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Este miércoles, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas recibió, escuchó y analizó los puntos más importantes del más reciente informe trimestral de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Lo que le deparará a la Paz Total ante escenarios de cooperación internacional, los avances del Acuerdo de Paz de La Habana y los retos territoriales de seguridad en las regiones ocuparon la agenda.
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Se esperaba que en esta sesión del Consejo de Seguridad, ese organismo respondiera a la solicitud hecha por el canciller, Álvaro Leyva, en abril pasado cuando le pidió al organismo ampliar el mandato para “encomendar a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia la verificación de los ceses al fuego acordados en el marco de la política de paz total”.
En una rueda de prensa tras la presentación del informe y desde Nueva York, Massieu se pronunció sobre este tema y dijo que estaba convencido de que la decisión se conocería antes del 3 de agosto cuando empieza oficialmente el cese al fuego con la guerrilla del ELN.
“Ahora el Consejo de Seguridad está abocado a la discusión de la expansión de la Misión para esos efectos. Si bien ahora no ha dado todavía el mandato, está inmerso en esa interacción para determinar las modalidades de la expansión de ese mandato y las diferentes implicaciones de la Misión por todos los mandatos que ya tenemos”, dijo.
Y agregó: “Hay un claro compromiso, hay mucha claridad de que la intención de las partes es que el 3 de agosto inicie propiamente el cese de manera plena. Entonces yo estoy seguro, convencido de esa voluntad de los estados miembros para finalizar sus discusiones y las decisiones que vayan a tomar, antes de esa fecha. Tengo el pleno convencimiento. Estoy convencido que ellos van a abocarse en una decisión para que la decisión se materialice antes de la fecha de inicio (del cese) como acordaron las partes”
El Consejo de Seguridad debe decidir si le da ese mandato ampliado a la Misión de ONU en Colombia para verificar los ceses al fuego o si lo condicionará solo al que se adelanta con el ELN. En todo caso lo que se espera es que la decisión sea general porque la Misión también ha estado acompañando los diálogos con otras estructuras armadas como el proceso que se adelanta con la disidencia de las FARC autodenominada Estado Mayor Central.
De darse, esta no sería la primera ampliación de la Misión de la ONU. En enero de este año el Consejo de Seguridad aprobó que entre sus tareas verificará el punto uno del Acuerdo de Paz sobre reforma rural y capítulo étnico.
Las crisis humanitarias y la paz urbana
En la rueda de prensa, Ruiz Massieu también atendió inquietudes sobre cómo desde esa instancia de verificación analizan la coyuntura colombiana ligada a temas de seguridad, paz y construcción de consensos con grupos armados.
En línea con el informe trimestral, tanto el pleno del Consejo de Seguridad como el jefe de la Misión de Verificación en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, aseguraron que no es suficiente contar con indicadores como la disminución de enfrentamientos entre actores armados, sino que los esfuerzos de paz también deben ir dirigidos a la forma de vida digna dentro de los territorios.
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Sobre la situación de Chocó en donde cerca de 9.000 de personas permanecen confinadas por la guerra entre el Clan del Golfo o AGC y ELN por el paro armado de esa guerrilla, Ruiz Massieu se refirió a esto diciendo que se buscarán con urgencia espacios de reducción de violencias y formas de trabajar para que “esto no ocurra en el futuro con otros grupos activos”.
Al margen del ELN, las intenciones de paz entre el Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central (EMC) también apremiaron la agenda del jefe de Misión. Para él, la entrada de una figura como la del uribista Fabio Valencia Cossio a la mesa de negociación con este grupo es un aliciente para encontrar mayor representatividad en esos diálogos y darles miradas más amplias a esas intenciones de sentar diálogos. “También es bueno apreciar la diversidad de visiones, porque pueden aportar a la riqueza del diálogo para que la sociedad en su conjunto se sienta identificada”, sintetizó.
El representante Especial Ruiz Massieu cerró esa intervención diciendo que independientemente del rumbo de los procesos de concertación, la clave está en que todo acuerdo tienda a la disminución de violencias.
En el puerto de Buenaventura se avizora un nuevo intento de negociación entre el Gobierno Nacional y las bandas criminales. Shotas y Espartanos ya no son los únicos actores armados de este tipo en el mapa de la Paz Total, lo que además de complejizar eventuales concertaciones, habla de la necesidad de escuchar a más sectores de la sociedad bonaverense.
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Sobre este caso, Ruíz Massieu indicó que, de llegarse a dar un proceso serio, robusto y de largo aliento con estas bandas, el rol de la Misión de la ONU en Colombia será el de dar un acompañamiento político, de buenos oficios, entendiendo la complejidad del escenario y apoyar en lo que podamos las iniciativas de paz para que sean efectivas y respaldadas por la comunidad internacional”.
Por último, retomando puntos neurálgicos del informe trimestral, Ruiz Massieu acotó en el papel positivo que ha tenido el Gobierno. Sobre esto dijo que “el impulso del Gobierno a la implementación de aspectos clave del Acuerdo de Paz ha ido en paralelo con esfuerzos de diálogo con grupos armados de distinta naturaleza. Estas dos vertientes son complementarias y se refuerzan mutuamente”.