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El fin del apoyo estatal a los créditos-beca con los que Colfuturo financia estudios de postgrado en el exterior ha generado una acalorada polémica, alimentada como ya es usual por el propio presidente. Pero a pesar de que el apoyo dependía del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, nada se ha dicho sobre cómo se relaciona esa decisión con el apoyo al desarrollo científico nacional.
La discusión, en cambio, ha estado dominada por dos posturas antagónicas que se sustentan en afirmaciones inexactas o engañosas. No es cierto, como aseguran el Presidente y la Ministra, que con esa decisión el gobierno esté eliminando un intermediario costoso y que gracias a ello podrá ahora multiplicar las becas doctorales y ampliarlas a todos los estratos. Pero tampoco es cierto que el programa de créditos-becas de Colfuturo respondiera a la incapacidad del gobierno de otorgar directamente becas completas para estudios doctorales en el exterior. Las dos afirmaciones están confundiendo dos instrumentos distintos y están ignorando los esfuerzos estatales de casi dos décadas en formación de investigadores altamente calificados.
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Diferenciemos. Están por un lado las becas de Minciencias para estudios de doctorado en el país y en el exterior, en las que Colfuturo solo se encarga de lo operativo, y por el otro los crédito-beca para postgrados en el exterior, un instrumento propio de Colfuturo, en el que Minciencias financia la condonación parcial.
Las becas doctorales hacen parte de una apuesta grande y de largo plazo de la política científica, iniciada en tiempos de Uribe (aunque no por iniciativa del presidente). Se diseñó para financiar con créditos 100% condonables estudios de doctorado en el país y en el exterior. Se buscó que no solo pagaran la matrícula, sino que garantizaran el sostenimiento durante cuatro o cinco años. Aunque formalmente se denominan “créditos condonables”, no siguen una lógica de endeudamiento; no intervienen bancos ni estudios de capacidad de pago. Es lo lógico. Desde un punto de vista personal, es un mal negocio pagar por un doctorado, pero es una formación imprescindible para que un país cuente con capacidades propias para impulsar el desarrollo científico. Por eso el programa de formación doctoral hace parte de la política de ciencia y tecnología y no de la política de educación. Vale la pena recordar que, desde los 90, Colciencias no está adscrito al Ministerio de Educación. Aunque se relacionan por el papel de la academia en la investigación, no hay que confundir el foco y los objetivos específicos de cada sector.
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Ha sido una apuesta importante, pero poco consistente. No solo por los ires y venires en las convocatorias y en sus condiciones, sino porque la apuesta tenía que ir acompañada de presupuestos crecientes para financiar la investigación científica. Lo que ha pasado es todo lo contrario. Los últimos gobiernos, incluyendo el actual, han mostrado un creciente desinterés por la financiación de la ciencia. El resultado es que hoy tenemos muchas más personas con doctorado, de orígenes mucho más diversos que antes, pero con muchas menos oportunidades laborales.
El papel de Colfuturo en las becas doctorales ha sido puramente logístico. Se han encargado de los procesos contractuales y del seguimiento a los beneficiarios, pero las convocatorias y las decisiones de fondo han seguido a cargo de Colciencias o del Ministerio de Ciencias.
Lo que se anunció la semana pasada nada tiene que ver con lo anterior, sino con los créditos-becas, un instrumento propio de Colfuturo. Esta fundación privada fue creada en los años 90, por iniciativa de la entonces primera dama Ana Milena Muñoz y de varios de los grandes empresarios del país para facilitar el acceso a estudios de postgrados en el exterior. Se llaman así no porque sean parcialmente condonables, sino porque están diseñados como un instrumento con dos componentes: un crédito que otorga Colfuturo con su propio capital, constituido por donaciones de los principales empresarios del país, y una porción condonable que corresponde a la “beca” y que se ha financiado a través de recursos públicos.
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Desde 2007 la financiación de la porción condonable del crédito-beca se ha garantizado a través de convenios con Colciencias/Minciencias. Ese apoyo le permitió a Colfuturo multiplicar su número de beneficiarios. El diseño de este instrumento no es el más indicado para apoyar estudios doctorales y solo lo ha hecho marginalmente. La financiación se ha dirigido en su mayoría a estudios de maestría. Los créditos-beca no están necesariamente alineados con la política de ciencia y tecnología, pero los instrumentos jurídicos que Colciencias había gestionado para la operación de las becas doctorales, en particular la posibilidad de vigencias futuras, le servían también a los crédito-beca.
El apoyo a los créditos-beca de Colfuturo quedó así sin una articulación coherente con una política pública y sostenido más por compromiso con los grandes empresarios y por inercia que por decisiones estratégicas. En 2015, el gobierno Santos formalizó el apoyo del gobierno a los créditos-beca por medio del Conpes 3835 que comprometió recursos desde el 2017 al 2025. El financiamiento proyectado para nueve años fue de $ 698 mil millones de pesos. En ese momento, no se dio una discusión, que hubiera sido necesaria, sobre si era mejor dirigir esos recursos hacia el fortalecimiento de las becas doctorales o hacia incentivos para la inserción laboral de los doctores que se estaban formando.
Pero la decisión de acabar con ese apoyo tampoco responde a una política púbica coherente ni a un debate informado. Parece más bien un resultado de la drástica reducción del presupuesto de Minciencias, que también está acabando con la financiación directa de estudios doctorales en el exterior. En lugar de pelear por una financiación estable de la carrera científica en Colombia (que apenas empieza con el doctorado), la Ministra de Ciencias está prometiendo la multiplicación mágica de las becas con recursos y criterios que nadie sabe de dónde van a salir ni a quién en verdad van a beneficiar.
*Doctora en Historia y ex asesora de Colciencias.
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