Esta semana se llevó a cabo una reunión de alto nivel para evaluar los resultados del Fondo Europeo para la Paz, instrumento de cooperación creado en 2016, y a través del cual 21 Estados miembros, más Reino Unido y Chile, aportaron 130 millones de euros para apoyar la implementación del Acuerdo Final. El comité estuvo presidido por Félix Fernández-Shaw, jefe de cooperación de la Unión Europea (UE), y el embajador Gilles Bertrand, y asistieron el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda; la directora de la Unidad para la Implementación del Acuerdo, Gloria Cuartas, y las cabezas de las agencias que tienen esa responsabilidad. También estuvieron representantes de seis agencias de cooperación de España, Francia, Países Bajos y Suecia. Allí discutieron las prioridades del Gobierno para llevar a cabo la “paz total” y la forma como la UE lo apoyaría. En esta entrevista, Fernández-Shaw da su balance del encuentro y las proyecciones de la Unión Europea para América Latina y Colombia.
¿Qué balance hace del Comité Estratégico del Fondo Europeo para la Paz?
Es positivo. Me he quedado muy sorprendido con la vitalidad del proceso de paz. El que estaba en marcha y el nuevo contexto de la “paz total” del Gobierno. También me sorprendió ver que el Comité Estratégico del Fondo ha conseguido reunir a todos los actores para mantener un intercambio muy abierto y honesto de información. Algunos han dicho que la situación está mejorando, otros que no; hay gente que ha dicho que hacen lo que pueden con lo que tienen. Veo una gran valentía en hacer un proceso en el que todo el mundo cree. En estos procesos siempre habrá francotiradores, gente que no está contenta o que quiere sabotear, pero lo que se ve aquí es una gran organización que intenta cumplir un acuerdo que de por sí es difícil. Es mezclar la reconciliación con la justicia, resarcir a las víctimas, pero al mismo tiempo reactivar el proceso de reincorporación a la vida social. Me he quedado muy sorprendido de ver ese diálogo nacional, gracias a ese apoyo de la comunidad internacional.
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¿Qué retos trae esa “paz total”?
Si el país se encamina, como parece ser el caso, a una situación de “paz total”, hay que plantearse qué hacer para que estos procesos políticos y sociales sean sostenibles económicamente. Es decir, tiene que haber una generación de riqueza. Ahí es donde la Unión Europea puede ayudar mucho, en generar una cadena de valor para que la población vea que ellos trabajan, invierten y le retornan. Eso es muy importante a la hora de empujar al país a la reconciliación y mirar hacia delante.
¿Cuáles son las prioridades para el apoyo de la Unión Europea a la paz de Colombia?
La Unión Europea y los Estados miembros que estamos en el equipo Europa vamos a seguir apoyando a Colombia. El fondo era un instrumento entonces, uno no llora porque pierde un instrumento salvo que pierda algo más que el instrumento, y eso es lo que tenemos que valorar ahora. El Gobierno de Colombia nos tiene que decir y luego los Estados miembros deciden. Vemos que hay una gran necesidad de continuar con los procesos existentes y de incorporar el nuevo contexto de “paz total”. Eso va a generar unas dinámicas distintas, porque una cosa es un acuerdo general con las Farc-Ep y otra cosa es un acuerdo multiactor, con muchas categorías distintas. Eso va a requerir nuevos esfuerzos, nuevo apoyo financiero por parte del Gobierno y de parte nuestra.
En el Comité Estratégico se hicieron varias solicitudes, ¿cuáles le parecieron indispensables?
Colombia es un país muy avanzado tecnológicamente, pero ese avance no está distribuido. Existen capacidades, hay muchas empresas, muchas academias, pero aquí han pedido apoyo tecnológico para el tema de tierras, por ejemplo. También es importante invertir en la reconciliación, en incorporar a toda esta gente que ha dejado las armas a cadenas de valor, a la generación de prosperidad, de desarrollo sostenible. Todo eso será importante de cara al futuro, es la clave para generar los dividendos de la paz.
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¿Preocupa la sostenibilidad de los proyectos que ustedes han apoyado en Colombia?
Los proyectos que hemos apoyado surgieron de una intención, entonces, ya personalmente son sostenibles porque la gente quiere. Lo que tenemos que ver ahora es si el proyecto sigue solo mientras llega ese dinero. Hay que evaluar si mi actuación con esos recursos empuja a la sociedad en la dirección que la sociedad quiere ir o si yo retiro mi apoyo la sociedad deja de ir a esa dirección. Colombia nos tiene que decir: ahora lo que necesitamos es generar una riqueza sostenible privada.
