Esta semana, en los principales titulares de las noticias de ciencia, está el nombre del telescopio espacial James Webb, la mejor herramienta jamás construida para explorar el universo. La principal razón es porque se dieron a conocer las primeras imágenes capturadas por este artefacto, abriendo una puerta a una parte desconocida del universo. (Lea: El telescopio espacial James Webb revela su primera imagen)
Sin embargo, a la par de que se iban conociendo las imágenes, se revivía un viejo debate: el de cambiar el nombre del telescopio. Como lo explicó la astrofísica colombiana Andrea Guzmán en este artículo, Webb, exdirector de la NASA, fue cómplice en la persecución histórica de las personas LGBTQ.
Para 1950, aquellas personas que se considerarán homosexuales eran señalados de tener una enfermedad mental. Señalaban que tenían un carácter moral débil, y, por ende, podían ser manipulados y convirtiéndose en un “riesgo para la seguridad nacional”.
“Este periodo se conoció como el “Terror Lavanda” (Lavender Scare en inglés), haciendo alusión al “Terror Rojo” (Red Scare en inglés) que se refería a la persecución de los comunistas en la misma época. Como resultado de esta política anti-gay, miles de empleados del gobierno de los Estados Unidos fueron despedidos o se vieron obligados a dejar sus trabajos”, comentó Guzmán en el artículo.
Pero, ¿qué tiene que ver Webb con este episodio de la historia? Webb, teniente segundo en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y se enlistó en la Segunda Guerra Mundial, antes de convertirse en un director de la NASA, estuvo un puesto de alto nivel en el Departamento de Estado.
Desde ese puesto, añadió Guzmán, Webb “estuvo involucrado en las decisiones que llevarían a la institucionalización de tal política excluyente contra la comunidad LGBTQI+”. Ya como director de la NASA, se vio involucrado en un episodio de discriminación. Clifford Norton, empleado de esa agencia, fue despedido en 1963 por “conducta inmoral, indecente y vergonzosa”después de ser interrogado bajo sospecha de homosexualidad”. (Puede leer: James Webb revelará primeras imágenes: científica colombiana explica su importancia)
“En 2015, un par de blogs revelaron la complicidad de James Webb en el “Terror Lavanda”, llamando así la atención de la comunidad astronómica. Pero fue solo a principios de este año, ante el inminente lanzamiento del JWST, que un blog reivindicando el nombre de James Webb en esta controversia trajo el tema de vuelta a la opinión pública”, apuntó la astrofísica.
Desde entonces, un grupo de astrónomos y astrónomas escribieron un artículo, que fue publicado en Scientific American, para replantear el nombre del telescopio. Simultáneamente, circuló una petición que fue firmada por más de mil personas.
Una de esas personas que impulsó la petición fue Chanda Prescod-Weinstein, profesora asistente de física en la Universidad de New Hampshire. En sus redes sociales aseguró que “como una de las personas que ha liderado el impulso para cambiar el nombre, hoy se siente agridulce. Estoy muy emocionada por las nuevas imágenes y muy enojada con la sede de la NASA. El liderazgo de la NASA se ha negado obstinadamente a reconocer que lo que ahora es información pública sobre el legado de JW significa que no merece tener un gran observatorio que lleve su nombre”.
Hasta el momento, la NASA, en varios comunicados, ha señalado que no ha pensado en cambiar el nombre del telescopio. (Le puede interesar: James Webb vs. Hubble: diferencias en las imágenes tomadas por ambos telescopios)
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