciencias, se mostró esperanzado al término de la reunión, pues Iván Duque expresó en ella “el deseo de fortalecer los recursos con los que se cuenta para invertir en el país en ciencia, tecnología e innovación, con sectores productivos y de la academia”.
Una mejor financiación del sector de ciencia y tecnología en Colombia sería clave, pues históricamente este ha sido uno de los sectores peor financiados, sino el peor. En 2018, por ejemplo, el sector sufrió un recorte presupuestal de $98.0000 millones, pasando de $320.000 millones que le asignaron en 2017, a $222.000 millones para este año.
De hecho, fueron la desfinanciación y la falta de voluntad política las que dejaron en el olvido las recomendaciones que hizo al gobierno de entonces la Misión de Sabios, una iniciativa de los años 90 en la que 10 colombianos, líderes en su campo del conocimiento, describieron los cambios que necesitaba el país para dar un salto hacia el futuro.
Entre los “sabios” más notables estaban Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura; el neurofisiólogo e investigador Rodolfo Llinás; el abogado e historiador Marco Palacios; el físico Eduardo Posada, físico y la microbiologa Angela Restrepo.
El resultado fue un documento de 150 páginas que la Misión de Sabios le entregó al entonces presidente César Gaviria, apoyados por al menos 25 artículos científicos que consideraron vitales para ntender al país, así como las memorias de casi una docena de foros que se realizaron en varias ciudades del país con industriales, maestros, académicos e investigadores.
Allí se incluía una meta sobre la financiación de la ciencia: debía quintuplicarse y el país debía proponerse una meta de un investigador por cada mil habitantes en el próximo milenio. Una meta que, claramente, estamos lejos de cumplir.