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“El Acuerdo de Paz es papel, pero luego de la firma empieza el trabajo duro”

Ernst Noorman, embajador de Países Bajos en Colombia, hizo un balance de la implementación y anunció que se firmó un contrato con el ICTJ para destinar recursos a instituciones que ayuden a víctimas en Colombia a presentar sus casos ante la justicia.

Cindy A. Morales Castillo
16 de marzo de 2022 - 07:42 p. m.
Ernst Noorman, embajador de Países Bajos en Colombia, dice que su país y la comunidad internacional siguen apoyando la implementación del Acuerdo de Paz.
Ernst Noorman, embajador de Países Bajos en Colombia, dice que su país y la comunidad internacional siguen apoyando la implementación del Acuerdo de Paz.
Foto: Óscar Pérez

Ernst Noorman llegó hace casi 18 meses como embajador de Países Bajos en Colombia tras una larga estancia como diplomático en Afganistán. Durante ese tiempo ha recorrido varias regiones como Nariño, Cauca y Arauca y reconoce que la situación de seguridad es preocupante. Sin embargo, confirma el respaldo de su país y de la comunidad internacional con el Acuerdo de Paz y afirma que es importante seguir defendiéndolo.

En diálogo con Colombia+20, Noorman anunció que el pasado 7 de marzo, Países Bajos firmó un acuerdo por 1.5 millones de euros con el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), organización que trabaja con sociedades para abordar causas y consecuencias de las violaciones masivas de los derechos humanos. Los recursos serán destinados para instituciones y varias ONG que ayuden a las víctimas de Colombia a presentar sus casos ante la justicia.

El embajador hizo énfasis en que dos de los puntos más importantes para Países Bajos en su apoyo a la implementación del acuerdo es la distribución de tierras y la justicia transicional, pero también la superación de la desconfianza que tienen los y las colombianas.

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Usted viene de estar en Afganistán y ahora está en Colombia. Ambos países tienen conflictos profundos, pero con raíces distintas, ¿cuál es la situación de ambos ahora?

En el mundo en general el conflicto es muy preocupante. Para mí es muy importante dimensionarlo porque eso muestra también la vulnerabilidad de paz, que no es algo dado. Lo de Ucrania muestra también que Europa puede tener esa fragilidad de la paz y que hay que luchar cada día para conseguirla. Sobre Afganistán y Colombia, son países diferentes, pero tienen puntos similares como el tamaño, la población. También la presencia de guerrillas y grupos ilegales dedicados al narcotráfico y al contrabando de armas, así como la influencia de estos grupos en las zonas rurales. La geografía es bastante parecida: muy montañosa y con una infraestructura muy dura. Pero Colombia, sin duda, es un país mucho más rico, con un desarrollo mucho más avanzado. Además, logró cumplir el Acuerdo de Paz que es un ejemplo en el mundo porque es un pacto muy amplio en todos los aspectos y es especialmente incluyente con las víctimas. Eso es algo que en Afganistán nunca se ha contemplado.

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Habla con mucho optimismo sobre el Acuerdo de Paz mientras aquí en el país se ve con cierta desazón por el recrudecimiento del conflicto armado, ¿cómo lo ve usted?

Cada proceso de paz es un proceso de largo plazo. El Acuerdo de Paz es papel, pero después empieza el trabajo y es un trabajo muy duro. Ahora la situación es preocupante, pero no por parte de las exFarc -hemos visto que 13.000 combatientes siguen su proceso de integración a la sociedad-, sino por las amenazas del Eln y las disidencias. He visitado varias regiones como Nariño, Cauca y Arauca y la situación es preocupante, sobre todo por la ausencia del Estado. Siento que por eso se debe rodear aún más el Acuerdo.

¿Cree que esa situación de violencia puede poner en riesgo la implementación del Acuerdo de Paz?

Se necesita más esfuerzo y mayor compromiso del Estado, sin duda. Además, garantizar la presencia en esos territorios, pero no solo a través de la Fuerza Pública, sino con todos los servicios como educación, salud, justicia y gobernanza.

Después de cinco años de la firma del Acuerdo de Paz y del año y medio que usted lleva en este cargo aquí en Colombia, ¿cuál es balance de la implementación?

Es importante decir que seguimos apoyando el Acuerdo de Paz junto con la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU, que hace un seguimiento juicioso cada tres meses. Eso muestra el nivel de involucramiento de la comunidad internacional. Todas las organizaciones implicadas en la paz en Colombia resaltan ese apoyo, así que le puedo decir que el balance en general es positivo.

