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Este pez, de 180 millones de años, al parecer murió ahogado por su cena gigante

Esta ejemplar murió luego de comer el caparazón de una amonita, un grupo extinto de moluscos marinos. El fósil se desenterró por primera vez en 1977, pero había sido guardado en el cajón de un museo hasta ahora, cuando investigadores trataron de determinar la causa de su muerte. Los resultados fueron publicados en la revista Geological Magazine.

15 de agosto de 2023 - 06:53 p. m.
El pez pudo morir porque, al parecer, el caparazón le desgarró el estómago mientras tragaba.
El pez pudo morir porque, al parecer, el caparazón le desgarró el estómago mientras tragaba.
Foto: Samuel Cooper - Samuel Cooper

En 1977, se halló un fósil muy cerca a Stuttgart, una ciudad al suroeste de Alemania. Aunque era una llamativa especie de pez prehistórico, los investigadores, en ese entonces, tomaron la decisión de guardar el ejemplar en un cajón del museo. Sin embargo, hace poco, otro grupo de expertos se dio a la tarea de descifrar cuál había sido la causa de su muerte. (Lea: Hallan fósil de una tortuga de 150 millones de años con curiosa forma de panqueque)

Este nuevo grupo de investigación se llevó una sorpresa. Pues, como reza el popular refrán, el pez muere por su boca. Y, en este caso puntual, fue literal, pues los científicos de Alemania determinaron que el ejemplar había muerto luego de comer una gran cena.

Dentro de su estómago encontraron el caparazón de una amonita, un grupo extinto de moluscos marinos. Según dice a Live Science Samuel Cooper, candidato a doctorado en el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart en Alemania, “esta es la primera vez que se descubre un pez fosilizado con una gran amonita intacta dentro de su cuerpo”. (Puede leer: Descubren la especie de medusa más antigua en fósiles de más de 500 millones de años)

En los resultados publicados en la revista Geological Magazine, los investigadores cuentan que esta especie de pez, que es muy parecida al atún, se llama Pachycormus macropterus y se caracteriza por medir aproximadamente 3 pies de largo.

De acuerdo con Cooper, se cree que este tipo de pez comía alimentos blandos como los calamares. Pero, con un toque de humor, señala que un día un “ejemplar decidió cambiar las cosas y eso se ve en el fósil, que tiene atorado una concha de amonita en espiral de 4 pulgadas de ancho (10 centímetros) alojada contra su columna vertebral”. (Le puede interesar: Encuentran el fósil del eslizón (un tipo de lagarto) más grande del mundo)

Para un pez de este tamaño, explica el investigador, quizás esta concha sea demasiado grande para tragarlo. Se cree que este pez pudo haber confundido el caparazón con un alimento más comestible, o lo pudo haber tragado accidentalmente.

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