La particularidad genética que llevó a que las serpientes perdieran sus extremidades

Estos animales comparten algunas de sus características genéticas con los reptiles.

Foto: Pexels

Regularmente, el cuerpo de una serpiente es tan delgado que es difícil que en su interior logren desarrollarse dos pulmones. Además, no tienen un muy buen sentido de la audición y su sentido de la percepción es guiado por su famosa lengua viperina, ya que tienen un olfato poco funcional. (Le puede interesar: La foto que capturó la misión Juno de un relámpago en Júpiter)

Como carecen de extremidades, se arrastran, enrollan a sus presas y tienen una elasticidad fascinante. Todo esto lo logran con un cuerpo vertebrado, compuesto por una columna que se extiende por todo su cuerpo y que es, a diferencia de otras especies, muy flexible.

Algunas de estas particularidades sobre las serpientes habían permanecido como un misterio hasta ahora. Un estudio publicado recientemente en la revista Cell se dio a la tarea de analizar los genomas de 14 especies de estas, pertenecientes a 12 familias diferentes, para dar luces sobre algunas de sus características. También, compararon estos genomas con los de algunas especies que ya habían sido secuenciados.

Los autores, liderados por Changjun Peng y pertenecientes en su mayoría a la Academia China de Ciencias, encontraron que pistas sobre una mutación genética que, presumiblemente, se dio en las serpientes en alguna de las etapas iniciales de su evolución. (Le recomendamos: ¿Dormir siestas durante el día mejora la salud cerebral? Esto dice la ciencia)

Allí empezaron a perder un gen conocido en el mundo científico como PTCH1, encargado del desarrollo de las extremidades en los animales vertebrados. Esta mutación habría generado que hoy las serpientes carezcan de patas o algo similar, para tener un cuerpo que se arrastra formando eses en el suelo y que le permite cazar y defenderse de algunos depredadores.

Sin embargo, esta no fue la única curiosidad sobre la que lograron encontrar respuestas en los genomas analizados. Por ejemplo, los animales vertebrados tienen en sus genes dos que son de especial importancia porque garantizan que el cuerpo se desarrolle en la etapa embrional de manera simétrica.

Se trata de los genes DNAH11 y FOXJ1, gracias a los cuales tenemos dos orejas, dos ojos, dos brazos, dos piernas, y así con todo nuestro cuerpo. Esta carencia hace que las serpientes hayan adaptado su desarrollo embrional al cuerpo con el que nacen, causando que puedan no desarrollar uno de sus pulmones. Aunque hay casos en los que sí crece este segundo pulmón, este suele ser de un tamaño mucho más pequeño en comparación con el otro. (También puede leer: La curiosa debilidad de un reptil que vivió hace 240 millones de años)

También, a lo largo de su evolución, las serpientes parecen haber silenciado o eliminado genes que son claves para el sentido de la orientación. Algunos de estos relacionados con la capacidad de oír frecuencias altas. Sin embargo, haber silenciado estos genes permitió que desarrollaran una capacidad especial en el reino animal: son increíblemente sensibles a las vibraciones. Esto les permite, entre otras cosas, ubicar a sus presas y a sus predadores.

Un capítulo aparte también merecieron dos especies que son ciegas o parcialmente ciegas, pero que en su evolución desarrollaron excelentes capacidades para orientarse y sobrevivir. Incluso, adaptaron sus dietas a la falta de visión, alimentándose principalmente de hormigas y huevos de hormigas.

Este estudio, dicen los autores, no solamente logra vislumbrar algunos de los misterios fascinantes sobre la evolución de las serpientes, sino que puede servir para estudiar las características morfológicas y sensoriales de todos los vertebrados.

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