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Qinglongshan, una zona montañosa en la provincia de Hubei, en China central, es un lugar muy partícular en el mundo. Está repleto de huevos de dinosaurio. Se pueden encontrar semiexpuestos in situ dentro de sus capas estratigráficas originales, pues no se extrajeron ni se llevaron a un museo. Los científicos pueden estudiarlos directamente en el terreno, tal como quedaron al momento de fosilizarse. Más sorprente aún, los huevos se conservaron casi tal como eran en vida: no están aplastados ni rotos, sino que mantienen su forma tridimensional (como si fueran huevos “enteros”, pero fosilizados).
Tampoco hubo mucha alteración después de que quedaron enterrados (no se movieron demasiado por agua, movimientos de tierra u otros procesos naturales) y revelan que los dinosaurios ponían sus nidos allí, hace entre 145 y 66 millones de años, una y otra vez.
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Los primeros estudios sobre los huevos de Qinglongshan los clasificaron dentro de un tipo específico de fósil de huevo llamado Placoolithus tumiaolingensis, que pertenece a la familia Dendroolithidae. Esta familia se distingue porque sus huevos tienen cáscaras muy porosas y con estructuras ramificadas. Pero en realidad no se sabe con certeza qué dinosaurio los puso: la clasificación es de los huevos, no del animal. Todavía no se ha encontrado un fósil del dinosaurio directamente asociado en esta región a ellos (como huesos en el nido), así que el “dueño” de esos huevos sigue siendo un misterio.
El objetivo principal de un nuevo estudio publicado este viernes en Frontiers in Earth Science fue establecer con precisión la edad de los huevos de Qinglongshan y, a partir de eso, comprender mejor los ecosistemas terrestres de la China antigua. Para responder esa pregunta, los investigadores aplicaron una técnica moderna que permite datar directamente los minerales presentes en los huevos. En otras palabras, y por primera vez, lograron calcular la la edad directa de un huevo de dinosaurio fosilizado.
¿Qué hicieron?
Los investigadores explican en su estudio que pudieron examinar las cáscaras de los huevos directamente con técnicas de láser y espectrometría, concentrándose en la calcita biogénica, que es la parte estructural del huevo formada mientras existía el dinosaurio. Esta calcita estaba intacta y sin alteraciones importantes, lo que les permitió obtener edades confiables de deposición, es decir, cuándo se depositaron los huevos en el suelo.
El estudio logró entonces determinar que los huevos de Qinglongshan se formaron hace unos 85 millones de años, ubicándolos en el Coniaciense tardío o Santoniano temprano del Cretácico tardío. Esto es importante porque, hasta ahora, no había datos absolutos de edad para estos huevos, lo que dificultaba compararlos con otros sitios en China y comprender cómo se distribuían los dinosaurios y sus huevos en diferentes cuencas.
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Al examinar el clima de la Tierra durante el Cretácico Tardío, justo cuando creen que se depositaron los huevos, los científicos también pueden descubrir pistas importantes.
Durante esos años, el clima de la Tierra no fue constante, escriben en la investigación. Al principio, hubo un período cálido tipo invernadero, luego se volvió aún más cálido y finalmente pasó a condiciones más frescas o un invernadero frío. Entre estos cambios, hace unos 84 millones de años, hubo un evento de enfriamiento grande, donde las temperaturas globales bajaron de aproximadamente 35 °C a 28 °C. Esto es clave, dicen los autores, porque estos cambios climáticos pudieron haber tenido un efecto directo en los dinosaurios, especialmente en la diversidad y distribución de sus huevos.
“Nuestro logro aún tiene implicaciones y expectativas significativas para la investigación sobre la evolución y extinción de los dinosaurios, así como los cambios ambientales en la Tierra durante el Cretácico Superior, lo que promueve fuertemente la datación absoluta de los fósiles de huevos de dinosaurio”, se puede leer al final del artículo. En palabras más sencillas, quieren decir que este estudio abre una nueva puerta para entender mejor cómo vivían y se reproducían los dinosaurios, cómo cambiaba el ambiente en la Tierra hace más de 85 millones de años, y cómo estos cambios pudieron afectar su evolución y extinción.
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