Ahora, hace solo cinco años se firmó ese Acuerdo de Paz y es todavía un tiempo muy corto. En Europa aún hablamos de la Segunda Guerra Mundial y han pasado 77 años. Eso muestra que siempre es un proceso muy largo. Creo que este gobierno ha hecho bastante para implementarlo, pero tal vez se hubiera podido hacer más. Lo que sí podemos decir es que ya no hay un debate sobre la existencia de este Acuerdo. Ni siquiera en los debates presidenciales escuchamos propuestas como que tenemos que hacer un referendo para modificarlo porque ya dejó de ser algo abstracto: el Acuerdo está aquí.

También creo que la visita en noviembre pasado del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, así como la presencia de las víctimas, de los excombatientes, del expresidente Juan Manuel Santos y del presidente Iván Duque en la conmemoración de los cincos años de la firma, fue un momento muy importante para mostrar que todos estamos para respaldar y defender el proceso de paz. Eso sí, hay puntos importantes como el desarrollo rural y la tenencia de la tierra que merecen más atención porque son la raíz del conflicto.

Justamente Países Bajos le ha hecho un seguimiento especial a ese punto del registro y la distribución de la tierra a través del catastro multipropósito, ¿cómo vamos en ello?

Aquí hay que ver un punto que conecto con la primera pregunta sobre Afganistán porque como allá, aquí en Colombia también hay mucho nivel de desconfianza no solo institucional, sino entre ciudadanos. Creo que es la razón por la que hay tantas notarías aquí. La titulación de tierras es muy importante para cada campesino porque les da seguridad. Nosotros apoyamos ese proceso a través de nuestro catastro holandés, que es un sistema muy fácil, muy sencillo y con tecnología adaptada para las zonas rurales. El problema es que en algunas partes no se ha podido implementar del todo porque hay conflictos entre los reclamantes de tierras y porque los trámites en este país son muy difíciles... hay que incluso firmar hasta 12 documentos. Eso hace el proceso muy complejo, pero ya llevamos 350 familias campesinas con títulos de tierras.

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El otro punto al que Países Bajos le ha puesto el ojo es a la justicia transicional. La perspectiva desde algunas orillas políticas en Colombia es que no se ha logrado avanzar o que el proceso ha sido muy lento, ¿piensa lo mismo?

Creo que es impresionante lo que hace la Comisión de Verdad, la Unidad para la Búsqueda de Desaparecidos y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Por ejemplo, la JEP tiene abiertos siete macrocasos y tiene algunos casos bastante avanzados como las ejecuciones extrajudiciales o los secuestros perpetrados por las Farc. Entonces hay avances importantes y después de solo cinco años. Normalmente estos casos han tomado muchos años en otros países. Además, tengo que decir que tengo mucha admiración por los magistrados de la JEP sobre todo porque han mostrado firmeza en medio de un país con estos niveles de violencia.

Lo mismo digo de la Comisión de la Verdad, que ya está terminando su informe y lo estamos esperando. Anhelamos una comisión unida para la presentación del mismo y que los resultados sean aceptados por la sociedad porque el documento es para toda Colombia, no es para el gobierno. En ese sentido es muy importante cómo lo van a presentar y qué pedagogía harán.

En este punto, justamente el lunes firmamos un acuerdo con ICTJ por 1.5 millones de euros para instituciones y ONGS que a su vez ayudan a las víctimas a presentar sus casos.

Eamon Gilmore, representante especial de la Unión Europea para Derechos Humanos y enviado especial para el Proceso de Paz en Colombia, dijo en noviembre del año pasado que el Gobierno de Iván Duque debería dejar atrás el “lenguaje de fracaso” frente al Acuerdo de Paz, ¿la Unión Europea ve en el Gobierno una actitud de fracaso frente a ese proceso?

A mí me encanta hablar con el señor Gilmore porque él es de Irlanda, que también vivió un Acuerdo de Paz donde los primeros años no pasó nada. Pasó mucho tiempo para esa implementación, entonces por eso no podemos hablar de un fracaso aquí. Al contrario, es un éxito. Claro no es perfecto, pero el apoyo de la comunidad internacional ha ayudado mucho. Entonces no, no podemos hablar de fracaso, pero sí de la necesidad de continuar en este trabajo. Ese es nuestro mensaje clave.

Cindy A. Morales Castillo

Por Cindy A. Morales Castillo

Periodista con posgrado en Estudios Internacionales. Actualmente es la editora de Colombia+20 de El Espectador y docente de Narrativas Digitales de la Universidad Javeriana.@cinmoralejacmorales@elespectador.com

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Riherna(21804)16 de marzo de 2022 - 11:38 p. m.
Ahí es donde el Dr Uribe y su partido politico envenenó al país. Que no es una firma si no un proceso. eso lo dijo Santos hace raaaaaato, pero no ve que la guerra da mas plata.
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