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Barranquilla: un juego a dos bandas que opaca el anuncio de tregua entre criminales

A través de una carta en nombre de su abogado, Jorge Eliécer Díaz Collazos, conocido como Castor, entregó detalles sobre un “cese de actividades delictivas” en la ciudad. Analistas señalan un posible “juego a dos bandas”.

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Paulina Mesa Loaiza
28 de agosto de 2025 - 09:44 p. m.
Jorge Collazos, conocido como Castor, entregó detalles sobre un “cese de actividades delictivas” en Barranquilla.
Jorge Collazos, conocido como Castor, entregó detalles sobre un “cese de actividades delictivas” en Barranquilla.
Foto: Archivo Particular
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A las puertas de un eventual espacio de diálogo con las bandas criminales de Barranquilla, Jorge Eliécer Díaz Collazos, conocido como Castor y quien sería el principal cabecilla de la banda criminal Los Costeños, envió una carta al gobierno para anunciar una estrategia que ambienta la puesta en marcha de la paz urbana que fue anunciada por el presidente Gustavo Petro durante un evento en la capital del Atlántico hace más de tres meses.

El oficio encabezado por el abogado de Collazos señala por lo menos tres puntos claves en ese proceso de entrada a la paz total. El anuncio más llamativo tiene que ver con el cese de actividades delictivas por parte del Bloque Resistencia Caribe desde las 00:00 horas del 23 de agosto de 2025 hasta las 00:00 horas del 30 de septiembre de 2025.

“En el marco de apoyar la Paz total del Gobierno del presidente Gustavo Petro, le informo que mi representante coordinó con el Grupo Bloque Resistencia Caribe, con su cabecilla principal alias Gonzalo, con injerencia en el departamento del Atlántico y área metropolitana de Barranquilla un cese de actividades delictivas como el homicidio y la extorsión”, señala.

Dentro de los objetivos de esa tregua, además de funcionar como antesala a la paz urbana en Barranquilla, está también la posibilidad de “establecer mediciones y el impacto en la reducción de la criminalidad”, agrega el documento.

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Para Luis Fernando Trejos, profesor de la Universidad del Norte, el anuncio abre un panorama de expectativa que podría entenderse más como una jugada política de cara a la entrada en un espacio de diálogo que como un gesto de paz que sea posible verificar.

“Es muy difícil de cuantificar. La disminución de las rentas ilegales es complejo y no creo que se tenga una caída abrupta de la extorsión. Seguramente sí se logre con el homicidio, pero dependerá también de la capacidad de negociación del equipo que nombre el Gobierno. Además, hay que tener en cuenta que Los Pepes son aliados de los gaitanistas y Los Costeños son aliados de los Conquistadores de la Sierra Nevada. Una eventual tregua entre los grupos podría ser una ventana de oportunidad para que esos otros grupos de la región intenten incursionar de manera directa en el territorio”, explicó.

De acuerdo con organizaciones que le hacen seguimiento al conflicto, en Barranquilla hay bandas criminales como Los Costeños, Los Leones, Los Rastrojos Costeños y Los Pepes, que delinquen en su mayoría en el sur y suroriente de la ciudad en sectores como La Luz, La Chinita y Rebolo.
Estas estructuras tienen un amplio portafolio criminal que va más allá de la extorsión, pues también atraviesa dinámicas de economías ilegales, la supervisión de cargamentos de droga y microtráfico. El homicidio es uno de los puntos más neurálgicos.

Según datos recogidos por Catalina Miranda, investigadora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), solo en 2024 fueron asesinadas 487 personas, la cifra más alta en dos décadas. “Hay cinco dinamizadores principales de esta violencia: la lucha por el control de rentas ilícitas, el robo de tierras, los “gota a gota”, el hurto y la extorsión, que desde 2021 se incrementó un 433% en Barranquilla y su área metropolitana”, señaló Miranda.

A esto se le suma que Los Pepes no han realizado todavía una declaratoria de tregua, lo que podría generar fricciones en los acercamientos con el gobierno. “Esto es una apuesta política, una apuesta por tratar de ambientar la decisión del gobierno sobre abrir o no una mesa de diálogo socio-jurídico en Barranquilla. Pero no se sabe si el gobierno abriría este espacio con un solo grupo cuando la guerra la están librando varias organizaciones criminales”, detalló Trejos.

¿Juego a dos bandas?: la estrategia de las estructuras para subirse a la paz urbana

Otro de los puntos que llama la atención del comunicado tiene que ver con la mención de Collazos al grupo Bloque Resistencia Caribe, que finalmente termina siendo el mismo grupo Los Costeños, pero con otro nombre.

Para Luis Fernando Trejos esto puede entenderse mejor como un “alter ego” que construyó la misma estructura para limpiar el pasado criminal de cara a la paz urbana que propuso el mandatario. “Los Costeños ahora se llaman Bloque Resistencia Caribe porque buscan desmarcarse de un pasado criminal en el marco de un eventual diálogo con el gobierno. Eso es lo que se llama en el mundo criminal un alter ego. Han creado un alter ego que ahora gestiona los mercados de la criminalidad y Los Costeños parecen en la práctica desmovilizados. Eso busca evadir responsabilidades penales y otras cosas”, explicó.