En la evaluación del fondo se concluyó que la intervención no logró que el Estado colombiano llegara a los territorios, ¿cómo lograrlo?
La llegada del Estado a todo el territorio es uno de los dilemas más complejos de la acción de gobierno, porque es más fácil llegar a Bogotá y generar unas economías de escala con gasto público, que llegar al fondo de Colombia. Aquí lo que hay es un tema político. Hablo del objetivo político del presidente Petro de alcanzar el 85 % de la conexión digital de los colombianos, ese es un proyecto que lleva el Estado a las regiones, porque no hay ninguna empresa que vaya al fondo de la selva, no es rentable para nadie. Uno puede decir que esto no tiene nada que ver con la “paz total”. Al contrario, tiene todo que ver, la gente lo ha explicado hoy. Eso es vertebración, eso implica también llevar el servicio de salud, llevar la educación, implica transparencia.
Usted vino a preparar una reunión entre la Unión Europea y la Celac, ¿de qué se trata esa cumbre?
Algunos en Bruselas pensamos que la relación Unión Europea-América Latina y el Caribe se ha alejado un poco. La Unión Europea está pensando en Ucrania, en África, en Estados Unidos, en China. Y si usted mira esos dramas, América Latina y el Caribe van bien. Las cifras de inversión del sector privado europeo en América Latina son espectaculares. En ningún lugar del mundo están las grandes empresas europeas: Telefónica, Siemens, BBVA, Enel, Nokia, Ericsson... Y están aquí porque en otros sitios no pueden estar.
Con la cumbre queremos llamar la atención de que América Latina y el Caribe son una oportunidad para la inversión sostenible, productiva, la que transforma, la que deja valor añadido, la que le interesa a Colombia para el tema de la “paz total”. Queremos generar cadenas de valor, transferir tecnología, crear empleos. Eso requiere contabilidad, bancarización, pago de impuestos, formación. Queremos decirle a la Unión Europea que América Latina y el Caribe son una oportunidad para la inversión.
¿Colombia es una oportunidad? Muchos dijeron que les asustaba la llegada de un gobierno como el de Gustavo Petro.
El presidente Petro ganó las elecciones y es importante respetar la voluntad democrática. El presidente está dando unos pasos hacia la “paz total”, que es uno de los problemas que tiene Colombia, que retiene el crecimiento y la confianza de los inversores internacionales. Por otra parte, hay un país que está tirando para arriba, que es tecnológicamente avanzado con unos procesos de producción, con una capacidad académica que hacen de Colombia un país por el que claramente merece la pena apostar. Podría decir que el presidente Petro es menos de lo privado y más de lo público, por ejemplo, pero eso no es un problema para la Unión Europea. Lo que nosotros venimos a hacer aquí, además de mantener unas relaciones amistosas, es invertir en procesos sostenibles. La Unión Europea ha puesto en marcha la transición verde, el Acuerdo de París, el Pacto Verde, etcétera. Defendemos una digitalización centrada en las personas, no en el negocio ni en la seguridad del Estado, y nosotros vemos que Colombia tiene esa agenda.
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¿Hay coincidencias en la agenda de Gustavo Petro con la agenda de la Unión Europea?
Me han dicho que el Plan Nacional de Desarrollo se llama Potencia Mundial de la Vida. No veo por qué no vamos a estar de acuerdo con eso, sobre todo cuando el presidente Petro está hablando de la Amazonia, de la transición energética, de la biodiversidad. Quizá tengamos que discutir cuáles son los mejores métodos para alcanzar esos objetivos. Estamos de acuerdo con todo aquel que quiera desarrollar su sociedad y su territorio de manera compatible con el planeta y con las personas.
¿La “paz total” sí es atractiva para la Unión Europea?
Es difícil oponerse a un plan que se llama “paz total”, sobre todo para la Unión Europea que está basada en la paz. Generar espacios para que se resuelvan los conflictos es lo que hemos hecho siempre en la Unión Europea, es lo que hay que hacer.
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El Fondo Europeo para la Paz no va más, pero dijo en el comité que esperaba volver con buenas noticias, ¿cuáles serían?
Ya veremos cuando venga con ellas…