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El origen de esa estrategia se podría rastrear hasta 2023, en uno de los mayores picos de violencia que tuvo Barranquilla. En ese contexto, las estructuras armadas le solicitaron al gobierno Petro y al entonces comisionado de paz, Danilo Rueda, acercamientos en Barranquilla para una mesa de paz total. A la par, se conoció un video en el que se anunció el nacimiento del Bloque Resistencia Caribe.

Si bien para ese momento la solicitud de diálogo fue rechazada por el Gobierno, la acción marcó un primer paso hacia una politización de la banda criminal. Actualmente esa estrategia podría servir de cara a la mesa de diálogo pues expone a Los Costeños como una estructura con voluntad de paz, mientras que es el Bloque el que delinque.

Nicolás León, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, señala que esta estrategia también responde a una necesidad de ser caracterizados como un grupo más hacia lo político que hacia lo criminal. “La autodenominación que están haciendo este tipo de organizaciones se ha convertido a la luz de la paz total en un tema a analizar toda vez que la paz total ofrece unas prebendas diferentes a los grupos con cierto carácter político, y los grupos delincuenciales de alto impacto han propendido por tener una caracterización más cercana a grupo político”.

Pero las bandas en Barranquilla no han sido las únicas estructuras que han creado los “alter ego”. Para Trejos, esa táctica responde a una dinámica que al parecer no se contempló en la paz total. “Esos alter egos fueron uno de los incentivos perversos que creó la paz total, sin planificarse. Los grupos criminales que empezaron a tener acercamientos con el gobierno crearon estas organizaciones paralelas para seguir gestionando los mercados de ilegalidad. En Nariño, por ejemplo, están los Comuneros del Sur, pero tienen un alter ego que se llama Autodefensas Unidas de Nariño. En Tuluá, la organización La Inmaculada, que es la de Pipe Tuluá, tiene un alter ego que se llama Los Nuevos Rastrojos o Los Rastrojos Nueva Generación, pero son los mismos”, señaló.

El objetivo de un juego a dos bandas se podría entender bajo el contexto de mantener activas las rentas criminales con las que se fortalecen las estructuras. Además serviría como una especie de “plan b” en caso de que naufraguen los acercamientos.

La llegada de los cabecillas de Barranquilla como “gestores” a la paz total

Jorge Eliécer Díaz Collazos, Castor, estaría adoptando una figura similar a la de un gestor de paz. En el comunicado este jefe criminal también señala que se desliga de Los Costeños para tener acercamientos con el cabecilla del Bloque Resistencia Caribe, conocido como Gonzalo. Dichas conversaciones entre ambos resultaron en el cese de actividades ilegales.

Sin embargo, la carta también resalta que Collazos tuvo acercamientos con bandas criminales de Bucaramanga para que también se suban a la paz urbana.

“Mi representado, dentro del compromiso de paz total, reconciliación con la sociedad civil y las víctimas, tomó contacto con los miembros de las estructuras delincuenciales de Bucaramanga a fin de buscar un cese de actividades delincuenciales, iniciado por una reconciliación entre los dos cabecillas de la mencionada ciudad (los del sur y los del Norte de Bucaramanga), con la finalidad de conciliar una tregua entre estos y extender en el territorio, con su limitaciones de movilidad, la paz total”, se lee en el comunicado.

No es la primera vez que las estructuras en Barranquilla insisten en acercamientos con la paz total incluso a modo de gestores. El pasado 7 de julio, el jefe criminal de la banda Los Pepes le envió una carta al presidente Petro en la que señalaba sus intenciones de adherirse a una propuesta de Andrés Marín, también conocido como Pipe Tuluá y jefe de la banda criminal La Inmaculada del Valle del Cauca.

“Solicito al Gobierno Nacional tener en cuenta nuestra disposición y voluntad de participar activamente en las mesas urbanas de paz (...) reitero mi compromiso absoluto con la búsqueda de la paz total en el territorio nacional liderado por el señor Andrés Felipe Marín”, se lee en la carta enviada por Digno Palomino.

Pero las intenciones de paz han sido reiterativas por lo menos este año. En abril de este año, la Consejería Comisionada de Paz en cabeza de Otty Patiño recibió una carta de los principales cabecillas para solicitar, otra vez, espacio en la paz urbana.

Las estructuras “Los Costeños” y “Los Pepes” le pidieron al comisionado Patiño instalar una mesa de paz en la capital del Atlántico, apoyaron la petición en una especie de tregua que las mismas bandas establecieron para reducir los índices de homicidios en la ciudad e incluso mencionaron una posible entrega de armas.

Frente a esa solicitud, el comisionado señaló una serie de condiciones para avanzar en un espacio socio-jurídico. “Si esos grupos ya quieren desmovilizarse, bienvenidos a la paz. Si solo quieren mesa y diálogos, no”, dijo.

Sin embargo, ahora hay sobre la mesa varios elementos que le darían entrada a las bandas criminales de Barranquilla, pues al anuncio del presidente Petro sobre la posibilidad de un laboratorio de paz, se le suma el cese de las actividades delictivas por parte de la estructura.

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Paulina Mesa Loaiza

Por Paulina Mesa Loaiza

Periodista de la Universidad de Antioquia e ilustradora. Ha escrito en prensa y portales digitales con especial interés en justicia, conflicto, memoria y paz. Actualmente es periodista de Colombia+20.@paulina_mesalpmesa@elespectador.com

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